La “A” de aliado no es la misma que la “A” de amigo”, lo he repetido con mucha frecuencia cuando, después de cada reunión que pretendía solventar un problema de importancia para el cumplimiento de la misión, los intereses nacionales de cada contingente u organismo condicionaban la adecuada solución a la incidencia o dificultad a resolver, olvidándose todo lo demás.
Esa sensación de desasosiego no era por desconocer la condición egoísta de las relaciones internacionales, pero sí por constatar personalmente la vigencia de la frase que dejara para la Historia Cánovas del Castillo: “No hay más alianzas que las que trazan los intereses, ni las habrá jamás”, casi un siglo antes de que existieran tanta Alianza, Organización y Unión de Naciones, incapaces todas de hacer bueno aquello de que: “El verdadero amigo es aquel que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte”.
Desgraciadamente en estos días pasados hemos podido sentir la hipocresía a todos los niveles apenas transcurridas 48 horas del brutal atentado de París. Ni el artículo V de la OTAN, ni el Capítulo VII de la ONU, ni el compromiso entre lo miembros de la Unión Europea ni siquiera la vecindad han sido suficientes para acudir al lado de quien ha sufrido el ataque por parte del enemigo de todos. ¿En quién confiar?
Mucha globalización, pero a la hora de la verdad seguimos en el mundo de cada uno a lo suyo y yo a lo mio. Lo peor es que no es solo por miedo, lo tremendo es que si los intereses de algunos resultan tan complicados y espurios, como dejó caer el Sr. Putin en la reunión del G-20, no queda otra que tentarse la ropa antes de dar la mano a nadie.
De Europa, solo el Premier británico ha hecho un gesto que luego ha quedado en pendiente del hermano fuerte transatlántico. La Canciller alemana, que no se bajaba de radios y telediarios durante la crisis económica griega, no se ha dejado ver ni oír. Turquía, parte importante en este conflicto, dejó su muestra en el minuto de silencio del partido de fútbol roto por los mismos gritos de Alá es grande que se oyeron en la matanza de París. Eso sí, muy poco criticado y difundido por los medios.Todos los demás aliados ni rechistar.
Nuestra querida España, una vez más, no ha sido diferente a sí misma, los que tienen la responsabilidad de asumir decisiones a la altura de las circunstancias han balbuceado y encima sin coordinación. Al Ministro de Asuntos Exteriores, al parecer, no le daban oportunamente el argumentario del Consejo, pues ha estado una semana hablando para que le desmintieran a continuación. En conjunto no podemos saber si vamos a implicarnos con Francia, ni como, ni en donde, ni con qué. Todo ello a pesar de no haber dejado de alabar a nuestro vecino por la ayuda gala en el frente común contra el terrorismo de ETA. Dicen que de bien nacidos es ser agradecidos pero hay que dar vida a las palabras con los hechos.
El condicionar la decisión con la disculpa de tener próximas unas elecciones, resulta un colmo entre la incapacidad y la incompetencia. No estoy insinuando siquiera que se responda inocentemente con los ojos cerrados, dado el carácter interesado de las alianzas que he puesto en solfa, pero lo que no es de recibo es adoptar la postura del si pero no en materia tan sensible, con el consiguiente desprestigio para nuestra Nación.
Desafortunadamente, tenemos la dolorosa experiencia del 11-M de 2004 y la forma impresentable de como se actuó por parte de todo el arco político, pensando en las elecciones inmediatas y olvidándose de la responsabilidad de cada uno y sobre todo de su obligación para con la ciudadanía a la que sirven y que necesita, en dichas circunstancias, un auténtico estadista tal como lo entendía Churchil en su frase: “Un político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.
Pues bien, la amenaza mundial del terrorismo islámico está condicionando todo tipo de actividad, nacional e internacional, desde un atentado indiscriminado en cualquier lugar a la invasión descontrolada de refugiados lanzados desde los territorios en guerra abierta. Sin embargo la actitud de nuestros partidos políticos, enzarzados en una desaforada precampaña, no deja de ser la de siempre: descalificarse mutuamente con el “tú más” y prometer que van hacer lo que no han cumplido antes. Todo ello amenizado con apariciones mediáticas al más puro estilo de los “realities” de moda. De lo importante, especialmente de las medidas que se tienen que tomar de inmediato para hacer frente a la amenaza concreta, que por desgracia se han encontrado en plena pelea electoral, poco o nada que ofrecer. Parece que no nos queda otra solución que la que recomienda la Generalidad catalana a los farmacéuticos de su Autonomía: “poner una vela a la Virgen de su devoción para que les arregle el problema”.
No sería serio ni justo que olvidara en esta reflexión el empeño del Gobierno por conseguir un Pacto antiyihadista con todas las fuerzas políticas para mostrar una postura común frente a esta amenaza terrorista. No obstante, si observamos y analizamos el fondo de esa alianza, incluida su escenificación, resulta que no deja de estar
condicionada, como todas, por los intereses de los aliados. Con el agravante de que en este caso los aliados son en realidad compatriotas y por tanto todos deberían tener un mismo interés que es su Patria y sus conciudadanos.
Si repasamos lo expuesto de este magnificado Pacto antiterrorista, lo primero que observamos es el no compromiso con el mismo de una parte de representantes políticos, los de siempre, la izquierda comunista y los secesionistas de distintas siglas. Esto no es de extrañar dado que esa minoría de españoles siempre ha mostrado una gran reticencia, cuando no oposición, en condenar el terrorismo etarra, aprovechándose de su criminal actividad para buscar ventajas políticas, siempre contra la Unidad de España. Para ellos este terrorismo importado no deja de ser una baza más para dichos fines. Si no ¿por qué no se unen a ese Pacto? Dirán que son pacifistas y algunos se lo creen.
Hay otros que se han unido rápidamente a la Alianza propuesta por el Gobierno, con luz, taquígrafos y declaraciones escénicas, sin dejar de mirar de reojo las encuestas, mirando por sus intereses electorales y comprobar si la memoria de muchos es tan débil como para haberse olvidado de que no hace mucho, mientras negociaban otro Pacto contra el terrorismo de ETA, con una mano lo firmaban y con otra acordaban una negociación con los etarras.
Por último, los firmantes de este Pacto antiyihadista tampoco han dejado muy claro las medidas que se van a tomar para defendernos de sus acciones terroristas.
Tenemos la experiencia de como se ha conseguido que ETA haya dejado de matar cediendo a gran parte de sus exigencias (hemos visto a sus conmilitones en todas las Instituciones, un HB rompiendo la Constitución en la tribuna del Congreso con menos coste que si se hubiera saltado un semáforo en rojo, las barbaridades anti todo que estamos viviendo en algunas Autonomías y Ayuntamientos…etc,). Por ello, posiblemente no nos sorprendería que en lugar de activar y dotar con los medios adecuados a las Fuerzas Armadas y de Seguridad que dispone el Estado para hacer frente a la guerra declarada por los terroristas, allá donde se decida, se hicieran ciertas concesiones como eliminar el cerdo en los comedores públicos, quitar crucifijos y signos cristianos de todos los sitios, se autorizaran rezos y actos musulmanes en iglesias católicas… y lo que pidan. Todo para evitar el enfrentamiento con los que matan y practicar con ellos la empatía que pregona la alcaldesa de Madrid.
En fin, cada cual puede decidir lo que quiera según sus sentimientos y conciencia, pero si analizamos sin pasión los hechos que han pasado y están pasando, no cabe duda que es hora de pensar qué está ocurriendo en el mundo y muy especialmente en nuestra Patria, en la que a pesar de que el presente no sea muy halagüeño debemos preocuparnos de que el futuro de nuestros descendientes sea esperanzador.
Para ello, al igual que a nivel internacional, como decía al principio, la “A” de Aliados no es la “A” de Amigos”, hemos de convencer a los dirigentes políticos de que La “P” de Pacto si debe ser la “P” de Patriotico”. Podemos hacerlo el próximo 20D, dentro de una democracia de ciudadanos no ignorantes ni idiotas en la que los que aspiran a gobernarnos tienen que explicar en sus programas como van hacer para tener una España más segura, unida y además próspera. Todo con la misma prioridad.
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)

Gran artículo que aclara significados y situaciones actuales, mi querido General.
No obstante, permítame que deje constancia de mi opinión, peculiar, respecto a ello:
Con respecto a “aliado” es un término que, aunque está de moda, no significa gran cosa a la hora de la verdad y de los valores.
Pero con respecto a “amigo” es un término que no está de moda porque se ha perdido su significado y su valor.
Añoro aquello de… Creo en ti amigo:
Si tu sonrisa es como un rayo de luz que alegra mi existencia.
Si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos.
Si compartes mis lágrimas y sabes llorar con los que lloran.
Si tu mano está abierta para dar y tu voluntad es generosa para ayudar.
Si tus palabras son sinceras y expresan lo que siente tu corazón.
Si sabes comprender mis debilidades y me defiendes cuando me calumnian.
Si tienes valor para corregirme amablemente.
Si sabes orar por mí, y brindarme buen ejemplo.
Si tu amistad me lleva a amar más a Dios y a tratar mejor a los demás.
Si no te avergüenzas de ser mi amigo en las horas tristes y amargas.
¿Y qué le pasa a nuestra querida España, mi querido General? ¡No le pasa nada bueno y a la vez le pasa de todo! Confusión, indecisión, cabreo, incertidumbre, desilusión, desconfianza,…
La situación política por la que atraviesa España es ampliamente compleja, convulsa y necesitada de un cambio profundo. Con un distanciamiento practicante total entre los políticos y los ciudadanos, el ciudadano se siente incomprendido, ajeno a la vida política, como si fuera un instrumento usable en momentos puntuales como lo son las elecciones.
El distanciamiento no es algo de ahora, si no que se viene fraguando desde hace décadas. la idea de que en política se trabajaba por el “interés del Partido” y no por el del Estado o de España, la aceptación de la preeminencia del individualismo han hecho que ese distanciamiento crezca y se haga insoportable en la actualidad.
El ciudadano se ha dejado llevar, confortable en su aparente situación de necesidades colmadas, teniendo que preocuparse solo por aumentar su sensación de bien estar y en rentabilizar las ganancias de su trabajo. El ciudadano dejó hacer al político, se dejó llevar.
El político a su vez se confió y vanaglorió en su labor y en que nunca perdería la confianza de su votante. A esto hay que añadir el tan normalizado tratamiento al
ciudadano como si de un menor de edad se tratara, o como si de un sujeto desprovisto de información y, por lo tanto, sin capacidad de discernimiento alguno.
El error, la situación devenida, no es sólo culpa de una de las partes, si no de las dos. Los ciudadanos y los políticos han de ser conscientes de esta situación, sabiendo que es un verdadera oportunidad para restablecer la situación a lo que debería de ser.
A día de hoy, si queremos ser optimistas, la situación descrita no es negativa, todo lo contrario, nos ha permitido ser conscientes de la misma, nos ha permitido apreciar que la necesidad del cambio es más acuciante que nunca y que no debemos dejar pasar más tiempo sin ejecutarla.
En esta situación de tensión, de desconfianza e indignación que no ira, por parte de los ciudadanos para con su clase política, los diferentes Partidos Políticos se han de replantear la estrategia y táctica a seguir en el futuro.
Y como muy acertadamente culmina su excelente artículo-reflexión: La “A” de Aliados no es la “A” de Amigos, hemos de convencer a los dirigentes políticos de que La “P” de Pacto si debe ser la “P” de Patriótico. Podemos hacerlo el próximo 20 D, dentro de una democracia de ciudadanos no ignorantes ni idiotas en la que los que aspiran a gobernarnos tienen que explicar en sus programas como van hacer para tener una España más segura, unida y además próspera. Todo con la misma prioridad.
Como siempre, reciba un fuerte y afectivo abrazo legionario paracaidista.
Pedro Motas
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Magnifico articulo.
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Gracias Pedro, se dice que para poder resolver un problema lo primero es ser consciente que existe. Creo que aunque con mucho retraso , el conjunto nos hemos concienciado de ello pero el tiempo pasado y por la razón que mencionas la recuperación no será nada fácil. A pesar de todo, sabes como yo que ningún obstáculo será tan grande que no podamos superarlo. En ello debemos empeñar nuestro esfuerzo y atraer a él a muchos que sienten España en lo más profundo. Un fuerte abrazo
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Gracias Emilio,mi General, por tus palabras. Habida cuenta que la política es lo que es, y es posible que no pueda ser de otra manera, no tenemos más remedio que vivir con ella, exigiendo un máximo, que nunca será excesivo, de honradez y ejemplaridad a los que tienen la ardua responsabilidad de gobernar pese a los obstáculos y los navajazos de los que también pretenden en su momento gobernar. A diario rezo por España, nuestra Patria común, para que «florezca la justicia y la concordia; y por la HONESTIDAD de los ciudadanos y por la SABIDURÍA de los gobernantes, se realice un verdadero progreso en la paz». A diario rezo, pero también pienso que pido UN IMPOSIBLE. Aún así ¡¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE POR ESPAÑA Y SUS GENTES!!.
Gerardo Torres Bados. Coronel de Infantería (R)
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Gracias Gerardo por tu seguimiento a los que desde aquí pretendemos animar a tantos españoles que sintiendo la misma inquietud permanecen pasivos ante los problemas que señalas en pocas palabras. Animémonos entre todos para lograr lo mejor para España en todos los campos. Un abrazo
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