NIEVE SOBRE ESPAÑA. Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

Ha tenido que venir la borrasca «Filomena», con su nieve y frío, para que nos enteremos de lo que vale un peine. Y sobre todo ver lo que vale Madrid, todavía capital de España muy a pesar de muchos.
El Gobierno madrileño es para la coalición de Sánchez e Iglesias el exponente más claro de las políticas liberales de la derecha y, precisamente por ello, es a diario blanco de los ataques de los dirigentes del PSOE y Podemos. Les duele declarar a Madrid zona catastrófica por la sencilla razón de ser la Moncloa el centro de la misma.
El consuelo es que también este Gobierno pasará; el problema es la herencia que va a dejarnos. Hay que resistir contra la pandemia y contra la política que nos ha tocado vivir, cada vez más fútil y encanallada.
La vida nos está dando una lección que debemos aprender a marchas forzadas; y lo que es peor, aún sin cinturón de seguridad y sin vacuna, aunque con la nueva ocurrencia del ministro de Sanidad no hay ninguna duda que tendremos para todos.
El «ministro en retirada» dice que de los viales de cinco dosis van a sacar seis, no sabe que la industria farmacéutica tiene muy medida y pensada la cantidad que pone en cada vial; y si sobra un poco, no es para sacar otra dosis, sino, sencillamente, por protocolo.
Hay que hablar con propiedad y fundamento, pues las palabras ayudan cuando nos enfrentamos a una nueva situación. Por ello en su día rechacé lo de la «nueva normalidad», «la desescalada», «el distanciamiento social» y otras frases y eslóganes que forman parte de su pretendido adoctrinamiento malintencionado y bobalicón.
Pero para servir hay que saber y cada uno está obligado a conocer su oficio; el honor y la conciencia obligan, en todos los escalones, a renunciar los cargos que no sean capaces de desempeñar.
Con la pandemia las normas han cambiado y por tanto, no vivimos una nueva normalidad sino simplemente una «nueva realidad» a la que hay que adaptarse y en la que no caben ciertos comportamientos que llevábamos a cabo en la normalidad.
¿Y que es eso de la desescalada? ¿ A donde habíamos subido?
Pero lo que más me molesta es el distanciamiento social. Yo no quiero alejarme socialmente de nadie, lo que si hago es un «distanciamiento físico», o de seguridad. ¡Ojalá que nunca nos distanciemos socialmente!
Las palabras no son banales, a veces son armas cargadas de intenciones. Hay que estar alertas y llamar a las cosas por su nombre.
Solidaridad es la que tienen los habitantes de muchos países de Europa después de las muchas nevadas que reciben cada invierno, más frecuentes y copiosas que la que hemos sufrido nosotros días atrás, y que por ley están obligados a retirar de las aceras.
También los madrileños, pues en caso de nevada, la Ordenanza de la capital de España recoge en su artículo 10 el «deber de colaboración ciudadana», por el que las personas que habitan las fincas urbanas y las que tengan a su cargo la limpieza de edificios públicos y otros establecimientos son los que deben colaborar en la limpieza de hielo y nieve de las aceras.
Dicha limpieza de aceras debe realizarse en la longitud correspondiente a su fachada, y en una anchura mínima de dos metros. Si la acera es de mayor anchura, se debe depositar la nieve o hielo a lo largo del borde de la acera.
En otras ciudades europeas también recae en sus ciudadanos la responsabilidad de quitar la nieve. Es el caso de Alemania, las administraciones deben limpiar la calzada y los vecinos, las aceras. Si un vecino no realiza esta obligación, existen sanciones que van hasta los 10.000 euros.
Estos días atrás quedé admirado por la fortaleza de los habitantes de muchos pueblos del Pirineo y del profundo y olvidado Teruel. Son gente que sabe de palas, de solidaridad vecinal, de combatir los fríos inviernos y también de la indiferencia de los alejados centros de poder.
Allí la nieve cae igual de silenciosa, pero se deshiela y se quita con menos polémica, con más blancura y sin la UME.
Como no me fio de este Gobierno, digo como diría el loco:
– «En año de nieves, todo son pulgas».

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

Zaragoza 14 enero 2021

Blog: generaldavila.com

16 pensamientos en “NIEVE SOBRE ESPAÑA. Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

  1. ¡…susórdenes!

    «Pero para servir hay que saber y cada uno está obligado a conocer su oficio; el honor y la conciencia obligan, en todos los escalones, a renunciar los cargos que no sean capaces de desempeñar.»

    «Sonsoles, cualquiera puede ser presidente». Innombrable dixit.

    Ahí está parte de la causa de muchos de nuestros problemas. Aquí todos están convencidos de que valen para todo. Y algunos, incluso, que son los mejores para todo.

    No puede funcionar un país que como principal requisito para ocupar un cargo político exige ser hijo, hermano, pareja, amante, etc de un cargo superior del aparato del partido. Podríamos poner ejemplos hasta que se nos saltaran las lágrimas.

    ¿»..el honor y la conciencia obligan»? Son especies casi extinguidas. Ahora lo que hay es superpoblación de codicia e irresponsabilidad. Ésa es la fauna que superpuebla España. Eso es lo que nace y crece en las loberas de la mayoría de nuestros hogares y escuelas.

    Buenos días.

    Le gusta a 7 personas

  2. Mi respetado y muy querido GENERAL,
    El artículo del Coronel CERDIDO ofrece el título el mismo comienzo que el de V.E hace unos pocos días «NIEVE Y FRIO » vs. «NIEVE SOBRE ESPAÑA». «GUERRILLEROS» vs. «JINETES».
    Hoy, cuando de las 31 estaciones de sky españolas solamente 9 están cerradas, nos damos cuenta que los españoles gozamos de la magia y sorprendente belleza de nuestra ESPAÑA. El personal de Baqueira Beret, Tavascán, Formigal, Leitariegos, S.Isidro, Sierra Nevada etc. y sus entornos están acostumbrados como cualquier alemán, suizo, austriaco o italiano de sus encantadas cumbres. Por los pueblos de nuestro querido Intendente «Pemán» o Ingeniero «Callau» no tienen los problemas de la mesetaria Castilla. Sin embargo recuerdo a TOLEITOLA cuando se entregó la PALMA DE PLATA al GENERAL MOSCARDÓ en el ALCÁZAR que iban casi todos los asistentes con la camisa azul y a pecho descubierto con una enorme nevada.
    Los españoles se adaptan a las circunstancias rápidamente.
    Muy querido ÁNGEL adentrarnos en analizar los pros y contras del desolador panorama cuasi mundial y nacional que se atraviesa sería como romper los esquemas que solamente MERKEL ha tenido la grandeza de ESPIRITU en señalar.
    Llevas razón en cuanto mínimamente la afilada pluma suscita pero, la noria imparable de la torpeza humana ¿seguirá volcando infamia en vez de la clarificadora lealtad patria?
    Los gobernantes deben velar por los intereses globales y dejar sus luchas particulares a un lado. La pinza que nos marcas solo sirve para engañar el mutuo apoyo de un pacto antiespañol, y no se merece ESPAÑA ni sus hijos tanto pitorreo.
    Ante el delicado panorama no puede copiar España de otras naciones con firmas de quietud hasta el próximo junio. .
    ¡ENHORABUENA Y UN ENORME ABRAZO! A tus órdenes.
    A la orden de V.E
    VIVA EL REY
    VIVA LA CABALLERÍA ESPAÑOLA
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

    Le gusta a 5 personas

  3. Mi querido Pedro ,muchas gracias por todo, solo decirte que casi soy toledano y también recuerdo a esos hombres que mencionas del acto del Alcázar. De entre ellos destaco al General Ricardo Villalba con el que tuve mucho contacto en la Escuela Central de Educación Física siendo él su Coronel Director, y es que del pabellón Nº 1 donde él vivía al Nº 4 donde lo hacía yo hay pocos metros. Como anécdota , decirte que Villalba nunca en su vida llevó prenda de abrigo, siempre a cuerpo, pero de esos hombres algo diré mañana.
    Fuerte abrazo y a las tuyas(órdenes).

    Le gusta a 3 personas

  4. Muy acertado artículo, mi coronel.
    España es un microcontinente y los españoles, salvo al parecer nuestros gobiernos, nos adaptamos perfectamente a cualquier situación. Ello nos permitió extender la Monarquía Hispánica por todas las latitudes y escenarios, hasta conseguir una monarquía en la que no «se ponía el Sol».
    Lo demostró la División Azul en el frente de Leningrado, donde se ganó el respeto de sus aliados, la Wermatch y de sus enemigos, Красне Армм, El Ejército Rojo.
    Lo pude comprobar in situ en el San Petersburgo de 2001, cuando me desplacé hasta allí a conocer a quien es hoy mi esposa, entre -16 ºC y -23 ºC, en la semana de carnavales, lo que no impidió que desfilaran por sus calles las Fuerzas Armadas Rusas, al ser su día, el 23 de febrero.

    Le gusta a 4 personas

  5. Mi gran y respetado ÁNGEL,
    EL GENERAL VILLALBA comandante de mis familiares en el ALCAZAR, Mariano, Ricardo etc era su jefe de mesa en SS.De mi curso era Gª Cueto, Ruano etc. La muy merecida PALMA DE PLATA era una manera de plasmar su inmortal entrega. Hoy se enterrará a GATELL de ARMAMENTO, su heroico padre era divisionario y su canción preferida era «Los muchachos de Castilla/ dejaron la mies dorada…..» . Que S.M siempre esté amparado por el puro manto de LA BLANCA SEMPITERNA NIEVE que LOS ÁNGELES DEL GUADARRAMA cantan incesantemente a las MADRES APENADAS..
    EL MAS FUERTE DE LOS ABRAZOS QUE FUNDE EL GALOPAR DE LOS SUEÑOS IMPARABLE. A TUS ORDENES.
    A la orden de V.E
    VIVA EL REY
    VIVA CABALLERÍA
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

    Le gusta a 3 personas

  6. Con su permiso mi General:
    Buenos días a todos.
    Estimado Coronel Cerdido:
    Da gusto leer que alguien ponga por escrito tus propios pensamientos casi casi letra por letra.
    Vacunas, viales, dosis, pandemia, normalidad, desescalada…
    Y los vecinos del norte. De acuerdo en que España no es Finlandia. Y por lo tanto tal vez sea desproporcionado disponer de los mismos medios para que la vida siga su curso a pesar del invierno. Pero no es de recibo, por citar un ejemplo que conozco, que las máquinas que tenemos en los aeropuertos no funcionen y como consecuencia algunas aeronaves tipo B787 hayan sufrido daños por una retirada incorrecta de la nieve en el de Barajas. Imagino que AENA lo contará de otra forma. Allá ellos.
    Saludos cordiales.

    Le gusta a 5 personas

  7. Buenos días, mi general y a todos sus lectores:
    Como muy bien relata mi coronel «La vida nos está dando una lección que debemos aprender a marchas forzadas»… y cuanta razón.
    Me pasé once años de mi vida profesional desempeñando labores de vigilancia del tráfico e investigación de siniestros viales dentro de mi amada Guardia Civil. Esa experiencia me ha enseñado que uno debe andarse con tiento cuando las circunstancias son como las acaecidas hace pocos días con el temporal de nieve. Mientras unos se divierten y no alcanzan -por falta de disciplina. ¿Para qué? Que la tengan otros ya me vale- a ver la gravedad del asunto, pudiendo atajar y recuperar tiempo para que no nos pille de sorpresa, otros, como la UME y demás fuerzas y cuerpos de seguridad se afanan para restablecer la normalidad, como debe ser; y que no falten… Recuerdo muy bien aquellos años. Aún no muy lejanos. Esos recuerdos los conservo aún muy frescos y los vivo de manera presente cuando tenemos nevadas tan «copiosas». Embolsando camiones para que no queden aislados. Profesionales que cumplen a rajatabla lo ordenado por los vigilantes de la seguridad vial con entera disciplina. Ellos saben muy bien el problema que se les viene encima. No rechistan. No cuestionan… Pero ahora nos llegan los que si lo cuestionan y ponen en peligro a los demás: «los que suben en sus vehículos a disfrutar de la nieve» y lo dejan estacionado a un margen y al otro de la carretera como si con ellos no fuera la cosa. Cuando debe pasar la máquina quitanieves comienzan los problemas. No les importe mucho, la verdad. Ante estas situaciones se acumulan los problemas. Ya no basta con tomar nota y notificar boletines de denuncia. Ese concepto de responsabilidad de nuestra sociedad lo contemplo muy distorsionado y cada vez más perdido. Nos cuesta entender la situación; en fin…
    Solo desde hace poco contamos con la tecnología necesaria para convertir el holgazaneo en una forma de vida. Qué lejos está ese espíritu nacional colectivo que tanto necesita nuestra amada ESPAÑA…

    Excelente relato, mi Coronel.
    Mi General…

    Víctor Fraga, guardia civil y soldado.

    Le gusta a 4 personas

  8. Escasos metros hay entre ése tu pabellón nº 4 de «la Escuela» al que aludes y mi domicilio; eso sí hay más de medio metro de hielo, no de nieve, entre ambos; llevamos una semana en Toledo con máximas de bajo cero, llegando las mínimas a -13, según el termómetro digital que tengo en la ventana. Aquí, y me perdonarás la broma, querría yo ver hoy al Coronel Director; seguro que descolgaba el capote del perchero. Ayer, por fin, abrieron a pico y pala unos caminitos por las aceras y pudimos salir de casa; a tomar el aire con vistas al próximo confinamiento «social».
    Y qué razón llevas con lo de las palabras: son armas peligrosísimas, las más.

    Le gusta a 6 personas

  9. D. Miguel, como siempre y a pesar de ser compañeros de promoción, ante tan respetable auditorio le seguiré tratando de usted, solo le pido que rece por España y si tan ardua labor le deja tiempo libre, se acuerde de mi familia que le quiere y de todos las personas de honor que forman este blog.
    Ahora que estamos solos, fuerte abrazo Miguel.

    Le gusta a 2 personas

  10. Muchas gracias por tan suculento y acertado comentario. En Teruel nos tenemos como Vd. bien dice que arreglárnoslas solos, y es de vergüenza ver a los ancianos quitar como pueden la nieve de sus puertas, ya que no hay gente joven, y menos la UME. El desgobierno que tenemos no se inmuta para nada, si no es, para subirnos los impuestos. Saludos para todos.

    Le gusta a 3 personas

  11. A las órdenes de V. I., mi Coronel.

    Este magnífico artículo hace que se me agolpen los recuerdos y disfrute con ellos.

    Cuando un servidor era niño, en tiempos del Caudillo Franco, sí que nevaba y llovía. Aquello sí eran nevadas, y diluvios que desbordaban los ríos y se llevaban los puentes. Lo de ahora son fenómenos esporádicos. Luego, unos años más tarde, en el invierno de 1.963 en la Base Aérea (Grupo de Escuelas) de Matacán, Salamanca, hemos izado bandera alguna mañana, con el Coronel Jefe al mando y en cabeza de la formación, y hasta el último recluta, a menos veinte grados. Y al año siguiente, en el sesenta y cuatro, una mañana a menos trece, que tampoco está mal. El Tormes tenía una capa de hielo que podría haberla cruzado un tanque. Se cerraban las llaves de paso del agua para que no reventaran las tuberías, y nos lavábamos la cara con nieve de los jardines. En aquella época no existían las máquinas quitanieves actuales, y todo había que limpiarlo y despejarlo de forma artesanal.

    Si pensamos que allí, en ese Grupo de Escuelas, estaban la Básica de Pilotos, con aviones T-6, y la de Polimotores, recién traída de Jerez, con aviones Junker 52 y algún DC-3, más la Escuela de Control de Aeródromo y Aproximación, y la de GCA, Radar de Aproximación de exploiración y precisión, podemos imaginar que la actividad era febril para poder cumplir los programas, y las pistas y calles de rodadura había que mantenerlas limpias de nieve y placas de hielo. Y digo mantenerlas, porque a temperaturas bajo cero se volvía a formar hielo continuamente y no bastaba con despejarlas a primera hora. Ya nos habría gustado disponer de un par de camiones quitanieves, y de depósitos de sal para impedir la congelación esparciéndola sobre las superficies a proteger.

    Qué tiempos, y qué frío. Pero a los dieciocho y veinte años, una o dos compañías de Alumnos nos comíamos el mundo y toda la nieve que cayera, cantando alegres, con la ilusión por volar en aquellos aviones, ya entonces históricos, cuyo «sistema de calefacción» eran las grietas por las que se colaba el viento a la temperatura ambiente, sin olvidar que, por el gradiente vertical de temperatura, ésta disminuía vertiginosamente conforme se ascendía. Alguna vez hubo que sufrir la pérdida de algún profesor y algún alumno por formación de hielo en las superficies de sustentación, no por el peso extra, sino por la deformación del perfil aerodinánimo, mayormente el borde de ataque de los planos, o la formación de hielo en el carburador y la consiguiente parada de motor.

    Recordarlo desde esta distancia de sesenta años, es para sentirse modestamente orgullosos de haber podido cumplir con el deber en circunstancias tan adversas. Y de haber hecho patria con nuestro esfuerzo.

    ¡¡¡Viva Eapaña!!!

    Le gusta a 2 personas

  12. Mi Coronel, mi rechazo también a ese malintencionado y malusado lenguaje, «distanciamiento social» se referirán a las redes sociales??, «Desescalada» de qué montaña??, «La nueva normalidad»» Es qué esto de ahora y lo de antes era normal?? «Responsabilidad, Solidaridad, Comportamiento Ejemplkar y Civismo», Muestras sobradas de multitud de ciudananos dónde el respeto a los demas es poco o inexistente??
    Parece que no pero en la población este tipo de lenguaje va poco a poco calando en sus mentes hasta que ya nadie piensa sino que actúa de acuerdo a una serie de mensajes que se van emitiendo con un propósito. El Honor y la Conciencia pasen a un segundo plano.

    A la orden de Usía mi Coronel, un afectuoso saludo a todo el Blog del General Dávila.

    “Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo.”
    Sófocles

    Le gusta a 2 personas

  13. Buenas tardes

    Las palabras, Coronel Cerdido Peñalve son armas a veces más peligrosas que las pistolas, porque puede que no maten, pero lavan el cerebro poco a poco, y no sé quién en éste gobierno ha aprendido la lección desde el primer día, para no llamar a las cosas por su nombre, supongo que para quitar importancia a lo que de verdad la tiene, o para distorsionar conceptos que no les interesa que nos lleguen con toda la crudeza que podrían tener.

    Olas, escaladas, curvas, distancia social…¿pero qué es esto, una tomadura de pelo?

    Ahora se niegan a llamar por su nombre a lo que es una catástrofe, a nivel económico y social, en buena parte de España, y me estoy refiriendo no sólo a la nevada, sino a todo lo que nos está pasando desde el mes de Marzo del pasado año.

    Da asco y vergüenza ajena oír hablar de muertos y enfermos como si de una simple estadística se tratara, ocultándonos intencionadamente los números reales, y la cantidad de profesionales de la sanidad que se han dejado la vida por falta de medios de protección, y no digamos de las bajas en los cuerpos del ejército que han tenido que exponerse al contagio prácticamente sin ninguna. El último ejemplo la policía y la guardia civil que ha tenido que hacer frente a esa especie de invasión en Canarias, cuando el remedio para evitarlo era simplemente inutilizar a esos barcos «nodrizas» que les transportaban prácticamente hasta las costas. No faltan medios, faltan «narices» para enfrentarse a situaciones comprometidas, porque es más fácil hablar que actuar, y mucho más cómodo si no hay nadie que ponga los puntos sobre las íes, que por desgracia no lo hay, o no se les escucha, porque los medios de comunicación están todos en manos de estómagos agradecidos que no se atreven a decir una verdad porque eso les costaría la ruina. Poderoso caballero es D. Dinero, al día de hoy, el más poderoso, aunque siempre lo haya sido, ahora no hay otro.

    He vivido nevadas muy serias en Bruselas, las avisaban por todos los medios de comunicaciones disponibles, y la gente salía disparada de las oficinas, comercios, en fin, de donde quiera que estuvieran si no era en sus casas, antes de que empezaran a caer los primeros copos, y aún así, las calles se quedaban muchas veces totalmente colapsadas porque los coches no podían avanzar. Me admiraba el comportamiento cívico general, y la paciencia con la que afrontaban las circunstancias. Por supuesto que las calles se cubrían con antelación de sal, y todavía recuerdo una vez que me quedé atascada a varios kilómetros de mi casa. Como iba bien abrigada y con unas buenas botas, dejé el coche donde buenamente quedó, y me fui andando. A las pocas horas nos avisaron de que ya podíamos ir a recoger los coches, y cuanto antes mejor, porque existía el peligro de heladas, y era preferible retirarlos cuando todavía era posible (no se cómo se las arreglaban para despejar la nieve, pero lo hacían) antes de que el hielo hiciera imposible circular. Si al dueño de un vehículo le era imposible ir a buscarlo, las grúas se los llevaban a los depósitos municipales, o los apartaban del centro de las calzadas para facilitar el tráfico. No se de qué manera estaba organizado despejar las aceras para quienes vivían en edificios de varias plantas, pero los que vivíamos en casas individuales, desde luego que era labor nuestra despejar la acera y el paso necesario para poder salir de casa a pie. Recuerdo perfectamente que me extrañó, cuando alquilamos la casa, que en el sótano hubiera una pala, y que los grifos que había en el jardín tuvieran colgados de una cadenita una tapadera para que cuando llegaba el invierno, quitáramos los grifos y pusiéramos las tapadera en previsión de que las tuberías se helaran. En fin, previsiones que allí eran lógicas pero que aquí no tenían sentido en circunstancias normales. Era tal la cantidad de sal que se esparcía casi constantemente durante el invierno, que en los lavaderos de autos se incluía un lavado de la parte inferior del coche, porque de no hacerlo se exponía uno a ver oxidada toda esa parte con las consecuencias que todos podemos imaginar.

    Supongo que en Teruel o ciudades que sufren nevadas de importancia regularmente, éste tipo de cosas también serán normales, pero lo que dice Spliego es cierto, es lastimoso ver a una persona de edad avanzada tener que quitar la nieve de la puerta de su casa a palazos. Quién haya tenido que hacerlo alguna vez sabe que es una labor muy dura y penosa, incluso para la gente joven, no digamos ya para los que no lo son.

    Saludos

    Le gusta a 3 personas

  14. Ángel, da gusto levantarse de la cama , y encontrarse con un artículo tuyo, en este Blog magnífico que disfrutamos.
    Gracias por alegrarnos el día. Toledo, casi centro del mundo, tiempo atrás , nos une desde hace muchos años, los suficientes como para, yo ser ya bisabuelo, de lo que me siento muy orgulloso.
    El frío que hemos pasado, une a las personas, las hacen más solidarias. Del futuro no me atrevo, a decir ni esperar nada, dejémoslo en manos de Dios. 🇪🇸🇪🇸🇪🇸

    Me gusta

Deja un comentario