LOS SOLDADOS SÁNCHEZ Y ROBLES SE ENFRENTAN A LA OTAN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

La comparecencia del presidente del Gobierno ayer por la tarde para tratar sobre la financiación de la OTAN forma parte de un plan elaborado durante este fin de semana en La Moncloa en busca de una salida que les sostenga dada la corrupción y podredumbre de un Gobierno que ha perdido el concepto de democracia y sabe que es  indigno de estar al frente de los designios de esta gran nación. Salir un domingo por la tarde sin aviso previo cuando es sonoro el rumor de que anunciará su renuncia a seguir siendo el presidente, es una clara estrategia que debería sonrojar a cualquiera. Es un superviviente nadando entre la basura corrupta de su partido.

Nos anuncian un acuerdo con la OTAN que no es tal ya que ni él ni el Secretario General están capacitados legalmente para ningún tipo de acuerdo y debe ser en el marco de una reunión formal como la Cumbre de la La Haya cuando el conjunto de países decidan los acuerdos a alcanzar, con o sin mayoría respetando la soberanía de todos y cada uno. Lo del presidente Sánchez es un brindis al sol, una treta más arrojada a modo de vómito del miedo sobre todos los españoles. Quizá a modo dictatorial ya que ni cuenta con la oposición ni con nadie.

Hasta ahora en el marco de la OTAN no éramos fiables, a partir de ahora, tras la Cumbre de la Haya, pasaremos a ser un peligro a vigilar.

España nunca ha invertido en la seguridad global la parte que le corresponde y, eso sí, está dispuesta a dar todos los soldados que le pidan como si fuesen carne de cañón, soldados a los que no paga ni mantiene ni respeta su futuro. Por contribución humana, allí donde nada se nos ha perdido, que no quede, para eso están las tropas de este Gobierno antimilitarista, antiotanista, independentista y otras cosas terribles.

Todo lo compensan participando en cualquier operación de mantenimiento de la paz que se pierda por ahí a costa de un gran esfuerzo de sus soldados y a costa de la operatividad global de las Fuerzas Armadas. Soldados para tapar agujeros. Carne de cañón.

Tenemos unas Fuerzas Armadas que se están convirtiendo en un despropósito en manos de gente que ni sabe mandar ni sabe dirigir. No sabemos para qué estamos y estamos para aquello que, como en este caso, sabemos muy bien es un abuso que con las FAS se comete siendo utilizadas por el presidente del Gobierno y su ministra para retirar la mirada de la corrupción y anunciarse como los garantes de la paz mundial. Flotador al cuello con Gibraltar por un lado y la OTAN por el otro. De poco le va a servir.

Lo vamos a pagar caro. Prepárense a sufrir las consecuencias de ser unos aliados a vigilar ya que no es solo el porcentaje del PIB en Defensa lo que se discute en La Cumbre de la OTAN, sino la convicción moral de una Defensa común, la confianza de la unidad de todos, el esfuerzo compartido y también la firme fortaleza y apoyo a los militares encargados de asegurar nuestra defensa del futuro. España no está en el futuro de Europa con un presidente que habla por él, no por España, no es la voz de la soberanía sino la de un partido antimilitarista y anti OTAN. Aquí no hay un ministerio de Defensa, sino el particular ejército de Sánchez y los paniaguados de su ministra. Así es y así se oye decir a muchos que tiene que callar por disciplina.

A todo esto el Mando Supremo de la Fuerzas Armadas, S.M. el Rey en la clausura del curso académico 2024/2025 del Colegio de Europa habla del vínculo atlántico, de la Defensa y de la Alianza, parece creer en ella y apostar por ella: «Los recursos y las Fuerzas Armadas combinadas de los Estados miembros tienen un enorme potencial; su prestigio es indiscutible. Sin embargo, es necesario avanzar mucho en la armonización de recursos, la capacidad de planificación, las estructuras de mando y las industrias de defensa. No podemos empezar a fortalecer nuestras capacidades —sería absurdo hacerlo— sin considerar nuestras alianzas, y en particular la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), de la que depende en gran medida la seguridad en Europa. Porque el vínculo transatlántico, nuestro marco estratégico estrella, no es solo una decisión política determinada por la casualidad. Es una forma de comprender nuestro lugar en el mundo, una comunidad basada en valores forjada en los convulsos años del siglo XX, que cobra más importancia que nunca en el siglo XXI. No debemos olvidar que la nuestra es una alianza de Estados democráticos. Por eso todos participamos en el diálogo transatlántico: instituciones, empresas, universidades, artistas, creadores y sociedad civil. Por lo tanto, les animo a que, a lo largo de sus carreras, sigan fomentando ese diálogo. Les animo a que sigan creyendo en él».

Palabras. ¿Del Mando Supremo de las FAS? ¿Del Rey de España?

Pues no sabemos quién manda. La Ley dice, pero a su vez no dice, así que lo que el Rey diga queda en eso, palabras que, aunque solo sean eso, ahí quedan como aquellas del 3 de octubre de 2017 que son y siguen siendo un referente de lo que es Ley que se incumple sistemáticamente, porque interpretan que solo tienen el valor del símbolo.

Símbolo y palabra.

La palabra no es solo para el escritor, sino que es el arma del Rey, pero tiene una desventaja: «…las palabras, según se sabe, son una materia deleznable porque cambian de connotación emocional, de sentido» que bien lo sabía y explicaba Borges. Es así al comprobar la evolución que se produce desde que se pronuncian hasta su interpretación u olvido.

Lo del símbolo es un grave problema en España porque es tal el número, que uno se pierde entre logotipos incluso más que en idiomas, banderas, demasiadas banderas en abstracto, soberanías y trincheras. Todo es cuestión de trincheras trazadas en la reciente y ¡tan vieja! historia de una España que no evoluciona, sino que involuciona.

¿Aquí quién manda?  Bien estaría que la oposición adoptase la solución política del «Retraimiento parlamentario», aunque solo fuese por dignidad y limpieza. Democrática.

Sánchez, que no España que ni está ni aparece por España ni Europa, dice que no paga lo que piden, que él contribuye con la industria, que ya ha hablado con la Calviño para que dé dinero a sus amigos de la empresa que fundó el socialismo, que es un buen lugar para colocarse o colarse, depende de como acabe esto. Soldados los que quieran. Son baratos, disciplinados y mientras no se les hable alto… Y cobrar poco, casi nada, y solo por un tiempo.

Pedro Sánchez, conocido en la OTAN por el soldado Sánchez, acompañado de la soldado Robles, dicen que no a la OTAN, que del 5% nada y a estas alturas en la OTAN saben que eso es un no a Trump, que lo de la OTAN no les importa.

En Europa no están extrañados de la espantada española. Después de veinte años nadie olvida que tenemos una historia de abandonos del frente de combate y que aquí nunca hay Gobierno, sino lucha interna, desacuerdos, hago y deshago.

El presidente Sánchez, no España, se niega a cumplir el objetivo de destinar el 5% del PIB al gasto militar en la próxima década, como pretendía aprobar la OTAN en la cumbre de la semana que viene. La negativa del presidente no evolucionará los objetivos de cumbre que tendrá lugar el 24 y 25 de junio en La Haya. Y no lo hará porque son conscientes de que no es una decisión de España, sino la de un Gobierno atrapado en la corrupción y que debe dar cuenta a sus ciudadanos tarde o temprano. No es palabra válida.

Sin Europa, sin Estados Unidos, tendremos que “aumentar los impuestos a las clases medias” y “recortar servicios públicos y beneficios sociales”. Además “resulta incompatible con nuestro Estado de bienestar y nuestra visión del mundo”. Lo contrario de lo que dice el señor Sánchez desde las alambradas de La Moncloa.

Vivimos una política de trincheras. La de La Moncloa pide refuerzos y se los mandan del ministerio de Defensa y de Exteriores.

El presidente del Gobierno dice y el Rey desdice. Así lo entiendo yo. Claro que es el peligro de la palabra.  No se puede compartir. Cambian de connotación emocional, de sentido.

Llega un momento en el que uno se pierde entre palabras de engaño al estar sometido a esta guerra cognitiva por soldados como Sánchez y Robles que saben muy bien que aquí la más principal hazaña es obedecer. A ellos. Ya hasta nos hablan alto y sonreímos.

Somos carne de cañón. Retraimiento parlamentario o defensa a toda costa.

Estamos fuera de la OTAN.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

23 junio 2025