Este mes de octubre se cumplen siete años de la muerte en Herat (Afganistán) del Cabo del Ejército español Cristo Ancor Cabello Santana. Pertenecía al Regimiento de Infantería “Soria” nº 9 con base en Fuerteventura.
Lo que les voy a contar es algo que llevo siempre muy cerca de mi corazón. No es suficiente haber vivido experiencias duras y de riesgo. Es necesario compartirlas, contarlas y dar a conocer lo que se hace, porqué se hace y como se hace. Entre el dolor, el sacrificio, incluso el horror de tantas injustas situaciones, surgen repentinamente hechos que te hacen meditar y sentir más allá de lo cotidiano.
Que yo conozca no hay profesión ni vocación que exija por contrato, por juramento o promesa, entregar la vida si preciso fuera en defensa de España. Esta es una historia de uno esos hombres que juró dar la vida por su Patria. Lo cumplió, pero antes de morir quiso ser cristiano y bautizarse. Dios hizo el milagro, Cristo Ancor murió siendo soldado y cristiano.
El Pater es una figura muy antigua y querida en el Ejército español. Ya en los Tercios de Flandes los soldados contrataban un capellán, algo muy necesario cuando la muerte es una constante compañera de viaje.
El capellán, llamado Pater o Padre desde entonces, acompañaba a aquellos valientes soldados con su cruz y su estola. Fue el jesuíta Thoms Sailly, asesor de Alejandro Farnesio, el fundador de la missio castrensis haciéndose cargo con sus compañeros de la atención espiritual de los tercios.
Ahí sigue la figura del Pater acompañando a nuestros soldados y dándoles consuelo espiritual en todas sus necesidades allá en combate o aquí en la paz.
Al comenzar la misión en Afganistan en 2009, el Pater, don Luis Miguel Muñoz Ríos, comunicó a sus soldados la posibilidad de recibir en Herat los sacramentos de iniciación cristiana. Uno de aquellos días del mes de septiembre entró en su despacho un cabo.
-Pater me lo he pensado y quiero ser bautizado.
El cabo se llamaba Cristo, algo que hizo dar un respingo al cura; Cristo Ancor Cabello Santana, un canario del Regimiento “Soria”. Había sido legionario y con la Legión estuvo en el Líbano. Un veterano guerrero, un auténtico y bravo soldado.
Cristo desde aquel momento fue asiduo a la catequesis, entusiasta y animoso. Eligió como padrino de su bautizo al alférez de su Sección, el alférez Santana. Para su bautizo quiso utilizar una concha de peregrino a Santiago con la que hizo el camino y de la que nunca se separaba. El 20 de septiembre en la celebración del Aniversario fundacional de la Legión hubo procesión y misa. Cristo, aún sin bautizar, quiso estar escoltando durante la celebración a su Cristo de la Buena Muerte. Fue la única vez que durante su catequesis asistía a la misa completa. Se adivinaba su emoción al hacerlo junto al Cristo de la Buena Muerte, el Cristo legionario.
Era 7 de octubre, festividad de la Virgen del Rosario. Pío V en el siglo XVI instauró esta fecha aniversario de la victoria en Lepanto atribuida a la Virgen, denominándola Nuestra Señora de las Victorias. También se agregó a la Letanía de la Virgen el título de auxilio de los cristianos.
Gregorio XIII cambió el nombre de la festividad al de Nuestra Señora del Rosario como hoy se celebra en todo el mundo.
Ese día el Pater quiso realizar una catequesis especial para enseñar a todos el rezo del Rosario y aprovechar para entregar a Cristo el Padrenuestro que había quedado pendiente.
Sobre el mediodía se empezó a oír por la Base rumores del ataque a una de nuestras patrullas. El Pater corrió hacia el hospital de la base provisto con los santos óleos de enfermos. Hay heridos. Uno está muy grave.
¡Pater, es Cristo! Tenía un hilo de vida. Los médicos luchaban por su vida. Una vida entregada y destruida por el fanatismo y el odio que persigue hasta la bondad de unos hombres que combaten la violencia en aras de la paz y la armonía.
El Pater recordó el apasionado deseo de Cristo de ser bautizado. Allí, en aquel lugar donde la vida recobra toda su dimensión y grandeza. Allí, donde no hay tiempo para los caprichos ni las interpretaciones. Allí, donde la muerte te sale al encuentro sin avisar.
Con autorización médica el Pater se acercó a la cabeza de Cristo y con un algodón empapado en el agua bendita, fue bautizado y ungido con el santo crisma. Media hora después los médicos certificaban su defunción.
En los umbrales de la muerte Dios le había recibido.
Antes de la repatriación del cadáver el Pater colgó del cuello de Cristo aquella concha compostelana con la que quiso ser bautizado.
Su padrino, el alférez Santana, herido en el mismo ataque, estaba sentado en la puerta del hospital. Al ver al Pater sus primeras palabras fueron:
-Pater ¿lo ha bautizado?
-Sí, lo he bautizado y confirmado.
-¡Pues ya está! respondió aliviado el alférez Santana.
Me contó el Pater que la última catequesis a la que asistió Cristo fue La resurrección de Lázaro.
Estamos convencidos de que la muerte no es el final.
En la Base de Afganistán quedó una placa en honor y recuerdo de Cristo Ancor. En ella se lee:
EN MEMORIA DEL
CABO CRISTO ANCOR CABELLO SANTANA
“CUMPLIÓ SU DEBER, OBEDECIÓ HASTA MORIR”
TUS COMPAÑEROS TE RECORDAMOS SIEMPRE.
Promesa cumplida, misión cumplida.
No hay más palabras que añadir.
General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)




Reblogueó esto en Contra la ley "antitabaco".
Me gustaMe gusta
Hacía tiempo que no me emocionaba como me ha sucedido con este relato. Gracias por contarlo.
Me gustaMe gusta
Gracias mi general y un abrazo. General Dávila
Me gustaMe gusta
Bellísimo post, emocionante en grado sumo.
Me hace replantearme, una vez más, si algunas cosas pasan porque sí o porque El Gran Jefe así lo ha dispuesto
Me gustaMe gusta
Gracias por sus palabras. General Dávila
Me gustaMe gusta
El próximo día 7, rezaré en su memoria frente a la virgen del Rosario, patrona de Montoro.
Me gustaMe gusta
Que Dios le bendiga. General Dávila
Me gustaMe gusta
Lo ciento pero que comentario se puede hacer sobre este caballero Legionario español hasta la muerte, todo está bien dicho por el *General de división Rafael Dávila Álvarez . ( R.)*
Viva España unida, Viva el Rey, y Viva la Roja y gualda, Vivan nuestras Fuerzas Armadas españolas, y como legionario viva la LEGIÓN .
Me gustaMe gusta
Precioso relato !!
Me gustaMe gusta
No he podido evitar que los ojos se me vidriaran leyendo esta historia, real y dura, como es la vida del soldado. No hay nada bueno en la muerte, no nos ha puesto Dios en en este mundo sólo para morir, aunque sepamos de ese inexorable final. Pero si al llegar ese dia, lo hacemos cumpliendo una promesa hecha a Dios y a la Patria, nada puede haber mas glorioso, aún a pesar de que las familias lo sufran en sus almas desoladas.
Gracias por el hermoso relato, mi General.
Me gustaMe gusta
Muy agradecido por sus bonitas palabras. General Dávila
Me gustaMe gusta
Si esto lo leyesen muchos de nuestros políticos, pensarían «ya están los de la cruz y la espada», pero los que amamos a Dios y a nuestra Patria, no podemos menos que emocionarnos hasta lo más hondo de nuestro ser. Gracias por compartir tan bella historia de amor, que nítidamente se presenta al describir la pregunta del alférez, que sentía amor a sus subordinados.
Me gustaMe gusta
Gracias a usted y cordial saludo. General Dávila
Me gustaMe gusta
El cabo Cristo Ancor Cabello Santana vivió como soldado, conoció personalmente a Jesús como su Salvador y Señor y experimentó Su Gracia; finalmente murió como cristiano, cumpliendo su deber y confortado en la seguridad de la resurrección y la vida eterna.
Sirvió a España hasta morir y todos los que sentimos a España tenemos una deuda de gratitud con él y un deber de emulación de su sacrificio.
Si en la encrucijada separatista actual traicionásemos por cobardía ese deber, seríamos peores que los bárbaros que lo mataron.
-Cabo Cristo Ancor Cabello Santana
-¡¡PRESENTE!!
Me gustaMe gusta
Precioso relato mi general ¡¡¡muchas gracias!!!
Comparto con el general Blas Piñar la profunda emoción que me ha producido su lectura.
No no tengo la menor duda de que si estos relatos formasen parte de la «educación para la ciudadanía» que deberían impartirse a nuestros adolescentes -en lugar de las disolventes enseñanzas que reciben- en dos generaciones España volvería a ser Una, Grande y Libre… y los españoles «fieles a su historia y dignos de su honor y de su gloria»
Me gustaMe gusta
Muchas gracias mi coronel y un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta
He leído buenos artículos en ésta bitácora. Pero reconozco que éste artículo me ha hecho lagrimear y tener los pelos de punta y realmente no puedo decir mucho mas, salvo que me ha dejado vivamente impresionado.Lo paso a divulgar pus creo que es lo mejor que he leído.
Me gustaMe gusta
Se lo agradezco. General Davila
Me gustaMe gusta
Mi General conmovedor relato, me ha traído mis recuerdos de cuando volví a encontrarme con Dios y la Fe, desde aquellos años nunca abandonó, siempre estuvo presente y más en todas mis intervenciones, finalizadas estas, nunca deje, ni dejo, darle gracias a Dios.
Seguro que Dios, tendrá en su Gloria al legionario Cristo Ancor Cabello.
Me gustaMe gusta
Un fuerte abrazo. General Dávila
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por estas reflexiones, mi general, que nos devuelven nuestra condición de seres humanos.
Me gustaMe gusta
Gracias a usted. Un abrazo. General Dávila
Me gustaMe gusta
Precioso y emotivo relato, mi querido General.
Para quien vive en Cristo, la muerte es el paso de la peregrinación terrena a la patria del cielo, una peregrinación que Cristo Alcor se adelantaba a hacer con su concha compostelana, como si adivinase que su Cristo de la Buena Muerte-Dios acoge a todos sus hijos legionarios; y esa muerte no es una tragedia, ni un salto al vacío, ni un absurdo existencial, ni una meta sin sentido, sino un paso sereno hacia la casa del Padre, Cristo de la Buena Muerte-Dios… al que Cristo Alcor, como legionario, quiso estar escoltando.
Esta acogida de todos en el cielo debe llenarnos de esperanza e inyectar a nuestro caminar cotidiano un estímulo extraordinario para humanizar nuestro mundo y hacer el bien a todos, ser mejores y a vivir en esta tierra de forma justa y fraterna; porque a quien no cree en el cielo, el caminar terreno se le hace muy cuesta arriba, y no pocas veces pierde el sentido de vivir.
Es en el momento de la muerte cuando uno comprende la nada de todas las cosas, por eso estamos convencidos de que la muerte no es el final.
“CUMPLIÓ SU DEBER y OBEDECIÓ HASTA MORIR”.
Mi querido General, gracias por compartir el hermoso y emocionante relato y un fuerte abrazo legionario.
Pedro Motas
Me gustaMe gusta
Gracias Pedro y vaya todo mi afecto para ti. General Dávila
Me gustaMe gusta
Mi General cuando brotan las lágrimas por algo tan triste y hermoso a la vez, eso es más saludable que reírse por una gracia; y hoy me ha emocionado con este relato tan digno y Patriota en honor del Soldado Cristo.
Con la frente levantada
——————————————–
Con la frente levantada
Siempre estáis comprometidos,
Valientes hijos de España
Que al deber sois bien nacidos.
Y en una entrega sublime
A España le dais honor
Con laureles que se ciñen
En la fuerza de la razón.
Cuando vais a otras naciones
Se engranda más la bandera,
Y el aura de sus colores
Por esos cielos se quedan.
Desde el puesto de vanguardia
Levantáis el pabellón
Que fortalece a la Patria
Con vuestro guerrero ardor.
Y el sentir del cumplimiento
Mitiga todo quebranto
Cuando la bandera al viento
La miráis en lo más alto.
Con sacrificios y anhelos
Obedecéis los mandatos
Sobre los lejanos suelos
De las ciudades y campos.
Que os ha puesto el destino,
Y en la voluntaria entrega
Se florecen los caminos
Que pasa vuestra bandera.
Siempre con esa esperanza
De cumplir sin ser caído,
Con la fe que se afianza
En el hacer bendecido.
Y si en el recuerdo aparecen
Las ansias de regresar,
Sentimientos que florecen
Y se tienen que aguantar.
Lo aminoráis con canciones
Que de España son acentos,
Y sirviendo a otras naciones
Se extinguen vuestros lamentos.
Cuando miráis que padecen
Mujeres, niños ancianos
Que tal sufrir no merecen
Y le ofrecéis vuestras manos.
Con la entrega generosa
Que tienen los corazones
De la Nación que es honrosa
Y de abnegación disponen.
Y volveréis al Patrio suelo
Plenos de satisfacciones
Entre agites de pañuelos
Que alegran los corazones.
Con la frente levantada
Y la mirada en el deber
La bandera roja y gualda
En lo más alto se hace ver.
Autor. Ramón Lencero Nieto
Me gustaMe gusta
Gracias amigo Ramón. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Me enorgullece el pertenecer a un colectivo donde se dan casos tan emotivos como el del relato del cabo Cristo y que desde allí pida a Dios por nuestra patria
Me gustaMe gusta
Gracias y cordial saludo. General Dávila
Me gustaMe gusta
Mi General ésta es una demostración de que el espíritu pervive y pervivirá siempre a pesar de la inmundicia que nos rodea. Es un orgullo y un privilegio pertenecer a una institución como la nuestra que cuenta con personas como el cabo Cristo. Gracias por publicar esa vivencia tan emocionante
Me gustaMe gusta
Gracias a ti por tus palabras y te envío un fuerte abrazo. General Dávila.
Me gustaMe gusta
MI GENERAL,
Gracias.
Retrotrayéndome, con tan grandioso relato de la vida y muerte de nuestro hermano Cristo, vienen a mi pensamiento los iniciales pasos de nuestro Fundador sobre el concepto de la muerte en la cultura japonesa.
Uno de los espíritus que forman el Credo Legionario es el Espíritu de la Muerte (10).
La muerte no es concebida en la tradición japonesa como el fin de la vida. La vida es simplemente una fuerza que aparece y desaparece bajo distintas apariencias. La muerte es sólo la fusión con la potencia primigenia que surgirá de nuevo bajo cualquier fuerza. La muerte no es algo distante.
Ciertamente el sacerdote Gabaráin Azurmendi así también lo entendió al componer nuestras bellas estrofas ´La Muerte no es el Final`:
“Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.
… Porque muriendo vivimos vida más clara y mejor”
Reiteradamente, gracias.
A LA ORDEN DE VUECENCIA,
– Francisco de Javier
Me gustaMe gusta
Un fuerte abrazo
Me gustaMe gusta
Un emotivo relato, uno de tantos como pueden contarse en las filas de nuestro Ejército del que, aunque separado del Servicio, sigo considerándome parte. Con mi respetuoso saludo
Me gustaMe gusta
Un saludo y abrazo
Me gustaMe gusta
MI GENERAL,
Vuelve a mi pensamiento su relato. Desde el amanecer.
Y por ello, permítame, un último referido.
En mi exposición previa escribí sobre la vida y muerte, pero hay algo más importante que Cristo nos dejó: su obra.
Su obra, EL LEGADO, al dar su vida por nuestra Patria. Aquí no caben Constituciones o regímenes políticos, monarquías o repúblicas, en contestación. No se entrega banalmente la vida por una concepción variopinta de la polis. Es otro concepto, permanente.
Se entrega la vida como sumatorio de algo superior, de un legado que estamos obligados a conservar.
No existe la nuda propiedad, ni la entrega de la cosa o transmisión en el concepto de Patria, sólo se detenta el derecho y la obligación de un usufructo mientras conservemos la vida, y después es el mismo legado que nuestro hermano recibe. El mismo legado que verdaderamente nos transcendió con la muerte de Cristo. Y que nosotros como pueblo y nación hemos de recibir y aceptar. No cabe interpretar de ninguna otra manera, al referirse a la Patria, la aceptación a beneficio de inventario.
En esta breve exposición refiero a un Soldado español, pero entiendo que su nombre, Cristo, hace honor a la Buena Muerte.
“Somos héroes incógnitos todos, nadie aspire a saber quién soy yo, mil tragedias de diversos modos el correr de la vida formó”. Siempre, desde muy niño, hice de estos párrafos el porqué.
Personalmente, su grandioso relato sobre el bautismo cristiano abrazando fuertemente, a un mismo tiempo, la muerte de nuestro hermano, Caballero Legionario Cabello Santana, es el verdadero significado, el porqué, de este ilustre Blog que vuecencia un día pensó y creó.
Gracias.
A LA ORDEN DE VUECENCIA.
– Francisco de Javier
Me gustaMe gusta
A la orden de Vuecencia, Mi General.
España perdió a un gran hombre, tengo el gran honor de haber conocido a su madre y de sus propios labios conocí a ese Cabo Caballero Legionario .
D. E. P.
Que Nuestro Cristo de Mena le tenga a su diestra
Taconazo y saludo
C.L. Jesús Clavijo Hernandez
Me gustaMe gusta
Gracias Jesús y recibe un fuerte abrazo legionario. General Dávila
Me gustaMe gusta
De esos días y de esa misión recuerdo entre otra cosas, el brindis legionario en QeN (único y sin igual),la noticia de ese ataque y la magnífica acogida que nos dió el Soria 9.Sin duda,la mejor misión como infante de marina.
Me gustaMe gusta
Impresionante mi General, hechos así
da mucho que pensar.
ViVA ESPAÑA, VIVA NUESTRAS FUERZAS
ARMADAS. 🇪🇸🇪🇸🇪🇸🇪🇸
Me gustaMe gusta
Gracias y un fuerte abrazo. ¡Viva! General Dávila
Me gustaMe gusta
Yo estuve en ésa misión,no en conjunta con ellos puesto qué nosotros fuimos de refuerzos para las elecciones,precisamente unos días antes yo hacia mantenimiento de mi uro vanta y se hacerco Cristo,lla conocía algunos del Soria de una misión anterior en tierra de los Balcanes,buenos momentos,malos momentos,sangre y lágrimas pero cuando hay que darlo todo se da,esa es nuestra vida la que quisimos escoger pero ésas sensaciones sólo la viven aquéllos qué an decidido dar ése pasó.
Un hermano caído sólo está dormido preparándose para su gran misión presentársela ante el creador,Honor,Gloria y Sacrificio.
Unos dirán no lo entiendo…
Otros dirán chiflados…
Pero nosotros sabemos muy bien lo qué emos querido escoger y por mucho qué se lo espliquemos a aquellos qué no nos entienden no sabrán ni entenderán el significado de ser un soldado ESPAÑOL.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un fuerte abrazo amigo. General Dávila
Me gustaMe gusta
Muchísimas Gracias Mi General. Teniente Santana
Me gustaMe gusta
Gracias Santana y me alegro mucho de verte por aquí. Las gracias a ti y a todos los que dais ejemplo de patriotismo y algo más. Un fuerte abrazo. General Dávila
Me gustaMe gusta
Soy Caballero Legionario Paracaidista y Guardia Civil con 41 años de servicio me han caido las lagrimas al leer lo narrado por el General Davila. . . La Cruz y la espada juntos para la victoria. . .¡VIVA ESPAÑA!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias amigo y un fuerte abrazo. General Dávila
Me gustaMe gusta
Muy emocionante, tenía que estar con su Cristo, y se fue con Él.
Me gustaMe gusta
Mi General: Magnífico relato de un hecho emocionante y ejemplar, que debería conocer toda la juventud, tan necesitada en muchos ambientes de ejemplos que les muevan el sentimiento y el entendimiento. Y gracias por tu ejemplo. Como militares, ya mayores (no viejos), que no somos jubilados sino retirados, ya no estamos en ninguna estructura orgánica pero seguimos en la lucha, con nuestros medios y por libre. ¡Por Dios y por España! Con la Cruz y la espada, como firmes apoyos, y con la pluma como arma, recordando tantos ejemplos recibidos, entre los que ahora tenemos el emocionante y poco conocido del cabo Cabello Santana.
Mi General, a tus órdenes.
Me gustaMe gusta
Magnifica historia que difundo en Sevilla donde antes estuvo el Soria 9. Cor. Cab. DEM. Gavira admirador de ese Regimiento.
Me gustaMe gusta
Mi General:
El morir en el combate es el mayor Honor y el hacerlo como el Cabo un privilegio que le proporcionó el Cristo de la Buena Muerte
Me gustaMe gusta