Alte Kameraden

Yo creo que, a veces, en España hay quien confunde convivencia, en un determinado estadio, con connivencia, en otro muy diferente, distinto y distante, con argumentos trasnochados  y ridículos.

“Alte kameraden “ ( “Viejos Camaradas “, conocida también en España como “Gloriosos Camaradas”  -como se la ha denominado también alguna vez-) es una alegre y clásica marcha militar, siendo compuesta en  Prusia en 1889; tratándose  de una de las mejores marchas militares alemanas con aires prusianos.

Junto con Radetzsky, son las dos marchas militares más universales y hermosas, sin duda alguna,  que se han compuesto.

Compuesta, como se ha citado, en el año de gracia de 1889, por Carl Albert Teike  (1864 – 1922), autor de un centenar de marchas militares y una veintena de conciertos, se toca en las juras de bandera  de muchos países, así como en universidades europeas y norteamericanas,  y así como también el Ejército del Aire chileno, en especial al finalizar el curso académico. También se interpreta en varias academias militares, entre ellas  la de West Point –USA-. En el particularísimo caso de esta España, cañí y tan diferente para algunos imbéciles,  sería interpretada en la Escuela  Naval Militar hasta la llegada de los socialistas (no deja de ser  una imbecilidad injustificable esta decisión, política y absurda a todas luces).  Sin embargo… en la propia Europa, en una representación pública de la marcha,  que organizó Andre Rieu, esperaba  50 voluntarios y se presentaron  600; tocando Rieu su violín Stradivarius en Maastricht (quien no lo haya visto y desee verlo le digo que tengo el vídeo a su disposición). Aconteció en una enorme plaza pública, repleta de asistentes enaltecidos por la buena música, sin impurezas (vamos,  felizmente sin políticos provocadores), y no lo dice este comentarista del  tres al cuarto, está en el vídeo, que data del año 2009. Esta marcha, por más señas, se utilizó en un canal de televisión tailandés como sintonía del programa Royal Thai, entre 1980 – 2004.

En España, y esto es lo triste, ahora apenas se oye, porque, y cómo se puede imaginar el lector,  algunos necios la interrelacionan  con Franco  – o su época- ,  o el nazismo alemán.  Craso error, pues no es una pieza política que pudiera molestar a nadie, sino militar. Este autor, ya emérito por razones de fecha de nacimiento y las satisfacciones de otros estadios,  no la oye en España, por ningún sitio, desde los años sesenta del siglo XX. Y por tales motivos apuntados, en el desdichado caso de España,  esta pieza (como los trenes) y los auditorios (en vía muerta) alcanzaron el fin del viaje y del  tiempo.  Y este conglomerado, por tanto,  accede a caminos inviables o imposibles, una especie de túneles para aventureros durante el día, y murciélagos de noche;  presididos por la vegetación, hasta que ese billete de ida, sacado en su día, encuentre su  vuelta,  o sea correspondido con el de vuelta algún día, desechando así  todas las razones políticas trasnochadas que esgrimen, o esgrimieron.

Si se analizara la letra de “Viejos Camaradas”, sin embargo, relata el encuentro fraternal de viejos camaradas para pasar una velada armoniosamente, con la alegría del canto y el vino, bien entendido, en convivencia auténtica, en auténtica camaradería, porque no hay algo más hermoso y pleno de riqueza mayor como la amistad   ( ¿ Qué tiene,  todo esto, de malo para los políticos españoles “retorcíos”?).

Terminan estas líneas con una frase que, creo recordar, le leí a  Antonio Burgos, que nos dice : “El toque que más ensalzaría  hoy a los nuevos políticos sería el toque de silencio”; a lo que este discreto articulista  añadiría  algo  más,  confesando que la frase no es mía, aunque los más despistados  así lo crean :  “Haga usted lo que yo … No se meta en política”.

FRANCISCO JOSÉ GONZÁLEZ DEL PIÑAL JURADO

Blog generaldavila.com

7 febrero 2017