Cuando se hace uso de las armas conviene antes de disparar analizar los pros y los contras no sea que nos causemos grave daño a nosotros mismos.
Este verano fui a abrir el ventanuco del techo del ático de casa para ventilarlo y me encontré con la desagradable sorpresa de un enorme avispero en activo por lo que cerré de inmediato la ventana y me fui a comprar el correspondiente aerosol contra avispas.
Resultó que no era fácil de manejar, entrañaba riesgos evidentes para la respiración además de ser muy peligroso si no actuabas con mucho cuidado ya que las avispas al sentirse atacadas podían revolverse con facilidad y darte un serio disgusto.
Siguiendo todo tipo de instrucciones, protegido con el conocimiento y las herramientas adecuadas, al día siguiente, al atardecer, me dirigí con las armas en la mano a declarar la guerra a las avispas. No oculto que ante enemigo tan desconocido y portador de arma tan mitológica como es su aguijón tuve que hacer un detallado planeamiento para elegir la opción más favorable y protegerme ante la más peligrosa. Una de las tácticas a seguir fue atacar casi en la oscuridad para evitar que las avispas pudiesen ver a su enemigo; rechacé cegarlas con humo no fuese que por esas cosas de la vida prendiese el tejado. Incluso me informé en el ayuntamiento por si era delito ecológico o algo así, por si debía dejar entrar en casa a las avispas, darlas de comer o cosa parecida. Soy muy respetuoso con el medio ambiente y me encantan los animalitos, incluso sonrío al vecino cuando su perro levanta la pata en la entrada de casa (o peor). Me dijeron que si eran avispas y no abejas, ni ovejas, llamase a una empresa de esas que matan cucarachas y chinches, así que como de eso en mi casa no hay decidí emitir el bando de guerra.
Día D; hora H.
En penumbra subo al ático. Enciendo una vela y en el cristal del ventanuco, a través del que suelen verse las estrellas, a veces la luna, descubro la silueta fantasmagórica de un dragón de pared.
Sobre el cristal, la silueta, el fondo lejano era un pequeño cielo de estrellas, la vela hacía juegos de luces en el vidrio. Permanezco un buen rato quieto ante ese espectáculo insólito. Acerco la vela. No se ven las avispas. Estarán metidas en las celdas de su colmena. Ese era el plan, pillarlas ya dormidas, y entonces disparar mí arma en forma del peligroso aerosol.
Al ver al dragón tan cerca del avispero decido dejar el ataque para no pillar en línea de fuego a tan bondadoso y eficaz animalito que contribuye a mantener alejados a mosquitos y otros impertinentes bichitos veraniegos. Antes de retirarme me acerco más al ventanuco, vela en mano, quiero fotografiar en mi mente ese momento, la salamandra no se inquieta, no se mueve, ¡sorpresa!, no doy crédito a lo que veo. De la boca del dragón de pared sale el abdomen de una avispa del que aún se observa el finísimo aguijón y algo de una de sus transparentes alas.
¡Mi amigo el dragón estaba cenado avispas!
Al día siguiente abandoné el plan previsto, me deshice de las armas de ataque y decidí no abrir el ventanuco y aguantar el zumbido de las avispas. No era cosa de que al dragón o dragones les faltase su alimento.
Pasó el tiempo y cuando ya tenía casi olvidadas a las avispas un día en el cuarto de baño de casa vi a una de ellas que se había colado por el respiradero. Subí de inmediato al ático y abrí con cuidado el ventanuco. Allí estaba el enorme avispero, pero sin rastro de avispas. No había ninguna y pude retirar la colmena con una espátula sin riesgo alguno.
El dragón o dragones habían acabado con la plaga y su molesto zumbido amenazador de aguijones.
Al atardecer en la tapia del patio, vi una reunión a la que no estaba invitado. Dragones y dragoncitos, tamaños diversos, en familia, se reunían al calor de los últimos rayos de Sol.
«Por eso dice el maestro Wang: “Si un gato está en la entrada de una ratonera, diez mil ratones no se atreverán a salir; cuando un tigre guarda un vado, diez mil ciervos no podrán cruzarlo”».
Es necesario aprender a hacer la guerra antes de disparar. Nunca dejarla en manos de aficionados.
Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
27 septiembre 2023
Ojalá leyera este episodio, al estilo de fábula, el veterano líder del PP que parece no haber aprendido que en lugar de hacer la guerra a VOX debería haber dejado las armas y aceptar su colaboración. A estas horas el enemigo ya estaría vencido.
Dice VE que es necesario aprender a hacer la guerra antes de disparar. Nunca dejarla en manos de aficionados. Totalmente recomendable aunque en este caso se trata de un veterano que se comporta como un novato. No parece haber aprendido. Pero la letra con sangre entra, dice con acierto el dicho, y ya parece haber aprendido.
Más vale tarde…
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Mi respetado y muy querido GENERAL, La RAE establece las dos definiciones sobre el aguijón: i) Punta de hierro dela aguijada o utensilio similar. ii) Órgano puntiagudo y perforante en abdomen del escorpión e insectos himenópteros como abejas, avispas etc. Sin embargo la RAE define guerra así.
1. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.
2. f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.
3. f. pugna https://dle.rae.es/?id=UbMKdd6#D2cmKiS (‖ oposición, rivalidad).
4. f. Lucha o combate, aunque sea en sentido moral.
5. f. Oposición de una cosa con otra.
6. interj. Era u. para excitarse al combate.
….
Por desgracia, una prima falleció en LA ALDEA DEL FRESNO (MADRID) POR UN SIMPLE PICOTAZO DE UNA AVISPA. Estaba encasa con el marido y al picarla la avispa, llamó a su marido EULOGIO y cuando la encuentra se estaba muriendo.
LA ENSEÑANZA EXPUESTAPOR V.E. ha sido rematada con ESTAR PREPARADO PARATODO. EL CONOCIMIENTO PROVIENE DE LA ADMIRACIÓN Y LA SORPRESA.
LA AFICIÓN debe ocupar estancias sin riesgo alguno en su tratamiento.
Por otra parte JULIO CESAR decía :»IGNAVI CORAM MORTE QUIDE ANIMAM TRAHUNT, AUDACES AUTEM ILLAM NON SALTEM ADVERTUNT» (Los cobardes agonizan antela muerte, los valientes ni se enteran de ella)
FELICIDADES Y ¡GRACIAS! MI GENERAL.
A LA ORDEN DE V.E.
En recuerdo de SANTAMARIA DEL ALCAZAR :
Siento lo que escribo Virgen Pura,*
*sin decir jamás lo que he sentido, *
las muchas veces a tus pies rendido,
para rezarte Madre con ternura.
*De niño con un defensor herido, *
ahora por amor a tu figura,
*divino sol que la mina tortura, *
dando al milagro un colorido..
De las virtudes, Reina y Señora,
auxilio de heroica fortaleza,*
de la que Dios te hizo vencedora.*
Estrella cortés y dulce realeza,
manto de consuelo en toda hora,
*¡Virgen del Alcázar, azul Grandeza! *
VIVA LA VIRGEN DELALCAZAR
VIVA EL REY
VIVAN LOS DEFENSORES
VIVA Y ARRIBA ESPAÑA
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Mi respetado y muy querido GENERAL, Solamente recordar a todos «LAS AVISPAS» DEL Comediógrafo ARISTÓFANES. Cobra en nuestros días plena relevancia. Argumento. La obra gira en torno a Filocleón y su hijo Bdelicleón, cuyos nombres marcan su posición ante el político ateniense Cleón de Atenas, blanco favorito de las burlas de Aristófanes. Filocleón es adicto a los juicios de la corte ateniense, y pasa todo su tiempo como miembro del jurado, juzgando a los demás. ¡LOS ÁNGELES CUSTODIOS GUARDEN A ESPAÑA! A la orden de V.E VIVA EL REY VIVAN La LEGIÓN Y REGULARES VIVA Y ARRIBA ESPAÑA
El mié, 27 sept 2023 a las 8:27, Pedro Cuadrado (petrusguau@gmail.com) escribió:
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Atentamente y con el debido respeto
A los avisperos políticos
——————————————–
Las avispas del ventanuco
recibieron su merecido,
a ver si nuestros enemigos
se dejan de tantos trucos
sin tener que hacer lo mismo.
Los avisperos políticos
habrían de tener en cuenta
que los sacos se revientan
Y. Quienes cometen delitos
¡QUE LA JUSTICIA ESTÁ ALERTA!.
Los que tanto presumían
de hacer lo que NO debieron
Y. A la parra se subieron
YA LES LLEGARÁ ESE DÍA
QUE ZURZAN LO QUE ROMPIERON.
Se vislumbra la esperanza
que arrodilló el anarquismo
encabezado por el sanchismo
Y. Los socios de esta chanza
ENEMIGA DEL ESPAÑOLISMO.
Las avispas del ventanuco
recibieron su merecido,
a ver si nuestros enemigos
se dejan de tantos trucos
sin tener que hacer lo mismo.
España día 27 de septiembre de 2023
Ramón Lencero Nieto
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Nada que pueda tener consecuencias, sean de la clase que sean, se debe dejar a aficionados.
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Excelente su escrito, Mi General. Hay que saber esperar y actuar en consecuencia.Muchas gracias y saludos para todos.
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Fina descripción; entendido, mi General, buenas tardes a todos.
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En la visita que hemos realizado hoy al Pazo de Rubianes, las avispas fueron protagonistas en el jardín. Si bien es cierto, que la distracción, aunque chocante, no nos apartó de la conquista del objetivo principal que era la prueba del albariño, nuestra mente, batiendo alas, se encontraba sobrevolando la ausencia de Pedro en la lona del cuadrilátero, ajeno al ardor guerrero con el cual Alberto, intentaba una y otra vez, cuadrar al morlaco para entrar a matar. El buen queso y la abundancia de ricas viandas, convirtieron el ruedo en un bello jardín donde la reina era la camelia y el rey la uva albariño. Al final, volvimos en una hora a la Escuela Naval Militar en un autocar conducido por la prudente Amparo y dimos por terminado el 50 aniversario de la Entrega de Despachos de aquellos jóvenes que hoy peinan canas y se han comido más de las tres cuartas partes del bocadillo…
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Un artículo muy ameno con algunos toques poéticos (la visión de la luna, las estrellas, el juego de luces de las velas…). De haber leído rusos y estadounidenses este artículo no se hubieran metido en los «avisperos» de Vietnam, Afganistán y Ucrania.
La táctica de atacar al enemigo en la oscuridad para evitar ser visto por este la siguieron los británicos en las Malvinas y les dió buen resultado. La infantería británica se acercaba a las posiciones argentinas sigilosamente en la oscuridad y atacaba las posiciones enemigas por sorpresa. Aunque en cierta ocasión un infante británico pisó una mina, el ruido alertó a los defensores argentinos y los británicos se vieron sometidos a una lluvia de fuego. Ninguna táctica es infalible.
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A las órdenes de V. E., mi General.
El gran problema de todos los veranos en las casas de campo. Los grandes avisperos por todo el exterior de la casa, buscando el camuflaje gracias al alero del tejado, y desde allí descienden en un picado vertical cuando la presa, uno mismo, se les pone a tiro. Un servidor terminó con las avispas, y con alguna que otra respetable culebra a la caza de huevos o polluelos de gorriones, por el expeditivo procedimiento del fuego, que todo lo purifica, con una antorcha ardiendo en el extremo de una alargadera metálica, literalmente quemándolas vivas y sin margen para maniobrar y escapar o contraatacar.
Eso sí, la cabeza protegida por una especie de escafandra hecha con tela metálica anti mosquitos, por si alguna avispa, con las alas quemadas pero viva, cae sobre la calva. Las culebras en el tejado son otro cantar, pues además de depredar pajarillos, tienen tendencia a entrar en la casa y enroscarse en algún rincón, e incluso meterse en las camas. Con esas lo más rápido y efectivo es una perdigonada. Ninguno de los dos procedimientos, en ambos el fuego, es agradable, pero no queda otra opción si no quiere uno terminar en urgencias.
Eso de los «sprays», y más al aire libre, es muy discutible.
¡¡¡Viva España!!!
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