EL REY DE LA AMNISTÍA Rafael Dávila Álvarez

 

Alzan la voz pero no por ello van a tener razón. Señalan al  Rey como culpable de haberse aprobado una ley, la de amnistía. Por firmarla.

No, no se equivoquen, y lo que es peor, no equivoquen a la gente. Si esa ley es legal o no, es decir constitucional, ahora se estudiará, decidirá y la decisión para bien o para mal la tomará el Poder Judicial, no otro.

Nadie ha obligado al Rey a firmar la ley de amnistía. Me dice un castizo: <<La ley se firma sola… una vez que, tras los pasos legales, es aprobada por las Cortes. Luego veremos, porque contra lo no aprobado nada se puede hacer. Ahora empieza lo bueno>>.

El símbolo no es Poder. El Poder es cambiante, no los símbolos. Es tanto el poder que tiene el Poder que hasta los símbolos pueden modificarse, no cambiarse. Podrá ser azul o rojo, pero el símbolo será alguien y algo. Es tanto el poder que puede incluso crecer más allá del mismo Poder y convertirse en tiránico. No es necesario que acudamos a los recuerdos.

Si alguien señala al Rey como culpable por firmar la ley de amnistía está claro que busca una respuesta partidista y provocadora: que el Rey se enfrente al Poder Legislativo y se constituya en Legislativo y Judicial.  El único que puede decidir si el Legislativo ha sobrepasado sus atribuciones (sus poderes) es el Poder Judicial. Ese el que el, en nombre del Rey, decidirá. Pueden ustedes responderme que el Constitucional es un órgano politizado  y atravesado por la lanza partidista y dará por buena la ley. No lo voy a negar, pero no se acaba ahí la batalla judicial que ahora se abre con rigor y contundencia fuera y dentro de España.

El Rey con su firma refrenda la voluntad popular expresada a través de sus representantes en la Cámara. Legal o no, aunque en mi opinión, la duda ofenda por su rotunda claridad, será el Poder Judicial quien dictamine; desde luego no la voluntad Real. Otra cosa es que le llevasen a firmar algo que dice: <<España se constituye en República de Repúblicas y cada Autonomía decidirá mediante referéndum su pertenencia a España o su independencia>>.

-Pues no, eso no lo firmo y ahora mismo llamo a la pareja de la Guardia Civil.

Que nadie duda que podría ocurrir, pero este primer paso de la amnistía parece solo eso: un primer paso antes de dar el otro. Esperemos que no… aunque sea desesperadamente.

El Rey no es Poder y no me vengan con la monserga de siempre: ¿Para qué sirve el Rey? Ahí está la respuesta. Es más que poder, es el símbolo, un poco de todos, lo que le hace asumir, como la infantería, las virtudes y defectos del conjunto. El Rey mantiene la historia y el sentido de Nación, incluso por encima de la temporalidad de una ley que si no se ajusta será ajusticiada.

Al Rey no le han obligado a firmar nada. No engañemos a la gente señalando en dirección contraria con intención de revolver más el río revuelto.

Todavía algunos piensan que el Rey es suyo, en exclusividad, como la bandera u otros símbolos. El Rey es de todos y Él no es la Ley ni decide qué está bien y qué mal. Es Rey de todos los españoles, de los que les gusta y también de los que no les gusta.

Hay veces que no se sabe donde está el enemigo. Ocurrió algo similar allá por los años treinta pero se nos olvida pronto el pasado.

En política la debilidad se demuestra señalando al otro y no asumiendo los errores propios. Todos saben que empujar no es bueno, así que no lo hagan, todo será a su debido tiempo, sin empujones ni caprichos.

El poderoso nunca tendrá todo el Poder y cuando menos se lo espera puede ser citado por ese otro Poder. Con la Ley en la mano. Es su momento, no vaya a ser que llegue el otro.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

12 junio 2024

 

 

17 pensamientos en “EL REY DE LA AMNISTÍA Rafael Dávila Álvarez

  1. Mi respetado y muy querido GENERAL,

    Su acertada Exposición Es la Auténtica Verdad desde el foco Jurídico.

    Sin embargo S.M. EL REY puede y debe convocar Junta de Defensa Nacional y en ella :

    i) Obligar a que Figure en El PEC como Mando y no sea El Presidente del Gobierno y ni está ni se le espera .

    ii) no se Lo tenía que haber hecho S.M el 👑 Emérito. Pero si no lo hace indicaria falta de Responsabilidad.

    Llevo años evidenciando la dimensión y transcendente Postura. Puede que me tomen por loco pero Otro Gallo Cantaría.

    Gracias y Enhorabuena Mi General.

    A la orden de V.E.

    VIVA EL REY

    VIVA EL CUERPO JURIDICO MILITAR

    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

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  2. El tiempo y las leyes supremas pondrán a cada uno en su silla,o si lo quieren en su lugar, ahora es lo que nos está pasando cada Extoriador, es libre de opiniones y es la otra cara de las realidad, saludos a todos desde condado paradanta Pontevedra Galicia España 👍 👏 😉

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  3. El Tribunal Constitucional, teniendo en cuenta quién es su Presidente, ya sabemos lo que va a decir. Esta batalla está perdida. La siguiente será la del referéndum, que también la perderemos. En una reciente entrevista Silvia Orriols dijo que Cataluña lleva 400 años invadida por España. Una mentira evidente que sin embargo va calando entre una parte de la población catalana. Como se dice vulgarmente, vamos cuesta abajo y sin frenos.

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  4. A las órdenes de V. E., mi General.

    La entrada de hoy es un soplo de aire fresco y de esperanza en que no todo esté perdido todavía.

    Quizás el mismo presidente del gobierno, ese malabarista que cree estar por encima de la ley, del bien y del mal, de lo divino y de lo humano, haya provocado con su cerco y ataque descarado al poder judicial para doblegarlo y hacerse con él, esta reacción y movimiento de última hora que puede ser la solución definitiva y el final efectivo de un autócrata aprendiz y discípulo de grandes ególatras y manipuladores de masas como Hitler, Lenin, Stalin, Chavez, Castro, etc. Pero conviene no echar las campanas al vuelo, pues entre los miembros de ese selecto club hay una proporción nada despreciable de politizados que además no ocultan ni disimulan su fe y devoción por un Sánchez o un Zapatero cualquiera que se pueda fijar en ellos a la hora de repartir cargos y prebendas, pues al fin y al cabo son también humanos.

    La firma final por parte de Su Majestad, y con ello la publicación de esa ley que, en la modestísima opinión de un servidor, abre de par en par la puerta a la más que probable, primero mutilación de la Patria, y después a su desintegración total y conversión en reinos de taifas haciéndose mutuamente la guerra hasta su extinción definitiva, por comparación y aunque sean casos diferentes, trae a la memoria al difunto Rey Balduino de Bélgica, cuando para no firmar una ley sobre el aborto, por sus principios y su conciencia, renunció por un día a su condición de Rey. Y el mundo ni su reinado se acabaron por eso. Pero ahí quedó el ejemplo para la historia, el ejemplo de un hombre valiente y consecuente con sus convicciones.

    Un servidor no se atrevería a opinar, y menos a valorar o juzgar, a nadie. Porque seguramente se perdería en la interpretación de leyes y Constitución, y decir tonterías. Es ese un terreno que desconoce, y sólo puede expresar sus sentimientos, con lo cual no puede poner en entredicho a nadie. Tampoco puede olvidar un bellísimo poema en romance a propósito del destierro del Cid, que aprendió cuando niño, y que seguramente todos conocen, sin tener que citar ni un solo verso.

    ¡¡¡Viva siempre España!!!

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  5. A tenor de lo que puede leerse en los medios, sospecho que, para muchos españoles, equivocadamente o no («El corazón tiene razones que la razón ignora» dijo Blaise Pascal), el vínculo afectivo y moral que les unía a la Corona ha quedado roto o, cuando menos, muy debilitado. 

    Podemos argüir todas las razones que queramos para ignorar el suceso, suavizar sus consecuencias o atribuir responsabilidades a unos u otros, pero la realidad es tozuda y el sentido profundo y la tendencia de lo que llevamos viviendo desde hace años se hace cada vez más manifiesto. 

    El 15 de Noviembre de 1930, un muy conocido filósofo y escritor español escribió en El Sol un artículo que ha pasado a la posteridad y que convendría releer muy atentamente, pues tanto el contexto en el que fue escrito como su diagnóstico son fácilmente extrapolables a nuestros días, a poco inteligente que sea el observador atento a la realidad que nos envuelve. A dicho artículo les remito. 

    Personalmente, creo que lo que aquellos españoles pueden reprocharle a la Corona no es tanto haber sancionado por imperativo legal una Ley inicua (otra más), sino no haber ejercido con eficacia la Auctoritas que le atribuye el artículo 56.1 de la Constitución. Esa es la causa de haber llegado a una situación en la que el deber actúa como fatalidad. 

    Saludos, 

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  6. Hice esta mañana un comentario, que con estas moderneces de WordPress me temo que no ha llegado porque no lo veo ni siquiera pendiente de aprobación. Lo intento repetir. Decía que hace unos tres meses leía un planteamiento de un Magistrado (jubilado) del Tribunal Supremo, D. Antonio Salas, que más o menos venía a afirmar que habría que invocar la intervención del Rey para que condicione la firma de la amnistía a un referéndum. Para él, y creo que su magisterio no puede dudarse, una decisión política como es la concesión de una amnistía requeriría una mayoría reforzada. Yo creo que esto se complementa perfectamente con la magnífica exposición de D. Rafael. Aunque está claro también, a la vista de los hechos, que esta ventana que quedaba abierta, o se ha querido cerrar o no se ha querido ni valorar.

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  7. <<España se constituye en República de Repúblicas y cada Autonomía decidirá mediante referéndum su pertenencia a España o su independencia>> escribes mi General como rubicón moral y legalmente infranqueable. Con profunda preocupación y con inmensa tristeza te diría que con este rumbo que voluntariamente hemos tomado y con esta velocidad de crucero a la que traspasamos cada una de las anteriormente tachadas por ellos mismos como inconstitucionales líneas rojas, tal situación no tardará en presentarse.

    En ello están empeñados los que legislan; y al estar absolutamente mediatizados por ellos los que han de juzgar la legalidad constitucional de lo legislado, pocas , muy pocas razones tenemos para pensar o esperar lo contrario. Tres años dan, lo hemos visto, para mucho: relajamiento del Código Penal, desaparición de delitos, indultos, amnistía, ¿referemdums, independencias…?

    Un abrazo.

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  8. Pregunto.

    ¿Sin negarse a firmar la Ley, podría el Rey, con el correspondiente dictamen de un equipo de reputados abogados del estado, política y escrupulosamente independientes, en el que se pusiera en duda la constitucionalidad de la misma, haber aplazado su firma hasta la resolución del último tribunal competente sobre ello?.

    De poder ser así, su prestigio y dignidad hubiera sido acrecentado, como fue el caso del Rey Balduino de Bélgica.

    Saludos cordiales.

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  9. No puede. Artículo 91 Capítulo segundo. De la elaboración de las leyes

    Artículo 91
    El Rey sancionará en el plazo de quince días las leyes aprobadas por las Cortes Generales, y las promulgará y ordenará su inmediata publicación.

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  10. buenas tardes/noches.

    El problema no es lo que debe/puede hacer o no hacer el Rey. El problema es la C78 que debe ser reformada a conciencia. La desafección no al Rey sino al R78 aumenta.

    Arriba España.

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  11. Perdón, mi General y todos.

    ¿Pero, por Dios, es que no está suficientemente constatado jurídicamente que el simple hecho de presentar este proyecto de ley, y ser aprobada por una ficción de mayoría, incorrecta y falsa por artificial y forzada con trucos parlamentarios y pactos de más que dudosa validez por el curriculum de muchos participantes, presuntos beneficiarios directos de esa posible amnistía, que esta ley es un ataque frontal al fundamento mismo de la Constitución, España una e indivisible?.

    Ese Artículo 91 que «obliga» u ordena al Rey a sancionar con su firma todas las leyes, es sencillamente una trampa muy bien urdida por quienes se llevaron el gato al agua, el PSOE de F. González y algún socio de conveniencia más, del grupo de los llamados «padres de la Constitución», aquel grupo de individuos cuyo nombramiento les debió salir en un premio de una rifa, porque, desde luego, no fueron en ningún momento propuestos al «pueblo soberano» (otro eufemismo) para su aprobación mediante un referendum.

    Cada día que pasa y cada hecho que ocurre, me reafirman más en que de acuerdo con mi conciencia y los valores morales por los que me regía, hice lo correcto no absteniéndome ni votando en blanco o dejando voto nulo para la aprobación de la Constitución. Deposité un voto perfectamente válido y limpio. Si bien al haber estudiado concienzudamente el borrador y haber detectado varias bombas de relojería colocadas en él, como por ejemplo el vocablo «nacionalidades» y este artículo 91, mi voto no pudo ser afirmativo. No podía hacerme corresponsable de lo que intuía que ocurriría, y que está ocurriendo. Al menos me quedará esa tranquilidad de conciencia. Pero la he aceptado y defendido porque la gran mayoría del pueblo la aprobó; o al menos, eso nos dijeron.

    Pero ahora, cuando es evidente que desde el mismo Gobierno se ignora e incumple, y de facto se modifica a conveniencia de intereses personales y no colectivos, no sometiendo esos cambios e incumplimientos a consulta popular, y al Jefe del Estado, Su Majestad el Rey, se le falta al respeto y se le ignora en su papel institucional, y se le relega como a algo inservible y de mero ornamento, surgen tantas dudas e interrogantes, que no es posible responderse.

    Perdón de nuevo, y ¡¡¡Viva siempre España!!!

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  12. Con permiso. Estoy hasta el gorro de leer tonterías y les dejo este texto a ver si queda claro para siempre.. Hemos oído cánticos de los opositores a la amnistía en contra de Felipe VI, que critican la “traición” del rey a la unidad de España, dado que no se opone de forma frontal a la amnistía pactada por el PSOE.

    A D. Felipe no le queda otra opción. La Constitución es bien clara: «El Rey sancionará en el plazo de quince días las leyes aprobadas por las Cortes Generales, y las promulgará y ordenará su inmediata publicación (artículo 91)».  Además, la Constitución no otorga al Rey ningún veto ni mecanismo para frenar leyes que emanan de los representantes del pueblo que, en una democracia, aparentemente es el que manda a través de sus representantes políticos.

    El rey no está habilitado por la Constitución a imponer su criterio personal y elegir cuáles son las leyes que promulga y sanciona. En ningún caso puede negarse a sancionar o promulgar una ley que ha pasado todos los trámites parlamentarios pertinentes. Tampoco corresponde al Rey revisar la constitucionalidad de las leyes; eso solo lo puede hacer el Tribunal Constitucional.

    El papel de Don Felipe es similar al de un notario; se limita a dar fe de un texto legalmente tramitado. Aunque la ley que le presenten sea un desatino, si ha sido tramitada legalmente no le queda más opción que confirmarla ordenando su inmediata publicación. Después vendrán las revisiones y rectificaciones si proceden por parte de quien corresponda, que no es el rey.

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