En este Camino al Centenario que ya hemos iniciado debemos hacer un alto porque, una vez más, esa vieja conocida de la Legión se nos ha colado, como siempre, sin previo aviso: la muerte.
Ayer murió en acto de servicio, en ejercicios de adiestramiento, el Caballero Legionario Alejandro Jiménez Cruz, del Tercio don Juan de Austria, III de la Legión. Tenía 22 años, ilusión y amor a España. Era un Caballero legionario.
Nuestro compañero Alejandro ha asumido el Espíritu de la Muerte:
«El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde».
En combate ha muerto. Para la Legión las maniobras, cualquier ejercicio de instrucción o adiestramiento, es combate. No hay diferencias en la entrega y decisión. Es el combate permanente, sin turno, sin contar los días, ni los meses ni los años.
Recogemos con dolor el cuerpo del legionario, de nuestro compañero Alejandro, ante nuestro Cristo de la Buena Muerte lo depositamos, rezamos y también lloramos, Alejandro compañero, a nuestro lado, siempre, siempre, siempre, que nosotros no te dejamos, sigues aquí, unión y socorro, compañerismo y amistad.
Los versos del coronel Luis López Anglada nos sirven de despedida.
El toque de oración inicia el vuelo
Y hay en las últimas luces del cielo
Algo invisible que nos acompaña,
Como si en la quietud de los soldados
Estuvieran aquí formados
Todos los que murieron por España.
Caballero Legionario Alejandro Jiménez Cruz: ¡Presente!
¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
26 marzo 2019