PEDRO SÁNCHEZ: UN PRESIDENTE HONORABLE. Rafael Dávila Álvarez

Aires atlánticos. Islas valientes. Canarias de destierros que Unamuno recitó en tragedia «Estoy digiriendo el gofio de nuestra historia».

La España insular nos hace pensar y recobrar nuestra españolidad perdida. Desprendidas de la roca madre el mar las une en eterna añoranza.

En La Mareta murió una abuela Reina del Rey de España: Don Felipe.

Hoy -de aquella lujosa finca de espumas de mar y fuego de volcán bien podría haber surgido Afrodita- es un lugar mitológico que juega con el tiempo de Cronos y donde aprovecha el presidente del Gobierno de España después de perder las elecciones para, retirado de las vistas y fuegos, asimilar la derrota.

Todo cambia de manos y acaba en otras a veces incluso inmerecidas y entonces los lugares dan paso a pensamientos mezclados y sus habitantes sienten la incomodidad de la historia.

Es la meditación que nos trae la marea atlántica y que ¡al fin! reposa con tranquilidad aclarando nuestras atormentados dudas: ¿En qué manos quedará España?

Se ha producido la noticia. Esta misma madrugada cuando D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón llamó a D. Alberto Núñez Feijóo para hablar de España. Los servicios de Moncloa habían avisado previamente por el canal de las alarmas para que el líder de la oposición estuviese tranquilo y no pensase que una llamada a esas horas se debía a una ocupación violenta del Congreso o a algo así, muy trascendente, como la bajada de las hipotecas o la de las pensiones. No. Era solo para hablar de España.

D. Alberto Nuñez Feijóo, por lo tanto, esperaba despierto la llamada de D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón que se produjo al filo de las 0500 horas, las 0600 hora peninsular.

—Buenos días Presidente.

—Buenos días Presidente.

Como presidentes son los dos, hubo algo de lío hasta que D. Pedro le explicó a D. Alberto que en el saludo estaba la clave de su llamada.

Un tanto incómoda esta entrada en conversación, quizá por la hora, que hizo que D. Alberto Núñez Feijóo creyese que todo era un montaje de los servicios secretos marroquíes o un enigma indescifrable para él.

Homero murió cuando no supo descifrar el enigma que le plantearon unos pescadores a los que preguntó que tal había dio el día de pesca: «Lo que hemos visto y cogido, lo dejamos; lo que no hemos visto ni cogido, lo traemos».

—Núñez, te llamo para hablarte del futuro de España. Solo tú y yo podemos arreglar esto.

—No te entiendo Presidente, yo he ganado las elecciones, pero resulta que las has ganado tú y eso es un enigma en el que no dejo de pensar. ¿Por qué me llamas?

—Es verdad, estate tranquilo, al fin «me he indagado a mí mismo» y no quiero que España deje de serlo por mi culpa, solo por mi culpa y por mi grandísima culpa. Te llamo para hacerte una propuesta que no podrás rechazar: Tú serás presidente porque has ganado las elecciones y además no tienes por qué ir mendigando apoyos a otros partidos. Tienes el mío y el de mi partido: nos vamos a abstener para que seas presidente.

—¡¿Presidente, presidente…?! ¿¡Oiga!? ¡¿Oiga?!

—Sí Núñez, soy yo, estoy aquí y te lo repito: Presidirás el próximo Gobierno de España. Dile a tu equipo que ya se puede poner a trabajar.

—Pero, pero… así sin más, ¿sin negociación ni acuerdos previos?

—Nada Núñez, tú has ganado y aquí el único acuerdo al que todos nos debemos se llama España. Todo se lo debo a España y a los españoles y ellos han hablado. Te ayudaré con firmeza a unir lo que nunca debimos separar.

—Pero Presidente…

El tono de voz se suaviza, la perplejidad cruza el Atlántico. En Madrid aparecía la aurora de rosados dedos cuando aún era noche oscura en La Mareta. El entendimiento tarda en su recorrido y cualquier joven impetuoso puede engañarte.

—Mira Núñez, he visto como sólo me apoyan los que quieren acabar con España. No quieren más bien que su independencia, el triunfo de unas ideas que impusieron recurriendo al terrorismo, llevan disfraces y representan una comedia con un final oscuro que cada día veo más violento. En Europa nos temen porque saben que si nos ponemos a trabajar juntos en pocos años no solo estaremos en el G-7, sino que seremos el motor de Europa y el referente de nuestra América Hispana, mientras que África nos abrirá sus puertas desde nuestras españolísimas Canarias, Ceuta y Melilla. Tenemos un reto por delante y debemos, antes que nada, dejar claro que se ha terminado la política independentista, que cerraremos esa vía de manera constitucional y que a la larga eso lo sellaremos con la Educación que debemos acordar. Debemos españolizar España.

—Presidente es que… No me lo creo. ¿Eres tú, Presidente? Estas cosas no se hacen así, pero… Necesito una confirmación y que se sepa por ti… y por España. ¿Eres tú, o esto es una broma? Voy a colgar…

—Te comprendo Núñez, Presidente. Debes darme 48 horas. Hoy mismo cojo un Falcon y vuelo a Palma para darle la noticia al Rey. En cuanto cuelgue contigo llamo a Alfonsín y queda todo arreglado. Pasado mañana te recibo en tu futura casa, La Moncloa, y desde allí damos la noticia a España y al mundo entero. No debemos confundir más a los españoles. No se merecen esto. Dejo la política Núñez y me retiro. Me han ofrecido entrenar al Barcelona de baloncesto y esa puede ser una buena canasta para unir más a las aficiones.

«Lo que hemos visto y cogido, lo dejamos; lo que no hemos visto ni cogido, lo traemos».

El enigma acabó con Homero.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

31 julio 2023