LA UNIDAD MILITAR DE EMERGENCIAS (UME) Y LOS JABALÍES: WATERLOO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

«Ha llegado la UME antes a Barcelona por 8 jabalíes muertos que a Valencia por 229 personas muertas. Si quieren ayuda que la pidan».

El mensaje corre las redes sociales y hay que analizarlo porque la sabiduría popular nunca está exenta de razón.

El mensaje tiene contenido.

Analicé en su día la grave irresponsabilidad del Gobierno de la Nación -nadie la asume ni está por ello acusado- por dejar abandonada a la Comunidad Valenciana para que con sus exclusivos medios solucionase la tragedia de la riada conscientes de que la gravedad de los hechos no le permitirían hacerlo sola. Hasta la Unidad Militar de Emergencias fue insuficiente para enfrentarse eficazmente a tal tragedia. No se decretó en nivel 3 de emergencias. ¿Hubo mala intención? La pregunta quedó (fosilizada) en el aire. ¿De quién depende la UME?

El sucio enredo político, por no definirlo con mayor crudeza, afectó a lo militar al no estar la UME dentro de la cadena de Mando militar lo que se tradujo en instrucciones, incluso operativas, dadas por el mando político. Las hubo y la política dió órdenes más que instrucciones.

Es un escándalo haber convertido una unidad militar (carísima) en una unidad con mando civil y uso político. Pero algo más grave merodea la creación y posterior funcionamiento de la Unidad Militar de Emergencias. Engañaron a los militares tocándoles su espíritu de servicio y generosidad con la mentira del servicio público, algo falso y que a la prostre se vio que era un servicio político. Los militares, hombres recios y de firmes convicciones, también son en ocasiones muy inocentes y fáciles de dar «un paso al frente» con tal de «cumplir su deber». «Con razón o sin ella» trasladado de lugar. Fue un error, un «sin querer queriendo». Se trataba de umedificar a los ejércitos. Para los ejércitos el enemigo no es la emergencia. Lo es la guerra. Debió de haber buena intención a la hora de crear una Unidad de Emergencias y hacerlo con militares. Sus ventajas son evidentes, pero se ha ido olvidando su carácter militar, sacándolas de su dependencia natural y oenegeizando (perdón por el vocablo derivado de oenegé) su actuación y mensaje.

Se hace uso de ella y se la dota con criterios políticos, como hemos visto en las inundaciones de Valencia,  llegando a extremos de tal descaro que han afectado al mismísimo «Mando militar» (más que la Cúpula militar) donde, aunque no han trascendido, ha habido quejas y grave malestar por el empleo de una unidad ¿militar? que está de manera anómala fuera del control del mando militar y que cada vez se aleja más de esta institución para constituirse en el paradigma de algo que nada tiene que ver con la misión principal de las Fuerzas Armadas ni con su mando y control.

Han logrado dentro de las Fuerzas Armadas crear polémica por sus sueldos más elevados, su mayor distinción, su no integración en ninguno de los ejércitos y un cierto elitismo. Han creado un soldado con armas civiles como la manguera o la pala quitanieves que se antepone al tradicional legionario. Y lo más grave, un desapego de las Fuerzas Armadas que puede llevar a los jóvenes oficiales a creer que su misión fundamental la ejercen en la UME mejor que en otra unidad de combate.

Cuando vemos la celeridad con que la UME ha acudido a la llamada de la Generalidad de Cataluña para atender la emergencia de peste porcina nos vuelva a surgir la duda. ¿Qué se enseña en las Academias Militares?

Gobiernos de la Generalidad que desmantelaron el Seprona, que echan a la Guardia Civil, que no quieren ver ni en pintura a los ejércitos, cuando aparecen los jabalíes todo cambia. ¿Sabrán que la UME es militar?

Los jabalíes no son la mascota de la UME, pero el animal recuerda a aquel grupo político así bautizado en palabras de José Ortega y Gasset durante la Segunda República cuando el parlamento era una jaula de grillos o de jabalíes: «Es de plena evidencia que hay, sobre todo, tres cosas que no podemos venir a hacer aquí: ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí».

La pregunta es obvia y consecuente: ¿De quién depende la UME? Pues eso.

Lo que nadie puede ni debe hacer en política es el payaso… ni el jabalí.

Cada uno está para lo que está y los jabalíes ya se sabe que tiran al monte y, si los dejamos, comen bocadillos de chorizo.

Por tercera vez: ¿De quién depende la UME? Pue eso. Waterloo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

3 diciembre 2025