Creo sinceramente que las mujeres tienen parcelas que conquistar en sus legítimos objetivos, pero también estoy seguro de conectar con muchas de ellas si discrepo de algunas cuestiones que en el fondo y la forma  desvirtúan sus auténticas reivindicaciones manifestadas en su día como: buscar más el revanchismo contra el sexo contrario que reclamar las oportunidades que han tenido vedadas y pretender que se produzca discriminación entre las propias mujeres, como es el tema de los vientres de alquiler. Por último, sin querer ser exhaustivo, es difícil aceptar que se celebre el día internacional de la mujer de la forma que lo han hecho en la Universidad Complutense (como muestra la imagen), o escuchar a una madre que se arrepiente de serlo porque su hijo de un año la ha destrozado la vida, etc. Es una desgracia que la reivindicación feminista se quede en demonizar el machismo como la otra cara de la misma moneda. Esto afecta profundamente a España y es por ello objeto de este blog

Pero no han sido solo estos hechos, nada positivos para las interesadas ni para el conjunto, los que han nublado el 8-M. El ya cotidiano capítulo de la corrupción ha tenido una especial  resonancia por las declaraciones del caso Palau de Cataluña, involucrando sin paliativos al principal partido secesionista y de forma simultánea se aprobaba el cambio de normas en el Parlamento catalán para decidir, al margen del mismo, la demencia independentista.

Finalizo el comentario de este mal día con lo que ha supuesto la imagen dada por el Congreso de los Diputados en su jornada de control al Gobierno, en la que ha quedado claro que la representación de la soberanía popular sigue a la gresca partidista, mareando la perdiz después un año legislativo en blanco y con importantes asuntos para el conjunto en el aire, sin desvanecerse la posibilidad de adelanto de elecciones mientras las necesidades del ciudadano medio no parece inquietar a nadie.

Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)

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9 marzo 2017