ARTÍCULO DE UNO DE NUESTROS LECTORES. «A TI CIUDADANO ESPAÑOL» Emilio Hernández Guzmán

Acabo de escuchar que el  PP manifiesta  que  no se aplicará  el artículo  155  de nuestra  Constitución,  respecto al  desafío soberanista. Este  partido  no ha cambiado  ni una  sola  coma de las leyes que  se promulgan por  la  hoy  oposición,  como desgraciadamente recordamos.

Los  principios  jurídicos son  los que  establecen  las reglas del juego. En su cabecera está  la  Constitución,  pero  dicha Ley  ha de ser desarrollada mediante otras leyes “orgánicas” que  requieren para  su aprobación de un sistema  de mayoría  reforzada,  tal vez  buscando  que  se produzca el  consenso entre las principales fuerzas  políticas.

Nuestra  reciente  experiencia demuestra  que  desde el  gran  pacto por  la convivencia que  se adopta como inicio del establecimiento de nuestro actual sistema  democrático, no ha habido,  en la  práctica ningún  consenso entre las fuerzas  políticas. Los  que  pudo haber fueron de mero compromiso.  Aquí se niega la  posibilidad de establecer  un gobierno de consenso,  de unidad.  Aquí se pretende la  aniquilación del contrario.

Desde que  se inicia la  alternancia  en el  gobierno de la  nación nunca se han  logrado  acuerdos de gobierno entre los dos grandes  partidos  PP-PSOE,  y  si, por  el  contrario,  el  que obtuvo  la  mayoría  pactó con  las fuerzas  nacionalistas (vascos y  catalanes)  circunstancias  que  ha costado  jirones de independencia y  de libertad  y  exigido  constantes  cesiones que dichos nacionalismos  ha enarbolado como victorias parciales en su lucha muy  alejada  del engrandecimiento de España.

Baste recordar algún hecho:

  1. a) Nunca hubo consenso para la lucha contra el  terrorismo  asesino  de ETA en el  País  La ley contra el  terrorismo  propuesta de por  Zapatero estando  en la  oposición  contiene el  lunar tan negro, de estar  en negociaciones  secretas  con  la  banda asesina
  2. b) En toda Europa el Día contra el Terrorismo es el 11 D. En España  no fue posible  el  acuerdo  y  se optó porque  fuese la  fecha del primer asesinado  por ETA.

Al Ciudadano español  solo  le  está  encomendado  votar cada  cuatro años, y  ahí está,  es obvio entretenerse demasiado, el  problema.

Cuando  hice  la  pregunta del anterior  artículo, me refería a  que es preciso  que  durante  ese período  de cuatro años que  hay entre las elecciones  no nos  quedemos  en expresar nuestro  desagrado de manera  aislada y  limitado a  nuestros medios individuales, pues así solo  tendremos  la  alternativa  de dejar nuestro voto a  favor de aquella  fuerza política  que  representa  para nosotros el  mal  menor.  Porque  abstenerse, por  desgracia,  es dar más  ventaja  a  aquellas  fuerzas  políticas que  están en contra de nuestras  convicciones.  El voto útil  creo  que  lo llaman.

No puede olvidarse que  cada  día que  pasa  las libertades  de opinión y  las de expresión  de los ciudadanos están siendo coartadas por aquellos grupos  contrarios  a  nuestras  convicciones,  que  imponen las suyas.

Y  no solo  eso,  sino  que  el  entorno  que  nos  rodea nos  amenaza con la  descalificación social si  no aceptamos  sus postulados que  día a día se nos  imponen.  Y  ello  es así porque  para  ese entorno, político  y  social, amar a  España  es cosa  de fachas.  Defender su indivisibilidad también. Querer  mantener los principios  y  valores  que  nos  enseñaron  resulta algo  arcaico, sexista,  homófobo  y  racista.  Es decir, debo ser un puro (vamos a  caer  en el  error mecanográfico y  no usar  la  t)  fascista.

Conozco,  porque  lo he padecido,  que  el  mantenimiento de una postura  que  haga ver no estamos  dispuestos  a  aguantar lo que se nos  quiere imponer, tiene dos  límites,  el  cumplimiento  de la  ley –natural- y  otro  mucho  más  duro que  es el  cansancio y  la  desmoralización  al  ver que  pese  a  la  movilización pacífica  del ciudadano, poco se termina  consiguiendo.  Por  mi parte prefiero  seguir y  tragarme el  cansancio,  como quien me conoce  sabe perfectamente. Y, aclaro, no estoy afiliado  a  ningún  partido político  ni cobro un solo  céntimo  que  no proceda  de mi trabajo.

Está  claro que  en España  una  vez  acordado el  marco constitucional, no hubo ni un minuto  de consenso entre las fuerzas  políticas. La izquierda se dedicó y  se dedica a  desmontar  todo aquello  que  le  apartaba de su idea: “Se  ha debido  acordar todo como si  se reiniciase el  período  posterior a  las elecciones de febrero  de 1936

Ahora estamos  viviendo situaciones muy  irritantes para  quienes  amamos a  España.  Y, por  eso,  estoy incómodo. No es solamente  hoy. Nuestro  panorama  político  es un horror.  Exponerlo  con  el mínimo  detalle llevaría  a  cualquiera  de nosotros a  rellenar unos volúmenes de cierto grosor.

En resumen, o  nos  plegamos  al  modo de encauzar la  vida  que  se nos  impone  o  dirán que  usted y  yo somos unos marginales. Y ese mismo  panorama  veo  cuando  miro a  la  Europa,  la civilizada,  la  desarrollada económica y  socialmente, aprecio  que  se dan  los mismos  condicionantes.  Nos  han  puesto contra las cuerdas.

Por  eso,  permítaseme que  repita la  pregunta “¿a qué  estamos  esperando?,  ¿por  qué  hay  que  aguantar a  esos  individuos que  no nos representan?,  ¿por  miedo al  qué  dirán?

Necesito un banderín de enganche ¡ya!,  dentro de la  ley,  para defender mis  principios  y  mis  valores,  sin que  por  ello  se margine  a  nadie, pero  mis  derechos deben ser defendidos y respetados. Y  si  no existe ningún  partido  que  los acoja apoyaré su creación. Todo menos seguir esperando.

Ese  nuevo camino  puede ser largo, por  eso  cuanto antes cada  uno de nosotros se lo plantee,  antes alcanzará su meta, lo que  viene a  decir algo  así como, “no  dejemos pasar muchas  más  elecciones por  si  al  final  ya destrozaron la  posibilidad de convivir en nuestra  España  unida”.

EMILIO HERNANDEZ GUZMAN (Abogado)

Blog: generaldavila.com

29 agosto 2017