No eran unas elecciones municipales ni autonómicas. Eran unas elecciones para mostrar la hartura, el no poder ya más, el no al golpismo, a la ETA y a quién lo ha consentido. Sobre todo al culpable que lo encabeza: Sánchez. Jurado popular: ha salido culpable y por lo tanto derrotado.
Ahora empezarán a inventarse todo tipo de insultos y amenazas, nos asustarán hasta la nausea, pero la sentencia está dictada y será en breve refrendada.
Eran, por primera vez, unas elecciones que sin ser generales servían para indicarle a un presidente del Gobierno cual es la puerta de salida. Hartos. Ni siquiera han sido un enfrentamiento entre partidos.
Muchos de los antiguos votantes no se sentían representados por su líder poderoso al que conviene recomendar no mirarse más al espejo.
El «arco parlamentario», conocido y el desconocido, Apolo que hiere de lejos, lanzaba flechas envenenadas y era necesaria detenerlas antes de que alcanzasen el blanco. Con una ley electoral justa y ajustada a la realidad muchos de ellos no estarían donde están.
A modo de guía práctica del votante se oyó aquello: «Que te vote Txapote»; y a eso le llamó «crispación» sin ponerle nombre a la mentira «No pactaré con Bildu». Culpable.
Dicho esto conviene que los partidos que se proclaman vencedores, y dan saltos de alegría, recuerden que España, es decir los españoles, votan patriotismo o, si lo prefieren, han votado contra los que no son patriotas y pretendían vender España a bajo precio, al precio de los votos para revenderla a trozos.
España es y será su unidad, soberanía, integridad territorial y respeto a la Constitución y eso es lo que votan y votarán los españoles, no a un partido, sino al partido que defienda esos principios que son los que generan empleo, respeto internacional, trabajo riqueza y prosperidad.
No lo olviden o caeremos bajo las mismas garras de los que vuelan en búsqueda de nidos ajenos donde poner el huevo de la serpiente.
Es la clave de futuro. Aquí se vota España.
Todo eso de los progresistas, los sostenibles, los desintegradores, los dialogadores, es una tabarra que ya se ha descubierto: mentira disfrazada, mimetizada de independentismo y con pasos decididos camino de acabar con la nación.
Que nadie robe a los españoles su sentir, la propiedad, la familia, sus tradiciones y creencias, su historia, la de siempre, sin mentiras ni necesidad de leyes para el enfrentamiento, el sacrificio y el trabajo, el esfuerzo y la convivencia.
España está medio destrozada y los que gobiernen tendrán que repasar estas legislaturas recientes para reparar lo hecho: evitar que desaparezca España. Más remendar que hacer ropa nueva.
Después de la felicitación viene el duro trabajo. Hay mucho que enmendar y es urgente reconstruir España.
No conviene olvidar que leamos como leamos el resultado de estas elecciones la triste realidad es que España está rota por culpa de los partidos independistas y filoterroristas y por mayor culpa de los que con ellos está encamado.
Lean bien los resultados.
Lo que hoy ha quedado claro es que es la hora de cambiar el colchón de La Moncloa.
Es la hora de España.
Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
29 mayo 2023
