IRAK: FIN DE LA GUERRA. SANGRE ESPAÑOLA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Irak. Fin de la Guerra

Nadie se acuerda ni dará las gracias. Tampoco pedirán disculpas. Ni aquel presidente ni el que, sin saber sabiendo, ministraba la Defensa. Los errores quedan sellados en los historiales… y en las conciencias.

«Nuestras fuerzas se han hecho con el control total de las fronteras con Siria». Con estas palabras, el primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, anunciaba el fin de la guerra internacional contra el Estado Islámico en Irak, la más costosa y mortífera en el país desde la caída de Sadam Husein. No es lo de ahora algo distinto. Es lo mismo, su continuación.

Ahora llega la paz de aquella guerra: la que inició Sadam y no otros… Pero la verdad es para los hombres un motivo sumamente débil, de aquí que exista siempre una gran diferencia  entre conocerla y estar dispuesto a aplicarla, saberla y ser capaz de ponerla en práctica.

Después de tantos años no hay documento que certifique la paz. Nunca firma el traidor que esconde su rostro en la batalla y asesina en su propia retaguardia. Pero la declaración formal es necesaria para la moral de victoria de un pueblo en el que la guerra lleva ocultando sus amaneceres hace ya demasiado tiempo. Sus soldados necesitan sentirse victoriosos: «Los últimos terroristas en Irak han sido eliminados hoy». Declaraba el ministro de Defensa iraquí, sabiendo que aún queda una larga lucha militar y policial. También cultural y de reconstrucción del territorio; aunque más largo y duro será enfrentarse a recomponer los odios y lamentos del alma.

Una paz que nos trae muchos recuerdos. ¿Quién debe querer más la paz sino el que de la guerra puede recibir más daño?

Soldados españoles adiestran al Ejército Iraquí

Irak es un mal recuerdo, aunque queramos olvidar aquello. Sí, la precipitada e irresponsable retirada del 2004. Allí seguimos, pero eso se incluye en el olvido. Mejor no recordar. Irak sigue siendo el sello del sacrificio, del riesgo y cumplimiento del deber, guste o no guste, un nombre maldito que dejó al descubierto lo peor del ser humano dedicado a los menesteres de una indecente política.

No hubo agradecimiento, entonces, para aquellos soldados sometidos a un innecesario riesgo por la precipitada y oportunista orden de retirada.

Pero volvieron a Irak. Era necesario combatir por la paz.  Siguen nuestros soldados, en Besmayah, entrenando y formando a las Fuerzas Armadas iraquíes en el combate, en la guerra.

Hoy se anuncia la victoria y la paz. Allí ha quedado derramada sangre española. También ha quedado nuestro carácter, nuestra forma de ser, el espíritu del soldado español.

De aquella sangre nació esta paz. Rosas rojas que se mezclarán ya para siempre entre sollozos y recuerdos imborrables. Es nuestro deber, y el de todos los españoles de bien, recordar a aquellos que dieron su vida por esta paz que hoy se logra.

Capitán de Navío Manuel Martín-Oar.

Sargento primero del EA. José Antonio Bernal Gómez.

Sargento del ET. Luis Puga Gándara

Alberto Martínez González, comandante de Caballería del Ejército de Tierra; Carlos Baró Ollero, comandante de Infantería del Ejército de Tierra; José Merino Olivera, comandante de Infantería del Ejército de Tierra; José Carlos Rodríguez Pérez, comandante de Infantería del Ejército de Tierra; José Lucas Egea, brigada de Caballería del Ejército de Tierra; Alfonso Vega Calvo, brigada de Infantería Ligera del Ejército de Tierra; Luis Ignacio Zanón Tarazona, sargento primero radiotelegrafista del Ejército del Aire.

Comandante de la GC. Gonzalo Pérez García.

¡Presentes!

Legionarios españoles marchan a Irak

Ahora, cuando se firma la paz, llegan a Irak los legionarios, los mismos soldados que precipitadamente, con irresponsabilidad, fueron retirados.

Volvieron y vuelven. 350 soldados procedentes en su mayoría de la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión y de distintas unidades de Tierra y Aire, además de una unidad de la Guardia Civil.

Sin los soldados, una coalición de 74 países, también españoles, nunca hubiese sido posible la paz.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

14 diciembre 2017