Primera conclusión: crisis de analistas. No acierta ni uno. Tantos nombres y renombres, pero la pitonisa de Delfos era mucho más matemática y efectiva que todos estos que montan empresas de profetas que viven de la inocencia y la incultura de sus semejantes. En eso son más listos. Los de Europa y España, por ese orden, no es que no sepan, que no saben, sino que además aderezan las previsiones con su propia ideología. Nos muestran no lo que será, sino lo que quisieran por si acaso cuela y arrastran votos.
Segunda conclusión: hasta las narices de que nos mientan y mal gobiernen. Una cultura del relativismo, de la indecencia, de leyes y no virtudes, del todo vale para nosotros y no para los otros, eso de los unos y los otros, de la política de las armas el gran negocio, de una Europa débil, vaga y que renuncia a su cultura y a sus orígenes, a su Defensa, con unos políticos vacíos, ricos y corruptos.
Tercera conclusión: Os han descubierto queridos concienciados (wokes). ¿Ahora que se os ocurre decir? No ha sido Putin el que ha intervenido en las elecciones, sino el voto popular, más libre que nunca cuando ha logrado atisbar la verdad, quitarse la pereza y retirar el velo de este nuevo comunismo que nos invade vestido de buenismo. ¡Que no! Ya no engañáis a nadie y el mundo se desarrollará como buenamente pueda porque somos muchos y no hay para todos. Así que demografía manda y habrá que ponerse de acuerdo sin las pistolas en vuestras únicas manos.
Cuarta conclusión: ¡Ah! ¿No lo he dicho?: ha ganado Trump. De manera abrumadora y sin paliativos. ¿Y ahora qué hacemos? Cerrar chiringuitos, valorar la cultura del esfuerzo, trabajar, amar a tu nación, defenderte de los que la atacan con engaños o con armas, acabar con eso de vivir del cuento o de la subvención, en fin una serie de cosas que no todo el mundo sabe hacer, sobre todo he oído decir que manejar el arte del acuerdo y la negociación, sin exhibiciones ni temor al otro.
Quinta conclusión: ¿Dónde está el miedo? ¿A quién debemos temer? Porque más incendios de los que hay es difícil encontrar en este mundo que nos entrega el señor Biden y compañía.
Punto final (por ahora): Europa indecisa e incapaz de mantener una mínima defensa de sus intereses tiembla ante el panorama. Entre sus naciones componentes algunas se prestan a liderar la partida. Alguien debe de tomar el mando cuando este es abandonado. Europa no es por ahora una unidad de pensamiento y de comportamiento, sino una simple unidad de intereses, probablemente económicos. No existe todavía una Europa basada en pilares culturales, históricos y familiares que compongan un conjunto con fortaleza interna y espiritual. Hemos renunciado a ello. La libertad es un valor espiritual, la democracia lo es también, valor político y de convivencia, pero no tenemos la exclusividad ni podemos presumir de una historia pacífica y de ejemplo de paz. Aquí nadie puede tirar la primera piedra. Hay muchos intereses y muy distintos. Alemania y Francia parecen iniciar el camino del liderazgo de una Europa en la que urge dejar claro el futuro: paz o guerra. Hay que elegir. Para empezar ¿es posible formar un Ejército Europeo? La OTAN está en crisis y más que lo va a estar. ¿Es que nadie se ha dado cuenta de lo que viene, de que el mundo ha cambiado? Estados Unidos también.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
7 octubre 2024