Estamos aún en Israel; todavía es 7 de octubre de 2023. Es difícil huir de ese lugar y olvidar los hechos. El horror del ataque terrorista de Hamás al corazón de Israel, que son sus ciudadanos, su libertad, pesa como una losa en todos y cada uno de nosotros.
Para un soldado es difícil mantener la cabeza en su sitio y luchar con la frialdad que exige la ejecución del planeamiento de guerra que lleve a la victoria completa. Una guerra que hay que ganar, pero no solo militarmente. Hay que cambiar conciencias del mundo. Equivocadas. Que favorecen al terrorismo, incluso algo peor: lo justifican.
Tiempos recios nos esperan y tendremos que ayudar a Israel. Por ellos y por todos.
El 7 de octubre será una fecha inolvidable en el calendario del mundo. El horror más allá de lo que el ser humano puede soportar ha dado paso a descubrir lo que había detrás: una auténtica escuela de terrorismo que atenaza al pueblo palestino. La niebla desaparece y deja al descubierto una matanza de todo un pueblo al que se esclaviza. Pretenden dominar por el terror una zona de alto valor histórico y ahora un enclave que podría ser tierra fértil donde la semilla de la cultura, de la modernidad y riqueza, dé sus frutos y se reparta entre todos. Beneficios sin luchas y en libertad. Solo es necesaria la paz y la convivencia y hasta ahora eso no ha sido posible solo por un protagonista: el terrorismo.
La actuación de Israel en estos momentos es quizá la de mayor trascendencia en su historia y la clave para acabar de definir su futuro. Este es el momento y hace muy bien en luchar por ello. No le queda otra alternativa. Pero debemos tener muy claro que su victoria no será solo la de ellos, será la nuestra, la de todos, y lo más importante: la del pueblo palestino.
Palestina será cuando lo sea Israel. Cuando cesen las luchas, las guerras, cuando, por encima de todo, desaparezcan los grupos terroristas que instalados allí pretenden aislar a los palestinos, hacerse dueños de su voluntad y utilizarlos como corderos al sacrificio.
La lucha del pueblo judío es la lucha de todos y de su victoria nos beneficiaremos todos. Es necesario separar la cizaña del trigo.
Costará años, pero hay que empezar y terminar de una vez por todas. Palestina se encuentra sumida en la esclavitud del terrorismo yihadista que se alimenta del temor que suscita, de una indecente interpretación religiosa no practicada por ellos y de la difusión de sus acciones exhibiendo la pobreza de la que solo ellos son culpables.
En la Franja de Gaza durante años ha mandado el terrorismo, han sucumbido a sus enseñanzas, la pobreza y la miseria es dominante, no hay industrias ni una economía en ciernes. No hay nada y no se ve futuro bajo un régimen terrorista. Es necesaria formación e información para convencer, disuadir, enseñar y formar. Para, en definitiva, abrir la vida a la libertad. Israel ha crecido hasta convertirse en una de las mayores potencias del mundo. Con trabajo esfuerzo y libertad. Lo mismo puede hacerlo Palestina. En cuanto aparte de su lado al terrorismo y acepte la ayuda y el reconocimiento sin violencia.
Parece mentira que en una situación de guerra pueda decirse que Palestina necesita un Ejército. Pero es un hecho que su pueblo requiere, orden y legalidad bajo el amparo de un ejército propio que restablezca la convivencia y las relaciones entre ellos y sus vecinos.
Los Ejércitos no están exclusivamente para hacer la guerra sino para evitarla, pero si esto no fuese posible, luchan y combaten bajo estrictas normas de respeto al enemigo y protección a la población civil. Los ejércitos han evitado más guerras que las que han provocado, decía Ortega y Gasset. Allá donde la violencia dirige y controla solo la creación de un ejército en valores puede llevar el orden y la ley.
‹‹…porque con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de cosarios; y, finalmente, si por ellas no fuese, las repúblicas, los reinos, las monarquías, las ciudades, los caminos de mar y tierra estarían sujetos al rigor y a la confusión que trae consigo la guerra el tiempo que dura y tiene licencia de usar de sus privilegios y de sus fuerzas››. (Don Quijote. Discurso de las Armas y las letras).
Hay que acabar con el terrorismo y dar la libertad al pueblo palestino. Para ello debe vencer Israel y expulsar de una vez por todas a cualquier movimiento terrorista venga de donde venga, por muy lejos que sea.
Formación e información. Extensos conceptos, complejos, únicos eficaces para acabar con el terrorismo. En eso están nuestros soldados y los de parte del mundo, en silencio y sin que se conozca y, en ocasiones, se reconozca su labor.
Los soldados en su lucha leal y legal saben que lo que hacen es trazar el camino para la paz.
La victoria de Israel será la vitoria de todos los libres y entre ellos, los primeros, los palestinos.
Es la victoria contra una auténtica escuela de terrorismo que pretende embaucarnos a todos y cuyas enseñanzas se extienden por el mundo con el fin de asolar los campos y las almas.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
9 noviembre 2023