Horizonte. Para mi es sin duda una de las palabras más bellas e insinuantes de nuestra lengua. Cualquiera de las definiciones que recoge el Diccionario de la Real Academia es una atractiva invitación a reflexionar sobre aquel lugar donde parecen juntarse el cielo y la tierra y se abre ese mundo incierto de múltiples posibilidades o perspectivas que se ofrecen en cualquier asunto.
Es el nombre que, con toda intención, lleva el programa que Iker Jiménez y Carmen Porter donde, acompañados en la retaguardia por un grupo de gente de una categoría humana y profesional que es necesario destacar, nos ofrecen ese espacio de lo visible e invisible que ocurre en la superficie del globo cada jueves. En Cuatro televisión a partir del las 2300 horas.
Hace tiempo empecé a ser invitado a participar en el programa y creí que sería uno más de los que suelo visitar a dar mi humilde opinión.
Hoy puedo decir con rotundidad que Horizonte es otra cosa. Sin opinar nada en contra de ningún otro medio a los que suelo acudir, cierto es que aquí, en Horizonte, hay un cierto misterio por descubrir que seguramente navega en silencio en esa Nave del misterio que conduce los programas de esta pareja única y penetrante.
Entiendo que la televisión es un medio complejo y complicado que engendra muchas envidias y tiranteces con eso de las audiencias e imágenes.
Horizonte hizo una cobertura de la DANA en Valencia impecable y necesaria en su rigor y entrega, un verdadero sacrificio -no lo duden- que además de llevar la esperanza, el bien material y espiritual a los sufridores, sirvió para ver en directo todo lo bueno y malo del ser humano, sus errores y aciertos, quienes se sacrifican o quienes rentabilizaban el momento, y todo ante una situación muy difícil donde el comunicador, el periodista, debía mantener la calma y el oficio para evitar dar una información visceral o subjetiva que crease imágenes falsas que acaban en un claro daño a los afectados por la tragedia. Como es lógico seguí conmovido todo el trágico proceso y les aseguro que con ojo crítico con idea de mejorar las cosas, como comprobarían en mis artículos.
Me volvió a sorprender Horizonte y su equipo. Sé de lo que hablo. Es cosa corriente que los sacrificios, la entrega y la heroicidad tengan enemigos. En la milicia antes de conceder una medalla al heroísmo se forma oficialmente el juicio contradictorio, una especie de abogado del diablo, para buscar todo aquello que pueda alegarse en contra de esa meritoria actuación supuestamente heroica. Es una buena práctica porque evita errores de percepción en el juicio. Lo malo es cuando se opina como si la cosa estuviese ya juzgada y sentenciada. Ahí no hay juicio contradictorio, sino mala fe y ganas de hacer daño y todos suponemos las razones.
No necesita Iker Jiménez ni Carmen Porter, tampoco su equipo, mi defensa ya que obras son razones, pero me parece que ustedes que me leen y siguen en el blog deben saber por un testimonio directo y desinteresado lo que vivo entre ellos, lo que hay tras las bambalinas.
Para dar un minuto de opinión es necesario horas de estudio y preparación y sobre todo libertad para hacerlo sin límites a la verdad. Rigor, educación y profesionalidad. Si además hay cariño y conexión con el grupo, todo es más fácil y se consiguen los objetivos.
Hay muchas lecciones a extraer de la DANA y su tragedia. Lo visto de unidad de los ciudadanos, el sacrificio, la solidaridad, no fueron razones de índole material. Estar convencidos de que se luchaba por una causa justa y necesaria fue el asidero moral más firme ante la tragedia. El honor y la honra siempre han sido sentimientos que han acompañado a los pueblos moviéndolos hasta límites insospechados. Cuando no se lucha con convicciones morales, cuando cada uno va a lo suyo y no hay una referencia a seguir, un ejemplo a imitar y una disciplina moral que cumplir sólo se lucha por salvar la vida y ese es el momento a partir del cual se empieza a perder la moral y la vida. La camaradería, la fraternidad, forja grupos muy sólidos cuyos miembros se sacrifican individualmente en beneficio del grupo.
Se ha vivido en Valencia y en las Comunidades afectadas: la virtud solidaria. Todas estas cosas tienen mucho que ver con la milicia. Sacrifico, compañerismo, verdad, rigurosidad, entrega, valor y honor. Quizá por eso lo de Iker y Carmen es un Ejército Milenario.
Será como recluta, pero me afilio a ese Ejército que cada vez crece más. Hasta un Horizonte sin límites ni fronteras.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
17 diciembre 2024