PROCESO DE BEATIFICACIÓN DEL PADRE HUIDOBRO, CAPELLÁN DE LA LEGIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Padre Huidobro Capellán de la Legión

En abril del 2018 escribí en el blog una carta al Papa Francisco pidiéndole su intercesión para que el proceso de beatificación del Páter Huidobro se pusiese de nuevo en marcha ya que su causa lleva tiempo <<dormida>> sin saberse muy bien las razones. Inmediatamente la “Agrupación de Legionarios de Honor de Almería” junto a la  «Hermandad de Artilleros de Honor de La Legión«, se sumaron al reto de esta petición enviando sus comunicaciones para la apertura de la Causa de beatificación del Páter Huidobro a Roma, al Postulador de la Causa y al Arzobispo Castrense de España.

Después de algún tiempo la respuesta ha llegado. Ha sido del postulador de la Causa, Padre Cebollada, que es quien mejor conoce en estos momentos el proceso. Su contestación es de enorme importancia porque nos explica cuales son las razones por las que el proceso de beatificación está “dormido” y lo que aún es de mayor relieve: qué es lo que hay que hacer para que se reabra.

Tumba del Padre Huidobro en los Jesuitas de Serrano, Parroquia de San Francisco de Borja

Lejos de especulaciones el Padre Cebollada nos pone en el camino para que la Legión y sus fieles, legionarios o no, devotos todos, pongamos en marcha de nuevo este proceso. La Legión hizo ya Santo a su curita legionario, popularmente, pero ahora hay que luchar para que su Santidad sea oficialmente reconocida por El Vaticano. <<La devoción es una condición sine qua non. Devoción venida desde diversos sectores del pueblo de Dios que tengan o hubieran tenido relación con el P. Huidobro>>, nos dice el postulador, Padre Cebollada. Ese es el camino y está en nuestras manos, en nuestra devoción.

Se inició su causa de beatificación en 1947 siendo Papa Pío XII quedando paralizado el proceso con Juan XXIII sin que hasta ahora hubiese explicación sobre ello. Hoy ha quedado aclarado: es necesaria la devoción. Tenemos que rezar y visitar su tumba en la Iglesia de los Jesuitas de San Francisco de Borja en Serrano. Tenemos que aumentar y pregonar nuestra devoción al Capellán de la IV Bandera de la Legión que murió al servicio de todos. Es condición sine qua nom.

Creemos que el pontificado del Papa Francisco, jesuita como el Páter Huidobro, sería un buen momento para reabrir o impulsar el camino de la beatificación del Capellán de la Legión: <<Legionario y Santo>>, como quedó proclamado entre los legionarios.

El próximo Centenario de la Legión se llenaría de gozo si se recibiese la noticia de la apertura del proceso. Para ello los principales protagonistas somos nosotros con la dirección y guía del Arzobispo Castrense del que esperamos encabece esta petición y el impulso de los Mandos actuales de la Legión.

El camino está indicado, claro y diáfano. No hay excusas. Empecemos ya.

Monumento al Padre Huidobro en la «Cuesta de las perdices». Madrid

Gracias a la <<Agrupación de Legionarios de Honor de Almería>> y a la <<Hermandad de Artilleros de Honor de La Legión>> por haber puesto la primera piedra para este monumento que queremos construir en el Cielo: la Santidad de nuestro Capellán, legionario y Santo, Padre Huidobro.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

10 JUNIO 2019

CARTA DEL POSTULADOR GENERAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

 

Rv. P. José Luis de Cárdenas Delgado Párroco de Concepción de Nuestra Señora, de Chapinería -Diócesis de Getafe- (Madrid)

Don José Luis de Cárdenas es un joven sacerdote, amigo y amante de todo lo militar. Me expuso su idea, crear un  Museo Castrense a la memoria de nuestros sacerdotes castrenses. Me pareció muy acertada y pensé que debía ser apoyada. Por ello hoy le damos difusión desde este humilde blog. Esperemos que sea escuchada y puesta en práctica en honor a tantos buenos sacerdotes que desde Los Tercios de Flandes hasta hoy han acompañado a los soldados españoles. Es un deber de gratitud y un homenaje merecido. General Dávila (R.)

 

Museo del Ordinariato Castrense en Polonia

“Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente”. (Jn 10, 17-18).

Estas palabras dichas por Cristo se hacen carne en cada sacerdote que entrega su vida, su Ministerio, para la salvación de las almas. Y esta sentencia cobra más fuerza cuando el sacerdote realiza esta entrega martirial en los lugares más peligrosos. A ninguno de nosotros se nos escapa la entrega de los Capellanes Castrenses que, arriesgando su vida, no dudaron en situarse en la vanguardia de un ataque para entregar la salvación de Cristo a los hermanos que caían en primera línea, tanto a los soldados del propio ejército como a los del ejército enemigo (bien recordamos la solicitud del P. Huidobro, Capellán de la Legión, caído en la Cuesta de las Perdices llevando los Sacramentos a los caídos de ambos bandos).

Sólo llevo diez años de sacerdocio. Antes de entrar en el Seminario Diocesano de Getafe pude visitar el Museo del Ordinariato Castrense de Polonia, situado bajo la Catedral Castrense en Varsovia. Un maravilloso Museo a la memoria de tantos sacerdotes que dedicaron su Ministerio al servicio de las Fuerzas Armadas polacas. No cabe duda de la tradición de los sacerdotes castrenses en el Ejército Español.

Desde mi visita a este Museo en Varsovia he tenido en el corazón este deseo de que en nuestra patria hubiera un museo similar. Por más que he buscado y preguntado no he encontrado ninguno. Es un vacío, una ausencia, que debería ser reparada. De hecho, hoy mismo he escrito al Arzobispado Castrense sugiriendo la creación de este Museo. Dada la larga tradición que posee España en el Ministerio Sacerdotal al servicio de las Fuerzas Armadas no creo que fuera una empresa muy difícil encontrar uniformes, ornamentos, maletines para celebrar la Santa Eucaristía en tiempo de guerra y en misiones, casullas, etc., en los distintos Museos de unidades militares repartidos por toda nuestra geografía.

Creo firmemente que es justo, en el significado literal del término, la existencia de este Museo (la virtud de la justicia es aquella virtud moral que consiste en la firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido; y hacer memoria de tantos Obispos y sacerdotes que han entregado su vida al servicio de las Fuerzas Armadas es un acto de justicia, más que de misericordia).

Ruego a Mons. Juan del Río, Arzobispo Castrense, y a cuantos pudieran colaborar en esta bella empresa, hacer todo lo posible para que algún día pueda hacerse realidad. Sería un gran bien para todos. Y les recomiendo visitar el Museo Castrense situado en Varsovia y de otros países,  que darían mucha luz a la hora de crear uno en nuestra patria.

Que el Señor les bendiga y les guarde. Reciban un cordial saludo y mi bendición.

Rv. P. José Luis de Cárdenas Delgado

Párroco de Concepción de Nuestra Señora, de Chapinería -Diócesis de Getafe- (Madrid)

Blog: generaldavila.com

3 agosto 2019