La presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid nos dice que sus conversaciones de wasap con Sánchez (el de La Moncloa) han desaparecido. Miedo produce, aunque no es descabellado pensar que el control de las comunicaciones no lo tenemos asegurado.
Hay un runrún por ciertos sectores que te lleva a desconfiar. Nada nuevo. Sí peligroso. La mentira, como siempre, busca y si no encuentra inventa. Los primeros en dominar el resorte del espionaje son la hacienda y el ministerio de lo inmoral: las cuentas y de cintura para abajo.
Nada ha cambiado y todo está bajo la Ley de Secretos Oficiales que data de 1968. Por eso me callo y se callan.
La política es el arte del engaño. Como la guerra, pero con mayor número de muertos vivos. Te desentierran si necesario fuera.
Nada de lo que les cuentan es la verdad. Esta se queda en las redacciones a las que se les indica qué y qué no. No se salva ninguna. Prueben. Analicen quienes pagan las nóminas y acertarán. Pura ideología (interés).
Nada en sí es bueno: ni la derecha ni la izquierda. Ambas mienten por y para su interés, lo que se resume en tres tipologías: los de derechas interesados, los de izquierdas interesados y los que ya no saben ni están interesados. Los interesados son los del partido, en nómina, los viscerales, los indignados por no nómina o ruptura (nada peor que los ex), los liberados y los subvencionados. Así se nutren los partidos. Los que no saben ni contestan tenemos un problema. Histórico sobre todo, porque ya no hay que saber Historia sino atender a la ley histórica.
La moral es libre y de amplio espectro, dios es el partido, que no perdona, y solo hay un pecado: no someterse al líder.
Los libres no existen. Solo cuando eres viejo y estás muerto para los partidos, para los medios y hasta para ti mismo: muerto, despreciado y olvidado. A veces preguntan ¿pero vive?
¡Cabrones!
Secretum Secretorum es una relación íntima del conocimiento entre Aristóteles y Alejandro. Le preocupaba al Rey de Macedonia lo oculto, como a cualquiera, pero la tecnología de entonces se reducía a la sabiduría de Aristóteles que no necesitaba de ningún artilugio para conocer a los hombres.
El franciscano Roger Bacon estaba en el Secretum y conocía, como Homero, la inteligencia, incluso la artificial, inventando una cabeza de bronce que respondía a cualquier pregunta, por lo que le consideraron mago que era decir brujo. Antes, como digo, era sabiduría que ahora ante su ausencia, se sustituye con la IA.
Ya no hay sabios, sino espías, corruptos, golfos y todo este tipo de cosas tan habituales; siempre que haya dinero o sexo. Por eso surge una nueva inteligencia. Artificial.
El ser humano es muy curioso, sobre todo de los demás, hoy se sabe todo, pero de nada vale. El secreto no está en saber, sino en saber utilizar el conocimiento.
Pinocho es una obra de arte de la inteligencia que se transforma en artificial. Un tronco de madera que aprende enseguida, ¿qué es lo primero que aprende?: a mentir. Solo hay que trabajarlo y dejarle suelto.
No les hablo de nada nuevo. Cuando la edad llega a su atardecer a uno se le abren los ojos. Alejandro busca en Aristóteles la ley del sabio que es cumplir con su deber y no luchar contra nadie.
Si no te espían, vigilan, o simplemente te cotillean, no eres nadie.
Es por lo que hay ocasiones en las que llegas a sentirte honrado y vas contando por todos las esquinas: ¡me espían! ¡me espían!…
Pues el franciscano Roger Bacon (es un amigo, por si alguno no lo sabe) me dio la solución al Enigma de la Esfinge: ¿Qué ser, provisto de una sola voz, camina primero de cuatro patas por la mañana, después sobre dos patas al mediodía y finalmente con tres patas al atardecer?
Nos espían, lo que no deja de ser un honor cuando cumples con la ley del sabio y nada tienes que ocultar.
Se lo digo a la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid para que no le quede la más mínima duda: nos espían.
Sí. Mi amigo el franciscano me dijo: «Nada se puede conocer salvo por experiencia».
Nadie puede adivinar hasta donde puede llegar tu experiencia. ¡Las cosas que sabes! No todos nos limitamos a ser una esfinge.
«Cuando estalla el trueno es demasiado tarde para taparse los oídos». Hay que pasar a la acción.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
4 febrero 2025
