El sábado día 1 de julio el buque de asalto “Castilla” recibió en Santander su Bandera de Combate, acto amadrinado por la magnífica atleta cántabra Ruth Beitia.
La entrega de la Bandera de Combate es uno de los hitos más importantes en la vida operativa de un buque de guerra y es una tradición que tiene su origen en el Real Decreto de 28 de mayo de 1785 firmado por Carlos III y por el que se resuelve adoptar un nuevo pabellón para los buques de la Armada con el objeto de poder distinguirlos al entrar en combate «a larga distancia o con vientos calmosos». Es una lujosa prenda de tradicional significación, custodiada en lugar preferente a bordo, normalmente en la Cámara de Oficiales.
Los barcos de guerra ostentan orgullosos su Bandera, que los identifican como defensores del honor y de la Patria y es el símbolo de una causa trascendente, emblema de grandezas, triunfos y tragedias
Toda la tradición que rodea la forma de lucir la Bandera, y las ceremonias que se derivan de ello, se cifran en mostrarla orgullosamente en lugar preeminente donde pueda ser vista, saludada y respetada, identificándonos, sin lugar a dudas, si nos viéramos obligados a un acto de guerra.
La atleta cántabra, primera española campeona olímpica de atletismo, ha destacado el «orgullo» de poder amadrinar la entrega de esta Bandera al buque ‘Castilla’ de la Armada Española, Para Beitia, es un «honor» reconocer con este emblema el «compromiso con nuestra patria» de la plantilla del buque ‘Castilla’ y hacerlo en una de las «bahías más bonitas del mundo», la de Santander, que «habéis engalanado con vuestra presencia».
Con esta bandera, ha dicho antes de entregársela al comandante del buque, se reconoce «vuestra defensa, valor y compromiso con nuestro Patria» y ha deseado que «la Virgen del Mar (patrona de Santander) y la Virgen del Carmen (patrona de los marineros) os guíen allí donde esta.
Y la Armada se enorgullece de que haya sido una persona de la calidad humana de Ruth Beitia la madrina en este acto solemne.
“Si oyes decir que mi navío ha sido apresado di que he muerto” fue la última carta del insigne Churruca y el infante de marina “Martin Alvarez” cayó atravesado por el inglés defendiendo su Bandera antes que rendirla.
Hace pocos años el Alcalde Trias de Barcelona deshonró a su ciudad al negarle a esta el honor de la entrega de la Bandera de Combate “Juan Carlos I” al igual que el Gobierno de entonces que consistió este desaire.
Hoy otro Gobierno desprecia también a nuestro Rey Emérito y le ningunea en los actos recientemente habidos en las Cortes.
Pero hoy la Armada se acoge a las palabras del llorado Churruca y al ejemplo de Martin Alvarez : al culto al honor y a la manifestación de amor a nuestra Patria.
Ruth Beitia es paradigma de los españoles amantes de su Patria.
General de División de IM. Juan Chicharro Ortega (R.)
Blog generaldavila.com
3 julio 2017
