PALABRA DEL REY DE JERUSALÉN. Rafael Dávila Álvarez

 

España está en cualquier rincón del  mundo; fue y será referente de cultura, respeto a todos y portadora de valores que aún perduran.

Jerusalén hoy es el lugar más carismático de Oriente Próximo y allí se unen religiones y civilizaciones que se mantienen en convivencia y armonía mientras nadie agite las sensibles diferencias.

El Rey de España es Rey de Jerusalén, título si se quiere simbólico, pero por eso mismo de gran fuerza moral al llevar una Corona de historia y relaciones que siempre ha perdurado incluso en épocas agitadas. Una historia ligada al catolicismo desde nuestros Reyes Católicos que no debemos renunciar ni retirar de nuestros textos de enseñanza.

Este miércoles día 17 los Reyes de España se encontraban en Viaje de Estado a la República Árabe de Egipto. Un viaje de hondo significado por la situación en Gaza,  lo que hacía que las palabras que el Rey iba a pronunciar fuesen esperadas con interés y también, porqué no decirlo, con  cierta preocupación.

La actitud del Gobierno de España y las recientes proclamas contra Israel hay que reconocer que crearon el caldo de cultivo para vivir con cierta incertidumbre y esperanza este viaje de Estado.

El Rey habló en el almuerzo ofrecido por el presidente de la República Árabe de Egipto.

Las palabras estructuradas para tal ocasión, llenas de comunes afectos, proximidades culturales, proyectos pasados, actuales y futuros, relaciones comerciales y de amistad, tenían que entrar forzosamente en el gran problema actual. La guerra de Israel en Oriente Próximo y más en concreto aludir a la situación de Gaza y el reconocimiento de Palestina.

Aquí es donde se ha creado un problema innecesario del que pocos hablan, pero que debería ser aclarado por la trascendencia que el concepto en sí tiene.

¡Oh Jerusalén! Decimos todos. Una gran historia de la humanidad; como Mesopotamia o Egipto, Babilonia o Alejandría.

Jerusalén es un todo, un símbolo, más allá de una tierras y sus monumentos. Es religión y sentido de la vida y muerte. Es esperanza y reliquia de la humanidad.

Físicamente y dese el punto de vista administrativo Jerusalén representa un hecho político del que hay que dar cuenta con sumo respeto y conocimiento. Hay una división que ha hecho el hombre que conviene tratar con mucha  delicadeza cuando eres Rey de Jerusalén. La principal diferencia político-administrativa en Jerusalén es que es reivindicada por israelíes y por palestinos y que existe una división político-administrativa entre «Jerusalén» y «Jerusalén Este«, esta última constituida por la parte oriental de la ciudad, que incluye la Ciudad Vieja y lugares sagrados como la Explanada de las Mezquitas. Tras la Guerra de los Seis Días de 1967, Israel tomó el control de Jerusalén Este, y aunque Israel considera toda la ciudad como su capital, los palestinos reclaman Jerusalén Este como la capital de su futuro Estado, lo que hace que la ciudad sea un punto clave del conflicto.

El Rey Felipe en una parte de su discurso trata el tema del actual conflicto, pero observamos una diferencia de enorme trascendencia. En el texto oficial que muestra la web de la Casa Real dice textualmente:

«Reconocemos y agradecemos el papel mediador que Egipto viene desarrollando para lograr un acuerdo de alto el fuego, liberación de rehenes y restablecimiento pleno de la ayuda humanitaria. España apoya iniciativas como el plan que impulsáis para la reconstrucción de Gaza, tan necesarias para que su población recupere su vida y su dignidad en ese territorio que, junto con Cisjordania y Jerusalén Este, debe formar parte de un Estado palestino viable, que conviva en paz y seguridad con Israel. Por más lejos que pueda seguir estando hoy ese objetivo -con todo lo ocurrido y con las noticias y las imágenes que nos llegan a diario-, no podemos desfallecer en el empeño» (el subrayado es nuestro).

Sin embargo el Rey a la hora de leer públicamente su discurso se refiere exclusivamente a «Jerusalén» y no a  «Jerusalén Este», introduciendo una clarísima e innecesaria polémica. Cambia radicalmente el sentido del discurso, porque una cosa es la ciudad de Jerusalén y otra muy distinta Jerusalén Este.

Como el error es de gravedad ya que puede herir muchas sensibilidades, las de unos y otros, surgen de manera inevitable las preguntas.

-¿Ha sido un error de lectura en el que el Rey no ha  reproducido exactamente lo que ponía: «Jerusalén Este»? Si es así convendría rectificación y dejarlo claro.

-¿Leyó exactamente el Rey lo que ponía el texto: Jerusalén sin más? Es decir: ¿Figura un texto en la página web de la Casa del Rey (con Jerusalén Este) y es otro el que le pusieron a lectura del Rey en el que solo ponía Jerusalén?

-¿Error? ¿De quién?

El sentido que tiene el texto escrito y lo leído por el Rey cambia radicalmente el mensaje y  da lugar a interpretaciones políticas muy confusas en los graves momentos que vive la ciudad y la zona. Si no hay aclaración podría dar lugar a deducciones más que ambiguas.

Esperamos aclaración por parte la casa del Rey.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

 

Texto que figura en la Web de la Casa del Rey