Para gobernar una nación es preciso conocer a fondo su forma de Estado y en caso de tener un cargo institucional dentro del Gobierno asumir el poder que te otorga y el respeto a los límites del mismo. Máxime si eres el Presidente del Gobierno de esa nación lo que te obliga no solo a saber y cumplir, sino también a hacerlo cumplir. De no ser así la gobernanza deja paso a la Dictadura.
La Constitución Española declara que la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. En su Título II, relativo a la Corona, se regulan las funciones constitucionales que corresponden a Su Majestad el Rey como Jefe del Estado para lo que cuenta con «la Casa de Su Majestad el Rey«, Organismo que, bajo Su dependencia, tiene como misión servirle de apoyo en cuantas actividades se deriven del ejercicio de Sus funciones como Rey, entre ellas nombrar y relevar libremente a los miembros civiles y militares de Su Casa y, una de enorme importancia, ser el mando supremo de las Fuerzas Armadas.
A raíz de la tragedia ocurrida en Valencia el Rey de España inmediatamente puso a Su Guardia Real a disposición de los que dirigían la emergencia para que pudiesen servir en lo que se les ordenase. Como no podía ser de otra manera los puso al servicio de lo que Él simboliza y para lo que están: el servicio a España que significa a los españoles. Por un sola razón: los españoles sufrían, morían y pedían desesperadamente la ayuda de España fuese esta de donde fuese. Esperaban desesperadamente la ayuda de España.
El grandísimo periodista y mejor amigo Miquel Giménez en el programa Horizonte de Cuatro, dirigido por Iker Jiménez y Carmen Porter, donde la verdad iza bandera cada jueves, contó con todo lujo de detalles y ante el asombro civil y militar lo siguiente: «Cuando Su Majestad el Rey desde la Base Aérea de Gando dice que pone a disposición de los valencianos la Guardia Real, Sánchez se pilla un cabreo del quince porque dice que quién es Él para enviar militares cuando el Gobierno no lo ha hecho, a lo que Su Majestad responde -Soy el Capitán General de los Ejércitos. Y Sánchez se la tiene que envainar y empieza a enviar militares con cuentagotas…».
Lo que nos narró Miquel Giménez en Horizonte, es un episodio de una gravedad sin precedentes y que, bajo mi punto de vista, no ha tenido el eco que le corresponde, aunque en el mundo militar puedo asegurar que ha dejado perpleja a la Cúpula de los Ejércitos. Es una información de alto nivel que abre las puertas de algo que se sabe, que ronda por los mentideros, normalmente bien informados, de la Villa y, que según me dicen, continúa el episodio porque la venganza se sirve fría.
El Rey es el símbolo de la unidad y permanencia de España, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones. ¿Cómo podía Él ayudar ante aquella catástrofe además de hacerlo con la carga emotiva del símbolo?: Con la Casa del Rey. Toda Su Casa al servicio de la España que lo necesitaba. No había tiempo para más: Guardia Real, Servicio de Seguridad, todo lo mío es de España: ¡A Valencia! Fueron los primeros soldados en acudir después de la Unidad Militar de Emergencia y los de Operaciones Especiales que allí les pilló de maniobras. El Rey hizo uso de Su potestad sin dudar de Sus atribuciones constitucionales. Además, algo en lo que nadie ha fijado su atención, fue el definitivo empujón para que interviniesen todas las Fuerzas Armadas, a lo que alguien parecía resistirse.
La decisión Real no hacía falta justificarla aludiendo a ser el Capitán General de los Ejércitos, no vaya a ser que el Presidente aluda a que él manda en el Capitán General, sino simplemente recordarle el Real Decreto 434/1988 y sus modificaciones para saber que la Guardia Real está bajo el mando del Teniente General Jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey por delegación del Jefe de la Casa, y que todos forman parte de esa «Casa del Rey» que solo tiene una misión por encima de todas: Apoyar a Su Majestad el Rey en cuantas actividades se deriven del ejercicio de Sus funciones. Cometidos que no le corresponden al presidente del Gobierno, aunque lo sueñe, quien por cierto olvidó que la catástrofe de Valencia era cuestión de Estado y no algo menor.
Me llegan noticias de que el enfrentamiento no se ha cerrado, se extiende, y los ataques del debilitado frente presidencial muestran su arrebato contra lo Real y sus inmediaciones, muy amplias estas además de cercanas. Podría ser que la Guardia Real se convierta en Guardia Presidencial por un simple juego de Poder plasmado en un Real Decreto. Por muy Real que sea, será.
Todas las misiones de la Guardia Real las puede dar cualquier otra unidad. Es cuestión de decretar al dictado de su Poder omnímodo. No sería la primera vez. Hagan memoria.
Hay guerra abierta. Esperemos que no se extienda más allá de la Jefatura del Estado porque nos jugamos la forma de Estado.
El presidente se encuentra en la antesala de la derrota y es consciente de ello. Aún tiene el poder del BOE. Se llevará por delante a todos aquellos, sus victoriosos enemigos, que se ablanden y lo consientan. Mejor dejarle huir en su desenfrenada carrera hacia la nada, pero tomen precauciones.
Esto no es ninguna broma. Hay que saber leer y dar a conocer lo que proclaman en su intimidad ocultos enigmas de gente sin escrúpulos que saben lo que quieren y como lograrlo. Desde luego no es la búsqueda de la virtud.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
25 noviembre 2025