Nadie pensaba que el poder democrático (parece un oxímoron) pudiera llegar a ser tal, que un poderoso (¿el poder del pueblo?) limitase o manipulase las sagradas fechas vacacionales de los ciudadanos para manejar su poder o llevarlo a su parcela egoísta y colocar unas elecciones, en las que tanto nos jugamos, en el momento del año del merecido descanso, cuando ni el cuerpo ni la mente están en las urnas, sino en la playa en la montaña o donde a cada uno le venga en gana.
Recuerdo aquella anécdota de mi amigo, un lord inglés llamado Charles, que un viernes cuando preparaba sus palos de golf para disfrutar del fin de semana recibió la urgente visita de su secretario que le avisaba de que la principal de sus fábricas se estaba quemando. No hubo reacciones alocadas ni gritos de espanto ante la posible ruina que se le avecinaba. Mi amigo Charles, flemático, siguió preparando sus palos de golf y una pequeña maletita de viaje para trasladarse de Londres al Tenby Golf Club de Gales. Después de un rato, que al secretario le pareció eterno, levantó la vista y mirándole con vidriosos ojillos y seria sonrisa, gestos que siempre eran los mismos, ante el dolor o la felicidad, contestó:
—No sabe el disgusto que me voy a llevar el lunes. Ustedes hagan cada uno lo que se debe hacer en esto casos.
La historia continuó, como no podía ser de otra manera, el lunes cuando Sir Charles Dawison regresó al despacho y, aunque ya lo sabía, le informaron que los bomberos llegaron a tiempo, en la fábrica nadie sufrió daños, y que solo se había perdido una sala de máquinas de lo que el seguro se hacía cargo.
Mi amigo el lord sentenció.
—Esa manía que todos tenemos de levantar la voz ante la tragedia hace perder mucho el tiempo, cuando lo más fácil es que cada cual cumpla con su deber. Yo sé dirigir mis fábricas, pero todavía no he aprendido a apagar los fuegos. No soy bombero. Deles las gracias a todos y si hay algún pirómano entre nosotros échenlo.
En esto pensaba y he decidido seguir el ejemplo o el consejo del lord, mi amigo que lo sigue siendo y, aunque no iré este año al Tenby Golf Club, me iré tranquilo de vacaciones no sin antes aprender la lección para evitar el incendio de la fábrica de todos, pero antes de irme voy a dar también vacaciones al pirómano que me han dicho anda suelto por la fábrica.
Cogeré las vacaciones después del 23 de julio. Si es posible y con la ayuda de todos: espero que ya sin el peligro de que esto siga ardiendo.
Menos aspavientos y que cada cual cumpla con su deber.
Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
29 junio 2023