La eficacia del honor. Cien años de Legión. Ante el centenario de la fundación de una gloria de España. HERMANN TERTSCH. Periodista y Eurodiputado

Son malos tiempos para recordar, estos en los que el pasado se nos quiere decretar, reescrito en pura ficción por imperativos innobles del presente. Son tiempos ingratos para quien quiera ser agradecido con aquellos que lucharon, sufrieron y tantas veces murieron antes de tiempo en sacrificio por esta vieja nación, España, que somos todos nosotros, los españoles de hoy, los de ayer y los de siempre. Por mucho que algunos ayer, hoy y siempre no sean capaces de entenderlo. Son tiempos estos en que es impopular el esfuerzo, es sorprendente el sacrificio y por eso inconcebible la entrega. En estos tiempos de incomprensión en los que se tacha de anacrónico desde el honor a la patria, todo lo noble y sagrado, vayan estas líneas en homenaje precisamente a unos españoles volcados en esta «entrega inconcebible”. Este «tesoro anacrónico”, esa gema de la actitud humana que define la vocación de combate y servicio de los caballeros legionarios, los soldados de la Legión Española que cumple pronto cien años.

Quienes son criados y formados lejos de los conceptos del espíritu de entrega, el patriotismo, la vocación de servicio no pueden entender el pasado en su complejidad y la profundidad de las fuerzas que movían a los hombres, fuera de las ridículas caricaturas y del reduccionismo barato y estéril al uso. No pueden entender el pasado ni el presente, ni tampoco los recursos posibles para un futuro forjado con voluntad y criterio, no fruto de caprichos y vaivenes ajenos. Sin saber del esfuerzo, del sacrificio y la entrega con que está empedrada la historia de España nadie puede entenderla. Sin ello nadie puede entender este cuerpo de la Legión, que juega un papel de muy especial valor y emoción en esta historia larga, dura y gloriosa, compleja, esforzada y dolorosa, en su último siglo en concreto. Vayan estas líneas en homenaje a esos cien años de un cuerpo muy especial de guerreros, inspirado en medio milenio de milicia española, al que desde aquí quiero honrar con la expresión de mi profunda admiración, mi inmenso cariño y mi infinito respeto. A la Legión.

Estamos en tiempos en los que es oficialmente denostado y sospechoso todo sentimiento sagrado. Y toda solemnidad que sugiera la expresión de un sentido de la trascendencia es tachado de caduco, culpable o ridículo. Dicen que casi todo lo que representa la Legión es un anacronismo. En realidad dicen que es un anacronismo casi todo lo que veneramos quienes aun creemos que los seres humanos son mucho más que un animal espabilado. Yo que he tenido la suerte de ver a la legión actuar en zonas de combate en la guerra de Bosnia- Herzegovina he visto, como lo veían con admiración todos los testigos también militares de otros países, aquella serena forma de hacer las cosas bien con toda la firmeza, eficacia, profesionalidad e inteligencia emocional de la fuerza más moderna que se pueda imaginar.

Anacronismo llaman algunos a todo lo que no les place por razones más oscuras. También dijeron que era anacrónica la Guardia Civil. Y que, como la Legión, tenía que ser disuelta o transformada en lo que sus enemigos quisieran. La inanidad llama a esta frivolidad que no respeta nada de lo que ignora que es prácticamente todo lo digno, importante, necesario, honroso y noble.

Pero esto no es nuevo. Hace cien años ya pasaba. Concluía la Gran Guerra de 1914 a 1918 que había destruido “el mundo de ayer” por citar a Stefan Zweig que lo vivió como tragedia íntima. Europa, anegada en sangre, era batida por tempestades de nihilismo y unas ideologías totalitarias que pretendían sustituir a ese Dios declarado obsoleto o muerto y que a nadie redimieron y a todos volvieron a cubrir de sangre y terror. Tanto entonces como ahora, las fuerzas que quieren destruir las naciones libres buscan siempre desarmarlas desde dentro. Y el desprecio a los valores permanentes o eternos siempre fue el arma más eficaz para el desarme de las naciones.

En España, veinte años después del fin de la agonía de Cuba, llegaba a la edad adulta la primera generación de españoles en cuatro siglos que no tenía ya suelo patrio en América. La Semana Trágica, el asesinado de Canalejas, antes el de Cánovas, la violencia pistolera, los fracasos militares en América, en Asia y en Marruecos con los rebeldes rifeños, toda la actualidad española generaban zozobra, perplejidad, precariedad y miedo. Los españoles querían seguridad. Querían fiabilidad, lealtad. Añoraban solvencia. Buscaban firmeza y fuerza, profesionalidad. Y de aquellos tiempos cuajados de reveses y angustia, surgió la lucidez que creó un cuerpo militar especial para una situación nueva. Se buscaba eficacia y confianza. En un compromiso de disciplina, de honor y de entrega por la patria y el cuerpo.

Lo recuerda el general Dávila al que mando estas líneas sentidas. La fecha el 28 de enero de 1920. Cito al general, porque como no quiero llegar a los máximos cargos en la España actual, yo no plagio: “se considera que la fecha oficial de fundación es el alistamiento del primer legionario”. Que fue Marcelo Villeval Gaitán, de 20 años. La legión “nacía para paliar una grave carencia: la de un cuerpo de soldados profesionales, técnicamente preparados, ante la bisoñez e inexperiencia de los soldados de reemplazo que morían en la Guerra de Marruecos. Y sobre todo con una moral y un espíritu de cuerpo, mezcla del honor calderoniano de los Tercios del siglo XVI y del arrojo de la Legión Extranjera francesa”.

Con ser tiempos difíciles los actuales no son tiempos baratos, por mucho que se empeñen sus protagonistas más notorios. Por mucho que la actualidad y la política den motivos para el hartazgo, la tristeza y la exasperación y a muchos para la resignación  Son, como todos los tiempos más duros, tiempos heroicos para quienes creen en la grandeza del espíritu del hombre, en la libertad del ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios y en la inquebrantable unión que la historia ha hecho forjar a ciertas afortunadas comunidades humanas, entre las que destaca con singular fuerza en la historia del mundo, la nación española. Hay otras naciones con gran peso y trascendencia en la formación del mundo civilizado. Ninguno es mayor que el de España.

Y en esa España tan lacerada por sus fracasos propios como por los enemigos de sus éxitos incuestionables y grandiosos, la legión ha escrito páginas imborrables de heroísmo y entrega en lealtad a su credo. Ya dije antes, con esto termino, que he tenido el privilegio de ver trabajar a la Legión en zonas de combate en los Balcanes. He cruzado las líneas de fuego en BMR de la Legión en situaciones más que complicadas y siempre lo he hecho con la confianza, incluso tranquilidad, de saberme con la protección suprema.

En los peores momentos de aquella feroz guerra y siempre que he estado en contacto con legionarios me he sabido afortunado. Su serenidad y su buen hacer me emociona y llena de orgullo siempre, allá donde los he visto servir. Sus cientos de intervenciones en todo el mundo han generado admiración en todo el que los viera actuar. Pero más allá de su eficacia y su profesionalidad, más allá de su buen hacer y admirable modestia, lo que más me ha emocionado siempre de mi contacto con estos españoles en armas ha sido siempre ese admirable “anacronismo” que este cuerpo cultiva de una forma especial y que le confiere esa profundidad añadida que da la entrega absoluta.

En tiempos en los que tantas virtudes de antaño parecen haberse convertido en ominosos pecados para las nuevas e implacables religiones laicas, ese código de honor y espíritu de cuerpo son, no ya lo más moderno, sino lo definitivamente actual y permanente. Lo eterno. Ese espíritu, máxima expresión del respeto al hombre en la hermandad en la lucha, es el nexo con la trascendencia que alimenta todos los valores que nos hicieron crear las mejores sociedades jamás habidas que son las occidentales de inspiración cristiana. Ese espíritu de combate, resistencia, abnegación, unidad y honor nos ha brindado los mayores logros a lo largo de la historia de España. Cuando ha faltado lo hemos sufrido. Si lo alimentamos y cuidamos nos ayudará a superar los retos y desgarros a los que se enfrenta hoy nuestra patria, tan difíciles y dolorosos muchos como aquellos hace un siglo que llevaron al feliz alumbramiento de esta gloriosa idea que es la Legión Española. Nada hay tan poderoso para el ánimo del hombre como el ejemplo. Nada puede ayudarnos más en el difícil presente e incierto futuro que asumir, defender y propugnar esos grandes valores legionarios, ese tesoro de antes y de siempre, entre los españoles.

Hermann Tertsch. Periodista y Eurodiputado.

19 de septiembre 2019

Blog: generaldavila.com

 

10 pensamientos en “La eficacia del honor. Cien años de Legión. Ante el centenario de la fundación de una gloria de España. HERMANN TERTSCH. Periodista y Eurodiputado

  1. Ante tan locuaz, definida y puntual, publicación, sólo le faltaría, añadir, un…
    ¡ VIVA ESPAÑA !
    ¡ VIVA EL REY !
    ¡ VIVA LA LEGIÓN !

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  2. Respetado, y apreciadisimo, Sr. TERTSCH:
    – Hace años que sigo su obra periodística con respeto, y admiración, ante su VALENTÍA por escribir, y hablar, en los medios defendiendo a nuestra amada PATRIA, ESPAÑA, en LIBERTAD.
    – Los fascistas de izquierda, le han intentado callar hasta mandandole una larga temporada al hospital, a la vez que esos mismos fascistas de izquierda tienen la desvergüenza de llamarle a ud. nazi, por defender a nuestra nación.
    – Tengo su libro sobre las autonomías y el problema catalán, y me da una enorme alegría leerle en el bloc del Gral. Dávila en el 99 aniversario de la FUNDACIÓN de la LEGIÓN, porque suscribo el 99% de sus afirmaciones.
    – DIOS le guarde por su compromiso con una ESPAÑA en justicia, libertad, y hoy defendiendo el HONOR, y a nuestra amada LEGIÓN.
    – Respetuosamente le saludo con toda mi admiracion, y gratitud de española de a pie de la Infantería civil de nuestro país, porque ud. defiende mis obligaciones, y derechos, en la vida civil con la misma entrega que la LA LEGIÓN nos ampara a TODOS para que podamos vivir en LIBERTAD.
    ¡¡ POR DIOS Y POR ESPAÑA A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR, VIVA LA LEGIÓN !!

    Esperanza González de Fonseca Marco

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  3. MUERTE Y RESEÑA DE MILLAN ASTRAY: SOBRE EL PRIMER CAPELLAN DE LA LEGION
    “Entre las demás bajas que se produjeron en las filas del Tercio como consecuencia del combate en Ambar cabe destacar la del Padre Antonio Vidal Pons, primer capellán de La Legión muerto en acción de guerra y a quien el teniente coronel Millán-Astray en su libro La Legión le dedicaría las siguientes líneas: “Murió en Beni-Said, el día 18 de marzo de 1922, cuando administraba los últimos Sacramentos a un legionario en la línea de guerrillas. Era soldado y lo destinaron a La Legión para que prestara su Sagrado ministerio. De infantil y dulce porte, de humilde compostura, vivió unos meses con nosotros, captando con su modestia y sencillez nuestro cariño. Siempre oculto, no se le vía más que en la columna, a la hora de la marcha, y en la guerrilla, a la hora del combate, y en él cayó: con la imagen de Cristo en la mano, con la pureza virginal en el alma y con el heroísmo en el corazón. Es el padre Vidal, el “Santito” de los legionarios.” Unos días después, la prensa recogía la noticia de su entierro: “Hoy se verificó el triste acto de dar sepultura a los que sucumbieron heroicamente en el campo de batalla durante el último combate. Entre éstos figuraba el cadáver del capellán del Tercio Extranjero don Antonio Vidal, que hace poco vino formando parte del batallón Galicia y solicitó pasar al Tercio. Halló su muerte gloriosa el heroico capellán, mientras administraba a un legionario moribundo la Extremaunción. En este momento recibió un balazo en la cabeza, cayendo muerto sobre el herido que auxiliaba espiritualmente.”
    (Revista de La Legión, nº539 II/2017. Sección, Historia. Paginas 47,48)
    Murio a la edad de 25 años. Nacido en una familia humilde. Era el mayor de 7 hermanos.
    Al poco de morir, su ciudad natal, Alcañiz, (Teruel) , puso su nombre a una de sus calles: Calle del padre Vidal. Desde entonces, España ha pasado por diversas situaciones, pero el nombre de esta calle permanece hasta este día. Orgullosos de tener una calle con el nombre de un legionario.
    Sus restos reposan en el Panteón de los Héroes de La Legión en Melilla. En la lapidas que cubre el nicho donde reposan sus restos puede ver gravado su nombre y apellidos.

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  4. La especie humana sabe mantener vivo lo importante.
    Las civilizaciones antiguas, egipcios, griegos, romanos, árabes, dejaron un legado que es eterno.
    Como todas las maravillas que salen de lo mejor del hombre, el Honor que siempre acompaña, la Legión nos recuerda hoy, con más necesidad que nunca, que el Honor, el orgullo de servir a la Patria, el poder dejar la vida por todos es un grandísimo privilegio.
    Los que no hemos tenido la suerte de ser legionarios además de la admiración sentimos envidia, esa sana envidia que nos empuja a intentar ser mejores, día día, para poder ir a ver al Gran Jefe con los deberes hechos.
    Gracias Herman.
    Viva La Legión!
    Viva España!!

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  5. Cuentan que el primer legionario alistado le dijo al segundo, » no te hagas muchas ilusiones chaval, que esto ya no es lo que era.»

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  6. Buenas, aunque no es una condena, solo falta 1 año y 1 día para que nuestra Legión entre en su centenario de vida, con todos los legionarios mandos y tropa, lo que son ahora y los que hemos sido, que nunca dejamos de serlo…
    Digo lo de la condena, porque no quiero que llegue el centenario, aunque sea condena irremediablemente llegará y servidor irá al IV, que seguro estará a reventar, como debe de ser, pero solo espero, vivirlo en silencio e intimidad, aunque casi sea imposible
    Solo hay una cosa mejor que el centenario, dar el primer paso hacia el bicentenario, nosotros no lo viviremos pero SI, nuestra gloriosa legión
    saludos de un CLP
    Ildefonso Morón

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  7. Buenas tardes, Sr. D. Hermann Tertsch:

    Magnifico articulo , el suyo, hoy. de verdad aplastante. Como nos tiene acostumbrados el General Dávila. Infinitas gracias..
    Un afectuoso saludo.

    !Viva España ! ! Viva el Rey ! !Viva la Legión !

    Josefa López del Moral Beltrán

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  8. Un encendido aplauso y un emocionado gracias a nuestro articulista de hoy, D. Hermann Tertsch, al que todos conocemos y admiramos por su defensa a ultranza de los valores que todos los que participamos en éste blog también intentamos defender, bajo la dirección del General Dávila que hoy nos premia con su participación.

    Un magnífico artículo, como no podía se de otro modo viniendo de quién viene, en loa de La Legión, un cuerpo de nuestro ejército que cuenta con el cariño y la admiración total y absoluta de la mayoría de los españoles, que va camino de su primer centenario que esperamos celebrar a su mayor gloria.

    De nuevo gracias por sus palabras, y por publicarlas en éste blog.Todos nos sentimos profundamente honrados de haber contado con su colaboración en éstas fechas tan señaladas.

    Viva España, Viva el Rey, Viva LA LEGIÓN

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  9. Espléndido artículo del sr. Tertsch, sobre la legión. También excelente artículo del Sr. Egea Latorre sobre el primer capellan de la legión Padre Antonio Vidal Ponz. Muchas gracias a todos y un saludo.

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