De antemano les digo que no voy a dar respuesta alguna. Sería descubrir un misterio y eso por definición es imposible. Lo que podemos hacer entre todos es aproximarnos al significado y escuchar el latido del sentimiento legionario por lo que hemos visto, vivido y aprendido cerca de los que sin saber lo que es ser, lo son.
De entrada aprecio que uno de las grandes virtudes del legionario es su soberbia humildad. Un oxímoron que hace de la soledad altiva, del que sabe que no hay tiempo que perder, una reflexión que le sublima ante las puertas de lo grande que le va a suceder: la muerte si es que llega.
Hay que hablar del Credo. De los artículos para la guerra y los permanentes para cualquier situación. De guerra es el espíritu del legionario, el de marcha, sufrimiento y dureza, acudir al fuego, disciplina, combate, muerte y bravura. Siempre y en cualquier situación: la bandera y la Legión.
Estos que parecen los más duros y difíciles de hacer realidad, vida y presente, encuentran en la práctica un sencillo cumplimiento del que está llena de ejemplos la historia de la Legión.
Otros espíritus más sencillos y usuales a priori, que deberían ser de uso diario y constante, tienen un cumplimiento más dudoso y presentan mayores dificultades en la cotidiana vida dentro y fuera: Compañerismo, Amistad y Unión y Socorro.
El Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.
El Espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres.
El Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.
Durante estos últimos años oigo con una preocupante frecuencia, repetido como si de un mensaje se tratara, desde dentro, que la Legión se ha adaptado a la modernidad y al nuevo estilo que la sociedad demanda. Lo he oído tantas veces que me ha hecho reflexionar sobre nuestro pasado, presente y futuro.
Me ha sonado el mensaje como una renuncia a lo que fue la Legión, una excusa (¿pedir perdón?) de lo que fue en el pasado, un no querer ser aquello que fue y por tanto renuncia a su historia primigenia y sus fundamentos o principios. La historia de la Legión no puede explicarse en color, en tecnicolor, porque la guerra es en blanco y negro y solo reluce en roja sangre y dolor eterno. La Legión está hecha para la guerra y no hay más. Si es otra su misión que se llame de otra manera y que sirva de manera distinta. Busquen a otros.
Ser legionario significa combatir hasta morir. No otra cosa, que para otra cosa no es necesaria legión, ni la Legión.
El futuro de la Legión es dudoso, porque entendieron (es una vieja historia de uniformados) que puede sobrevivir con su folklore más o menos atractivo, incluso con su polémica existencia, siempre que, con cobarde habilidad, quede solo su representación. Bambalinas, una teatral escenificación.
Al valor se le engaña: «Cuán dulce el engaño,/ que encamina al fin imaginado y deseado…». Porque ya han pasado los tiempos aquellos en los que se podía, entonces, ser sabio y guerrero; y poeta. Hoy basta con ser malvado.
El general Millán-Astray, fundador de La Legión, lo dejó escrito: «¡Gorros y chambergos, capotes y sandalias, camisas descotadas, correajes, oficinas, motocicletas, calabozos y guantes de manopla! Sois el vestuario, las bambalinas, los telones; pero el escenario está en otros lugares y allí… ¡Es la tragedia la que se representa!».
La Legión es tragedia, belleza homérica para quien la siente, una comedia que no requiere escenarios ni actores deslucidos. Solo el campo de batalla.
Solo la realidad del combate, la tragedia que se representa cada día.
No les entrenéis para la escena; no para otra cosa que no sea el combate. No engañéis a los legionarios para que sean como los demás o, si así lo queréis, borrad su nombre; llamadlos de otra manera. ¿Quién sabe del duelo con la muerte sino los analfabetos de la vida?
Contad la verdad con la dureza y sin temor a las consecuencias. Pero jamás admitáis un sucedáneo de la historia con el peso que ello significa para su continuidad. Ser legionario es insoportable, para algunos inadmisible; por ello hay que mantener algo más que su imagen: su verdad.
Cien años de Legión no pueden tirarse por la borda de la historia ni contar cosa distinta a lo que fue, a lo que debe ser y seguir siendo.
Que cada uno ocupe su sitio en formación y todos cumplan con su deber.
Y tuvimos que vivir un Centenario entre sombras.
Rafael Dávila Álvarez. General Jefe de la Legión entre 2001 y 2004.
Blog: generaldavila.com
15 noviembre 2020
A las órdenes de V. E., mi General.
Pues un servidor opina que quienes tengan el poder de decisión para organizar, mantener, cambiar o suprimir ejércitos, estudien y mediten la historia de estos cien años de Legión, y piensen, aunque sea con carácter egoísta y por conveniencia si es que no saben, no creen, o no entienden lo que significa el instinto de conservación, que, ante el futuro más que negro y peligroso para la supervivencia de nuestra civilización y de la Patria, la Legión continúa siendo, si cabe, más necesaria e imprescindible que cualquier otra cosa. Mucho más, desde luego, que el juego político, que sí es puro folklore y comedia bufa que ya no divierte a nadie, pues ya no hay lugar para la diversión.
Ahora son necesarios hombres, en el más alto sentido de la palabra, con un arma en la mano, y un alma grande para ofrecer su vida por todos los demás, para defender a la civilización frente a la barbarie, para librarnos de caer en una nueva forma de esclavitud quizás más horrible que la conocida hasta ahors..
Es muy duro y difícil, pero se palpa ya en el aire, se respira, y hay que comprender, que estamos retrocediendo, o hemos o hemos retrocedido de pronto, cien años, y estamos en la misma situación que recién terminada la Primera Guerra Mundial.
El huracán vuelve a soplar del Este con fuerza de galerna.
¡¡¡Viva España!!!. ¡¡¡Viva la Legión!!!
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Buenos días a todos.
De momento se prevee cambiar el nombre de la I Bandera «Comandante Franco» por franquista!!! .. Luego vendrá retirar corbatas CLSF y MM Colectivas pues se ganaron en la terrible guerra contra los angelitos marroquíes y en odios guerra entre «fascistas» y «hermanitasdelacaridad frentepopulistas».. y cambiar nombres de los tercios pues esos Gran Capitán, Duque de Alba, Juan de Austria y Farnesio ¿no eran unos abusones, invasores y represores del malvado imperio español?
Lo digo con toda, la ironía y el respeto hacia esas 5 personalidades históricas.
¡¡¡Estamos apañados!!!
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Totalmente cierto, mi General.
«Cien años de Legión no pueden tirarse por la borda ni contar cosa distinta a lo que fue, a lo que debe ser y seguir siendo»
A M E N
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A las órdenes de V. E., mi General.
No renunciemos a lo que es la Legión. lo que fué. Que no blanqueen su glorioso y orgulloso servicio a la Patria y razón de ser con modernización y adaptación a la demanda de la Sociedad.
¡¡Que el máximo sacrificio no haya sido en vano!!
¡¡Viva la Legión!!
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