DEFENSA SOLICITA QUE LA OPOSICIÓN LE RINDA HONORES. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

La tragedia de lo ocurrido tras la riada en Valencia se ha convertido en un insoportables peaje para cualquiera que quiera abrir las puertas de la verdad. Derribar el muro levantado por el Gobierno del señor Sánchez que rentabiliza aquel desastre se convierte en unos de los mayores escándalos de la democracia.

Cuando desde la cruda versión y conocimiento militar nadie ha revelado la actuación de las Fuerzas Armadas en aquellos días el ministerio de Defensa, de forma incomprensible, solicita a la oposición que pida disculpas por faltar a la verdad ya que, según ellos, la Unidad Militar de Emergencia (UME)  estuvo a su disposición desde el minuto uno.

Quien falta a la verdad es el responsable de haber redactado esta nota urdida con mala intención y huyendo de la responsabilidad de una actuación convertida en tragedia

Más allá de discutir si disponer de lo inútil el problema se centra en algo de mayor envergadura porque  todos supieron, desde el minuto uno, que aquello sobrepasaba cualquier capacidad de la simple emergencia, incluso para la Unidad Militar de Emergencias (UME) sobrepasada e incapaz de afrontar aquel desastre con sus medios. Desbordados no pudieron ir más allá y quedó durante días la Comunidad ahogada en sus carencias y descontrol. No había nadie.  Nadie quiso asumir responsabilidades de algo que se veía con consecuencias políticas muy graves. La tragedia humana se veía venir.

Las Fuerzas Armadas actuaron después de tres días del comienzo de la riada y el nivel 3 de emergencias nunca se decretó para así rehuir responsabilidades. Esa es la verdad descrita en su día en este artículo con cronología de hechos y que vuelvo a repetir.

El ministerio de Defensa se enfanga con su proceder y para quien es militar, por muy retirado que esté, le duele porque aquello fue un mirar para otro lado, algo que las Fuerzas Armadas han sentido en lo más hondo. Algún día alguien lo contará. En mi caso me limité a analizar los hechos y a poner de mi parte todo lo que pude; alguno sabe de ello.

El tema clave de la ayuda militar ante la trágica riada no es el caso de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que hizo lo que le ordenaron, ni más ni menos. Por eso y para eso está bajo mando civil directo fuera de la cadena de mando operativo de las Fuerzas Armadas. Actúa a las órdenes directas de la ministra. Un detalle muy a tener en cuenta y que esperamos se corrija en su día. Es una anormalidad nada aconsejable.  Para manejar una unidad militar en el campo operativo es necesario contar con el asesoramiento y capacidades del mando militar y su Estado Mayor. Para eso está.

Un ministerio de Defensa no está para solicitar a la oposición que rectifique, sino para examinar su propia conducta y dar cuenta de su más exacto cumplimiento del deber de defensa y auxilio. No mirar por la ventana, sino ponerse las botas y pisar el fango. No solo el político.

No había nadie. Lo repiten una y otra vez: no había nadie… Un día, al día siguiente… No había nadie. ¿Dónde estaba España? ¿Reducida a un trozo del levante español como rota del conjunto?

Fue al tercer día: unas linternas, no era la luz, pero algo brillaba, lejos, muy lejos…

Unos militares del Mando de Operaciones Especiales que por allí maniobraban se lanzaron a la ayuda sin esperar más órdenes. No era tiempo sino de ayudar y atender a la muerte a la que se enfrentaban.

Convendría saber las órdenes que se dieron por las redes militares y de la Guardia Civil. ¿Son secretas? ¿Por qué no se conoce lo que se ordenó desde los ministerios afectados? ¿Y lo que no se ordenó?

Defensa solicita… ¿Qué solicita? Solicitamos nosotros.

No es la Unidad Militar de Emergencias a los que tiene que escusar el ministerio de Defensa, sino a las órdenes que dio al no hacerse cargo de la tragedia desde su competencia, exigible e inexplicablemente abandonada.

No. Aquello no fue un problema de la UME, ni de Feijóo ni siquiera de Mazón.

No había nadie. ¿Por qué? En situaciones de emergencia está visto que es mejor no recibir órdenes cuando estas están mediatizadas por sus consecuencias políticas. Puede ser fatal no actuar a tiempo.

No queremos medallas; Ahora las dan aquellos mismos que antes las negaban en combate. ¿Serán al valor político?

Queremos actuar cuando la misión y el riesgo que corren nuestros ciudadanos  lo exige; pero sin filtros políticos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

29 diciembre 2025

Blog: generaldavila.com

 

 

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