Se cumplen 25 años de la muerte de Don Juan de Borbón.
Ayer el Almirante Teodoro Leste nos dejó un testimonio de gran valor histórico, además de humano, por ser de alguien que conoció profundamente al Rey y a su lado permaneció hasta el último suspiro.
La efeméride de hoy, nos traslada de nuevo a su recuerdo. Es una historia legionaria contada por Torcuato Luca de tena en su libro Franco, sí, pero…
La 16 Compañía de la IV Bandera de la Legión, la más laureada y con más bajas en la Guerra Civil, entregó al finalizar la contienda su banderín de combate a Don Juan. La entrega en nombre de la compañía la hizo el entonces teniente, después teniente general, González del Yerro, oficial más antiguo de la Compañía, y el más cualificado de los que sobrevivieron, por tener la Medalla Militar Individual. Aquél desgarrado Banderín, que a pesar del elevado número de bajas jamás mordió el polvo ni cedió en ningún combate, siguió en pié dando ejemplo de valor y heroísmo.
Hoy, ferviente soñador de las hazañas de unos hombres forjados en el valor y el honor, las palabras de Don Juan se convierten en efeméride con esta sencilla historia.
Sirva de permanente ejemplo para nuestros soldados. Estas son las palabras con las que recibió Don Juan el glorioso banderín:
<<Con emoción máxima recibo el banderín de la 16 compañía de la 4ª Bandera de la Legión y el mensaje que le acompaña. La lectura de esa historia de treinta y dos meses de gloria y honor, me llena de admiración el alma. La lista de nombres duros y magníficos de pueblos y ciudades desde Andalucía hasta Cataluña me hace sentir, con dolor intenso, casi el contacto con esa Patria que tanto amo y por la que hubiera querido luchar al lado de vosotros. Dios no lo quiso así… A su voluntad me entrego: y si es que para otro destino reserva mi vida, creedme que nada me confortará tanto en él, como la seguridad de tener a mi lado unos oficiales que saben, en la guerra, luchar de ese modo, y en la paz tener rasgos tan llenos de vieja hidalguía como el que vosotros acabáis de tener con mi persona.
Vuestro desgarrado banderín manchado de sangre ocupará en mi casa un puesto destacado de veneración y de respeto. Ante él, como ante un último capítulo de su historia, yo pediré a Dios cada día que me haga digno de esta España rescatada con tanto dolor. Afectuosamente os saluda, JUAN >>
Blog generaldavil.com
Lunes 2 de Abril 2018