¿QUIERES SER SOLDADO ESPAÑOL? General de División Rafael Dávila Álvarez

13-03-09. SEGOVIA. JURA DE BANDERA EN EL ACUARTELAMIENTO DE BATERÍAS DE LA ACADEMIA DE ARTILLERÍA. FOTO ANTONIO TANARRO

Que el primer y más fundamental deber del soldado sea la disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, no es baladí. Ser soldado no es un capricho, ni siquiera una afición. Es una vocación cuyo atractivo reside en la virtud. La disposición permanente del alma para las acciones conformes a la ley moral. Una vida inspirada en el amor a tu patria, en el sacrificio reconfortante de ese espíritu que te lleva a mantenerte en tu puesto de honor cuando el amor a la vida te dice al oído que te separes del peligro. Ese espíritu que unas veces es valor, otras abnegación, entusiasmo por la profesión, siempre afán de esplendor para tu patria.

Será el patriotismo como virtud tu valor principal, tu deber, y cumplirlo tu íntima satisfacción. Apréndelo pronto: tu patriotismo consiste en amar a España, es decir, cumplir con tu deber siempre. Esa íntima satisfacción del deber cumplido será tu premio y única aspiración.

El honor deberá presidir cada una de tus actividades, estando solo o en compañía, sin buscar el elogio o el aplauso. A él ajustarás siempre tu conducta. En la soledad de la noche o con las luces del día debes ser coherente entre lo que debes hacer y lo que haces. El honor será la virtud que te lleve al cumplimiento de tus deberes respecto del prójimo y de ti mismo.

Al patriotismo y al honor siempre debe acompañarles el valor. En la milicia el valor no es bravuconería sino una firme disposición, constante preparación física y moral, para vencer el miedo y llegar más allá incluso de lo que el deber te exige. Tu valor ha de ser sereno sin alardes inútiles, comúnmente innecesarios, has de tender a conservar durante el mayor tiempo y en el más alto grado tus energía morales y físicas para utilizarlas al máximo y en toda su plenitud en el momento decisivo. Debe adornarse el valor con entendimiento para obrar con sabia destreza y no estrellar su denuedo contra la ignorancia. Valor estoico, y heroico si el combate lo requiere.

La disciplina será factor de cohesión que regule todas tus relaciones en la milicia. Exigida y exigible para el que obedece y más, si cabe, para el que manda. Respeto y obediencia moral que te lleve a la observancia de las leyes y normas, te distinguirá como buen soldado.

Recorre despacio el camino, con humildad y paciencia. Recuerda que la guerra es el arte a cuya cumbre no se vuela, súbese poco a poco y con discurso de tiempo. Pero no olvides que aquí el esfuerzo y dedicación nunca están de vacaciones.

Todo lo que te cuento es más sencillo de lo que puedas pensar, pero solo se consigue si de verdad quieres ser soldado, un bello oficio que te descubrirá pronto su tesoro que reside en la camaradería y la fraternidad que forja unidades muy sólidas donde cada miembro se sacrifica individualmente en beneficio del grupo.

Compañerismo, abnegación, solidaridad, amistad, unión y socorro. Aquí nadie es más que otro si no hace y sabe más que el otro.

Mira, en mis largos años de servicio ninguna ley ni reglamento me ha enseñado con tanta belleza y claridad lo que es ser soldado. Lo escribió uno de Infantería, Pedro Calderón de la Barca. Te invito a que lo leas y cuando termines te preguntes ¿Quiero ser soldado?

Solo tú tienes la respuesta.

General de División (R) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.

Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.

Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.

Pedro Calderón de la Barca (Soldado de la Infantería española)

EL MEJOR AMIGO DE UN LEGIONARIO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

lne-caudal-4281883-35_g

Josín, el legionario, junto a su perro, Trasgu, y la nueva dueña

‹‹Me muero, pero un legionario nunca da un paso atrás››.

Esta es la historia de un legionario, la de Josín Lazcano y su mejor amigo, su perro Trasgu.

¡Qué hombre! ¡Qué pedazo de legionario!

Josín se muere. Le han dicho que su enfermedad es irreversible y ha abandonado su tratamiento. No tiene miedo. No es un ningún loco ni insensato. Todo lo contrario. Ha luchado como el que más en la vida. Una vida que no ha debido ser fácil. Es artista en su estudio CajaLata, allí en su Mieres querido, donde pasea con su camisa verde y su emblema de la Legión. Un artista conceptual sin duda, una lucha entre la vida y la muerte han formado su concepto y ahora ve de cerca aquel momento que tantas veces ha repetido:

Por ir a tu lado a verte…

No es un insensato. Es un legionario y sabiendo que le ha llegado su hora todo lo ha preparado. Legionario, legionario que te entregas a luchar y al azar dejas tu suerte pues tu vida es un azar.

Josín, ahora ve que se acerca el final y ha querido dejar todo con rumbo y orden. Sabe lo que es morirse:

_imagen8_b84cd092

Josín con su camisa verde legionaria y el emblema de la Legión

‹‹Me muero, pero un legionario nunca da un paso atrás›› ha dicho.

Todo está maqueado, como dicen los legionarios. ‹‹Ya está todo listo, he pagado religiosamente la cuota del seguro de cese. Solo me faltaba encontrar casa para Trasgu››.

Trasgu es su perro. No quiere dejarlo solo, abandonarlo a su suerte. Es su compañero. ¡Ay ese espíritu de compañerismo cuanta falta nos hace! No abandonar jamás… ¿Y la amistad? Un juramento entre cada dos hombres.

¡¿Pero no es un perro?! ¿Y qué? Es amistad y compañía. Es soledad compartida, es el arte de la vida. ¡¿Que no lo entienden?! No importa.

perro-trasgu

Trasgu, espíritu de amistad

Josín viendo que se moría hizo un llamamiento para que alguien se quedase con su perro. No quería dejar abandonado a su amigo, a su compañero. Puso dos condiciones. Que no lo castrasen y que no le adornen con ninguna prenda. Es un perro de un legionario, un legionario. Trasgo ya ha encontrado dueña. Josín y Trasgo se han despedido.

Es difícil ser legionario. También conocer su alma profunda. Se requiere mucha atención, sensibilidad y dureza. Un ejercicio de coraje y firmeza que da paso al compañerismo y la amistad eterna que continúa seguro más allá de esta cotidiana vida. Te gustan o no te gustan, pero jamás te dejará indiferente un legionario.

‹‹La última lágrima que yo derrame será por mi perro Trasgo›› Ha terminado diciendo Josín.

Las mías, las lágrimas de este general que tuvo el honor de mandaros, hoy han recorrido mi cara, abundantemente, cuando he leído la historia de Josín y Trasgo.

Caballero Legionario Josín Lazcano, déjame que te envíe un abrazo legionario a través de estas líneas. Alguien te lo hará llegar, seguro estoy porque el milagro de la unión y socorro de la Legión siempre funciona.

afp-malaga-620x349

¡Que nuestro Cristo de la Buena Muerte te bendiga!

¡Que el Cristo de la Buena Muerte te bendiga!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Exgeneral Jefe de la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII”