Pues debo explicarme y entenderán conmigo que se echa de menos y, en breve, sin apenas darnos cuenta, eso de la bandera y el himno nacional quedará relegado a los cuarteles y si acaso a alguna ceremonia de Jura de Bandera, pero con las limitaciones que el ordeno y mando imponga, que puestos, a lo que vemos, podría ser que no inviten a la bandera o nos cambien el himno, que de todo son capaces cuando las fronteras no están bien delimitadas.
La bandera y el himno nacional cada día están más ausentes de la vida diaria, de lo cotidiano, y cualquier sentimiento de unidad, cualquier emoción que nos lleve al histórico ejemplo de nuestros antepasados es batido por la mediática orden que emana de quienes pretenden una España sin historia, sin pasado, camino de desaparecer en la maldición dictada por real decreto.
Me parece entender que pretenden dejarnos sin el temblor de la emoción que se siente cuando suena el himno nacional y con los ojos al cielo se eleva la Enseña Nacional, sobre todo y sobre todos, llevando ese trozo de poesía que encierra el símbolo en su imposible definición, solo explicable cuando se ha muerto bajo su mandato. ¿Es que no lo recuerdan?
¿…derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de la Patria, de su unidad e integridad territorial y del ordenamiento constitucional, hasta la última gota de vuestra sangre? No busquen ahora esas palabras. Se han cambiado: «¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?
No querían saber como muere un soldado, olvidar el sacrificio: «…derramar hasta la última gota de vuestra sangre…» La vida militar no admite melifluas promesas ni adornos cobardes, genuflexiones ante el fuego del combate.
En el recuento hay días que falta alguien. Se reza y se llora, pero no habrá novedad mientras el deber y el honor no mueran. Lágrimas de soldado, secas y duras como perlas milenarias, invisibles, rostros que, a pesar de todo, transmiten sosiego y paz. Pretenden que nos encierre la noche. La Bandera se ha recogido. No se ve la Enseña, pero no descansa, no se esconde, cubre el silencio con su manto de protección esperando izarse de nuevo. Otro día y siempre, como horizonte permanente del soldado que la ha besado al jurar que siempre estará en lo alto.
Nuestra Bandera ha sido arriada del territorio nacional y su brillo ha sido eclipsado con la infamia del consentimiento de todos, sin que nadie haga nada, sin cumplir ni hacer cumplir la ley. Deberíamos sonrojarnos, todos.
¿Hemos perdido el honor? No es retórica. Es lo que veo.
La Bandera de España no se iza en todo el territorio nacional. En Cataluña y en muchos rincones del País Vasco se ha arriado la Bandera de España. Incluso se la ofende a diario. Nadie hace nada, no pasa nada.
No lo olvidemos. Ese es el parte, la novedad más importante que hoy y siempre comunicaremos al mando.
Mañana será otro día…, pero todo seguirá igual.
Artículo 4 Título Preliminar. Constitución española:
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- La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
- Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.
Sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007:
La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento.
Cúmplase la Ley.
«La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución» (Ley 38/1981 por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas).
Muchos días, cuando empiezo a escribir, rompo el folio en blanco, se seca la tinta de la pluma porque todos los días son iguales de tristes para esta España que se rompió desde que presos por la tiranía etarra y el independentismo caminamos como ciegos sin ni siquiera mantener la sombra de nuestros símbolos; que nos niegan.
Es por ello que vuelvo a nuestra Bandera y nuestro Himno Nacional, para recordar que existen; en poco tiempo los niños de ahora, que ya serán mayores, lo verán como algo extraño y lejano y la simbología será artificial. Aunque todo lo demás será igual, ¿por quién se morirá en combate? ¿por quién la vida dar? ¿Entregar la última gota de sangre por un ideal? ¿…entregar vuestra vida en defensa de España?
¿Rearmarnos?: Juren ante la Bandera defenderla y morir por ella. ¿Rearmarnos?: Defiendan la soberanía e independencia de España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
¿Rearmarnos?: De valores, del valor que requiere morir por España.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
7 abril 2025
