Yo podría tomar en consideración y hasta comprender y aceptar, como en democracia corresponde, el pensamiento político de los independentistas catalanes…
–Si fuesen conscientes de que la autoridad política que legalmente pueden ostentar en el ámbito de Cataluña, como región autónoma de España, proviene únicamente de su Constitución y a ella se deben en cuerpo y alma. El parlamento autonómico solo tiene capacidad para legislar dentro del margen de actuación que las leyes le conceden. Es absolutamente ilícito que tanto el gobierno autonómico como su parlamento se opongan, en el ejercicio de sus funciones, a leyes de rango superior que están obligados a cumplir escrupulosamente. Cualquier cambio que deseen plantear deben de proponerlo por los cauces legales que tienen a su disposición.
-Si no tratasen de convencer a la opinión pública española e internacional de que su actitud levantisca procede de un problema político previo, de origen nunca bien determinado, que solo se puede solucionar con la aceptación incondicional por parte del Estado de sus demandas, cuando de lo que verdaderamente se trata es de un grave incumplimiento de la Ley que los sentimientos de pertenencia en ningún caso pueden justificar.
– Si no buscasen, día tras día, el desprestigio de España y su Justicia ante todo tipo de foros internacionales y todo ello pagado con el dinero de todos los españoles, dinero que han recibido y aún siguen recibiendo con demasiada generosidad sin dedicarlo a garantizar el bienestar social de todos los ciudadanos catalanes como legalmente corresponde.
-Si fuesen estrictos cumplidores de la Ley y no se erigiesen, en virtud de su propio capricho, en únicos interpretes de la Justicia descalificando las sentencias de los jueces o buscando con descaro la impunidad de sus propios actos de los que nunca se quieren responsabilizar.
– Si no fuesen mentirosos compulsivos desde el “España nos roba” hasta los falsos reportajes con falsos heridos que injustamente se imputaron a la actuación de la Guardia Civil el pasado1-O.Y más falsedades que se podrían relacionar.
-Si no fuesen odiosamente supremacistas, dictadores hasta límites insospechados que se descalifican así mismos cuando insultan sin consideración alguna a la generalidad de los españoles y a los catalanes que quieren vivir como tales en una tierra que por derecho propio también les pertenece.
-Si no declarasen con machacona insistencia que su conducta se atiene al mandato del pueblo catalán reflejado en las urnas del 1-O que , como todos pudimos comprobar, tales urnas no fueron otra cosa que papeleras que llegaban a las mesas electorales llenas de votos falsos.
– Si, inasequibles al desaliento, no estuviesen siempre dispuestos a hacer lo mismo en próximas elecciones o referéndums (referenda), como continuamente propician y solicitan porque bien conocen el resultado que van a alcanzar de antemano, y como lograrlo, como así pudo suceder el pasado 21-D cuando los llamados partidos constitucionalistas no mandaron sus interventores, según se informó en medios digitales, a las mesas electorales de esa parte de la Cataluña rural que no es lo se ha dado en llamar la leal Tabarnia. En esa zona rural del territorio catalán fue precisamente donde el fugitivo sedicioso, rebelde y malversador, y de mala conciencia, a juzgar con la rapidez con que puso tierra de por medio después de proclamar la republica catalana con la boca pequeña, pudo robarle el poder a los partidos realmente más votados. Recordar solo que la participación en estas elecciones fue casi del 80% algo completamente anormal en unas simples elecciones autonómicas, por importantes que el pueblo catalán las pudiese considerar.
-Si su naturaleza nazi, racista, xenófoba y dictatorial, de la que dicen sentirse orgullosos, no les llevase a eso que llaman inmersión lingüística con la que impiden que más de la mitad de los catalanes no puedan hablar, estudiar, trabajar o manifestarse en el idioma materno o en el que deseen o consideren más adecuado para sus negocios, como es el español como lengua oficial del Estado.
-Si no viviesen en una continua y deformada realidad que les lleva a un comportamiento esquizofrénico, de manía persecutoria, de contumaz alienación colectiva que ellos mismos se encargan de auto realimentar. Solo así se puede comprender que se sientan en posesión de la verdad y desprecien la verdad de los demás sin problema intelectual alguno.
-Si no fuesen egoístas hasta límites insospechados al pretender quedarse con los rendimientos generados en toda Cataluña sin mostrar interés ni solidaridad alguna con regiones menos desarrolladas del resto de España, egoísmo material que está en el fondo, en el ADN de sus afanes independentistas.
– Si al mismo tiempo que quieren ser independientes no pretendiesen seguir aprovechándose de un mercado español que consideran, por su propio derecho, cautivo. O sea, para ellos lo mejor del sistema: ingresos asegurados e independencia absoluta para gastarlos en su propio y único beneficio.
– Si en el fondo de su conducta no residiese también un declarado afán de evitar la acción de la Justicia que ellos califican de española porque están convencidos de que, llegado el caso, podrán dominar la justicia catalana, con métodos que bien conocen .Corrupción e impunidad es el prometedor futuro que según todos los indicios añoran los independentistas.
-Si los independentistas más radicales no fuesen precisamente de familias no catalanas circunstancia que los charnegos, como allí se les conoce, quieren hacerse perdonar presentándose como más independentistas que nadie.
-Si alguna vez pudiesen comprender que una España empobrecida y debilitada se traduciría en un automático empobrecimiento y debilidad de la economía catalana, igual que le sucede a la economía portuguesa cuando la española va mal, a pesar de estar ambos países en la Unión Europea.
-Si aceptasen también que su independencia llevaría a Cataluña a quedarse fuera de la Unión Europea y separada de España por la correspondiente frontera, con todo lo que ello conlleva, cosa que ni al Reino Unido conviene y trata a todo trance de evitar y negociar antes de su Brexit.
Sí, yo podría comprender y aceptar muchas cosas, como en democracia corresponde, si la actitud y el comportamiento de los independentistas catalanes fuesen los que no son.
Pero en ningún caso podré comprender y en absoluto de buen grado aceptar la actitud y el comportamiento del Sr. Sánchez cuando, en su función de presidente del gobierno no elegido, vaya a poner en riesgo la integridad de España y la igualdad entre los españoles premiando a los rebeldes y sediciosos, como todo indica que va a suceder por motivos de sobra conocidos, con obsequiosa e inmerecida generosidad. Algo que no está en el programa conocido del partido socialista obrero español.
Aurelio Fernández Diz. CN (R.)
Blog: generaldavila.com
24 julio 2018