“LA CONSTITUCIÓN NO ES ORNAMENTAL. LAS LEYES SE TIENEN QUE CUMPLIR” (FELIPE VI) Rafael Dávila Álvarez

Davos, 24 de enero 2018. Todo sigue igual o peor.

Que no se cumple la Ley en España no es cierto. Se cumple a rajatabla y si no, la justicia se encarga de que se cumpla. Otra cosa es que haya algunos muy cualificados que no la cumplan. De eso hace mucho tiempo. Los grados de incumplimiento son varios; por ello, para ellos, las penas también lo son. Terrorismo, o sea que asesinaban con pistola o bomba; corrupción económica, vamos que se lo llevaban a casa, ladrones, sinvergüenzas que se aprovechaban de todo y de todos, y los que no han sido pillados, o sí lo han sido, pero se mira para otro lado, corruptos morales, y dentro de una amplia gama de estos delincuentes, surgen los peores, los que reuniendo todas las características anteriores quieren huir de la justicia, imponer la suya a base de crearse una nación, catalana, en la que ellos mismos sean la justicia y decidan sobre el resto de catalanes, incluso con análisis de ADN y comprobación de datos que engrosarán “la lista”.

Todo esto que nos está ocurriendo no es nuevo. Estuve destinado en Palma (de Mallorca) a comienzos del año 2000. Tengo seis hijos y por edades se desplazaron conmigo tres de ellos, uno universitario, dos en época escolar. El universitario tuvo que volverse a Madrid porque en su universidad le hundieron con el tema del idioma al no dar ni una clase en castellano y ¡qué contar de los exámenes! Mi hija de doce años, matriculada en un colegio religioso, llegó a casa llorando por las duras palabras que le dijo el profesor uno de los primeros días de clase.

-Oye p… forastera. A mí no vengas aquí a complicarme la vida.

El tercero de ellos cayó en buena tierra, se adaptó a las circunstancias y llegó incluso a jugar en los infantiles del Real Club Deportivo Mallorca.

El incumplimiento de la Ley no es cosa de ahora. De aquellos polvos estos lodos.

En Tarrasa (Barcelona), en el colegio Font de l´Alba, una niña de diez años ha sido supuestamente agredida por una profesora por pintar una bandera de España y un Viva España. El hecho es de extrema gravedad. Poner a los niños en primera línea del frente de batalla tiene un nombre y un precio. No es nuevo. Tampoco aquí es la primera vez. Europa debería recordar y temblar.

Esto no es solo incumplimiento de la Ley, sino de la Ley moral; es el tope que marca hasta donde una sociedad puede alcanzar su crispación degradante.

No pasará nada, como viene ocurriendo hace muchos años. Años educando en el odio y el enfrentamiento. También en la desgana y la indiferencia a todo. Egoísmo social.

No se quejen. Todos somos culpables.

Con aceite se fríe, con pan se come y a la basura se tiran los cascarones: ¡El huevo!

No es el huevo. Será el fuero. Aún más sencillo: La Ley no se cumple. ¿Por qué? Esa es la cuestión.

Aunque lo diga el Rey.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com