1.- ASESINATO EN AMÉRICA
Cada uno pensará lo que quiera nada importa su ideología anterior. Juntos formamos partido y así a ellos, que no a los libres, les va mejor. Juntos y con el pensamiento único.
Pues no. Demos libertad a la cosa pensada y no admitamos ese fácil relato que sobrevuela hechos de los que no nos ofrecen datos comprobables. Puede ser tanto una cosa como la contraria. Lo de Prim es como lo de Kennedy; Trump debe pensar como Aznar. Saben lo que nosotros no.
Así que dejen su imaginación libre y supongan que detrás del asesinato de alguien de trascendencia ideológica siempre hay un interés oculto.
Matar no es fácil. El dispositivo y la forma está al alcance de cualquiera; no apretar el gatillo que requiere una capacidad que no tienen los desquiciados. Hay que saber muy bien lo que se hace y sus consecuencias. Se simula un proceso de investigación , pero hay otro que requiere una absoluta negrura para penetrar en los profundos abismos de los que han ejecutado intelectual y materialmente el hecho. No todos los sectores del discernimiento están en lo oculto. Hay uno concreto que se encarga de estas cosas y jamás tendrán luz. Son procesos distintos: el mediático contra el real. Ambos tiene gran poder.
Charles Kirk ya está muerto. De lo que ocurra a partir de ahora no tienen ni idea los asesinos. Será el final para ellos; en plural. No es un asesino, sino todo un proceso, una larga odisea que llevan años manipulando. Proceso político hasta llegar al asesinato. Está muy insertado en cierto sector político; histórico. Pero: «No tienen ni idea de lo que han desatado en todo el mundo». Todo va a cambiar en los Estados Unidos y en el mundo. El mal se les caerá encima de manera insoportable.
Puede que este asesinato tenga consecuencias en la política que Trump aplique para lograr una seguridad mayor en los Estados Unidos. El ejemplo de sacar al Ejército a la calle en Los Ángeles o Washington puede ser que prolifere
2.- RUSIA-POLONIA
Todas las informaciones técnicas e independientes vienen a decir que la entrada de drones rusos en Polonia ha sido un error técnico sin intención ofensiva. Al lanzar más de 400 drones hacia Ucrania las mismas medidas defensivas de EW (Guerra electrónica) han podido desviar el rumbo de los drones. Es más habitual de lo que nos cuentan sobre todo en los tipo «Gerbera» que actúan de señuelos para saturar las defensas antidrones. En cualquier caso dejémoslo en un «sin querer queriendo».
En el ámbito militar se analizan todas las hipótesis:
Hipótesis más probable:
No haya sido intencionado y la saturación de drones haya desviado la trayectoria. Quedará como el Nord Stream o la presa de Kajovka. No nos enteraremos.
En cualquier caso Europa solo ha podido derribar 4 de los 19 drones y eso es lo más preocupante.
Hipótesis más peligrosa:
En ningún caso Rusia pretende atacar Polonia. Su objetivo sería «El corredor de Suwalki». Un ataque simulado sobre Polonia para lanzarse a la ocupación del paso (unos 70 km,s. que separan a Polonia y países Bálticos, única unión de estos con la OTAN). Rusia tiene de alguna manera cortada su cordón umbilical con Kaliningrado, su mejor puerto en el Báltico. El gran riesgo de la OTAN está en ese lugar: Corredor de Suwalki.
Mi opinión es que en la caída de drones en Polonia no ha habido intencionalidad o esta ha sido muy medida, ya que realmente se está a la espera de una decisión de Putin tras su conversación con Trump. Este lo anunció después de la reunión en la Casa Blanca de Zelenski y la UE. La reunión de Alaska no puede terminar con un ataque intencionado a Polonia.
Putin está debilitado. Ha perdido el acceso al Mar Mediterráneo (Base de Tartús en Siria), la libre circulación por el Mar Negro y en el Báltico solo dispone de 200 km,s. de costa frente a los 8.000 que están en manos de Suecia y Finlandia. Económicamente tiene graves problemas que debe resolverle China (si quiere y puede). Militarmente tiene grave déficit de mandos y su Ejército no va más allá de lo que está haciendo en Ucrania.
Trump no pude dejar caer a Rusia por sus 6.000 ojivas nucleares y porque cualquier amenaza puede desencadenar lo que nadie desea. Rusia en cualquier momento se planta: «aquí estoy y estos son mis poderes». Una limitada explosión nuclear».
También Trump podría lanzar un ataque preventivo muy peligroso. Lo real es que Rusia a día de hoy no es rival, pero es un peligroso animal herido.
Putin aceptará un trato con Trump (iniciado en Alaska): Ucrania será de Rusia (hasta el Dniéper). El Caribe será para Trump (adiós a Cuba y Venezuela). No es plato de buen gusto, pero es la guerra; siempre de sorprendentes resultados. Sobre todo con Rusia.
La OTAN debería hacer caso a Trump y dejar de comprar petróleo a Rusia; es inaudito rezar y ser ateo. El dinero es el único dios en el que todos creen. Los aranceles también forman parte de la guerra y China se pensaría dos veces seguir apoyando a Putin si Europa se los aplicase con seriedad y rigor.
Por último no olviden al Gobierno de España. Le queda poco tiempo, el suficiente para hundirnos en la profunda insignificancia internacional. Es decir: la ruina.
Es destacable la ausencia de P. Sánchez en cualquier decisión. Se ha posicionado en el otro lado y ya no se fían de este peligroso aliado..
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
14 septiembre 2025
PD: Terminaba de colgar este artículo cuando salta la noticia de la entrada de un dron ruso en Rumanía violando su espacio aéreo. Dos cazas han salido a vigilar el espacio aéreo. No es nada anormal y ocurre con relativa frecuencia.
La tensión es grande, pero no mayor que otras veces, aunque la sensibilidad está agudizada. En la guerra no es bueno agrandar ni empequeñecer la realidad. Crear alarma y ruido mediático es una forma de concienciar, quizá necesaria, ante el evidente riesgo. Hay que transmitir tranquilidad y no bajar la guardia.
Recomiendo que no perdamos de vista a Trump que está, como todas las naciones del mundo, a la espera del resultado de su encuentro con Putin tras Alaska y la reunión con Zelenski y la UE en la Casa Blanca. Será la respuesta a nuestra incertidumbre.
No estamos ante un panorama muy optimista, pero todavía hay tiempo para creer en la diplomacia abierta por el presidente de los Estados Unidos ante un mundo que cada vez se acerca más a una guerra definitiva.