Es conocido el proverbio latino Inter arma enim silent leges (En las guerras las leyes callan). No hemos pensado un momento siquiera que en la paz supuesta que impone una democracia, cuando un parlamento es okupado por transformados representantes, las leyes son manipuladas y no callan sino que son sustituidas por una corrupción generalizada que abarca a todos los Poderes. Ninguna Institución se libra.
Dan miedo los representantes cuando lo son de ellos, única y exclusivamente, de su peor condición, y dividen entre los suyos y los otros. Porque eso ocurre cuando ya no hay Estado, solo unos que gobiernan con todo el Poder dejando detrás de ellos al Estado que solo aparece en días de fiesta, eso sí con soldados y banderas y un jefe al frente. Ni uno ni los otros van más allá de una teoría obligada de la Defensa cuando el supremo gobernador se ha hecho dueño del ataque y la defensa.
La mayoría de los señalados por encima del Estado son hombres que no poseen la más mínima dignidad personal con la que poder afrontar su papel político. Pero ahí están como fiel reflejo de lo que dice su mayoritaria voluntad. Dudo mucho de que la corrupción se exprese en esos términos.
Ahora, cuando creíamos que estaba España a punto de que el prodigio sucediese, es cuando están más fuertes porque ven muy cerca la amenaza. Es el momento peor. Se ven vencidos, han roto España y no tiene perdón. Saben que les han cercado. Nunca ataques a los desesperados. Morirán contigo. Dales una salida porque son más rebaño, más unidos y próximos a su mastín protector. «No fuerces hasta el límite a un enemigo que se encuentra en una situación apurada«. Ten cuidado con los cebos que te presenta. Nada une más que la corrupción, un vínculo más fuerte que el familiar. Máxime cuando es moral.
Todo es un circo ambulante compuesto por titiriteros que logran que las cabras suban a la silla mientras suena una música como los cánticos de la Odisea.
Leo los artículos 1 y 2 del Título Preliminar de la Constitución y no necesito más para saber donde estoy y con quién me las he de ver.
TÍTULO PRELIMINAR
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Artículo 1
- España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
- La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
- La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Artículo 2
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Nada es cierto. En el pueblo español no reside soberanía ninguna cuando los que gobiernan hacen su política, incluso en lo fundamental, sectorialmente, para ellos y sus creencias. Es decir que gobiernan para la mitad, más o menos, mientras los otros son olvidados cuando no perseguidos. No hay Constitución, sino interpretación. Habrá normas jurídicas, insignes juristas, constitucionalistas, pero la cruda realidad es la ley de cada día, lo que se vive cada día. No hay más ley que la imposición lo que está muy alejado de la división de Poderes y es así como la dictadura se materializa con un Parlamento y un Tribunal Constitucional en mayoría sectaria. Todo dispuesto para el Golpe de Estado. Hasta la corrupción queda avalada por el manto constitucional en forma de amnistía.
En el Rey todo es discrecional. Culmina lo que otro decide dándole con su firma acto estatal, con la solemnidad propia. Más allá de los consejos y sugerencias regias hay poco, aunque sea una labor muy firme, decidida y trascendente. Muy limitada e incomprendida en periodos convulsos como el actual. Es difícil su labor de arbitraje y moderadora dado que su mayor función es la simbólica.
En la cotidianidad de la vida política no surgen interrogantes, hay ceguera constitucional y todo lo asumimos en aras a vivir entre el rebaño, aunque sea en un pasto distinto al que marca la Ley con tal de permanecer alimentado y esquilado. Lo malo es cuando viene el lobo y el mastín lleva bozal.
La forma política actual del Estado, la Monarquía, en su simbólica encarnación de todo un pueblo, ha sido intencionadamente puesto en duda y dividido entre regiones, incluso fomentado que no es el Rey de todos los españoles. Ello rompe la realidad interior y exterior de España y sobre todo acaba con la idea de España.
Eso es lo que se ha materializado después de la palabra del símbolo aquel 3 de octubre ante el Golpe de Estado dado desde la Generalidad de Cataluña. Todo ha seguido igual, los pasos de la ruptura con España avalados por el Tribunal Constitucional. La figura del Rey, simbólica, desde luego, queda dañada, porque el símbolo ha sido atacado. Una nación se simboliza en su idioma, la bandera, su himno, y España en su Rey. Allí nada de eso queda.
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de España.
Se atentó contra todo ello. Se delinquió desde dentro. Se juzgó para después borrar el delito. Se manipuló al Poder Judicial. No pasó nada. No hubo delito y si lo hubo queda borrado, olvidado, podemos ya dar el paso siguiente y volar la Constitución, su forma de Estado, sus Ejércitos, su Historia, su idioma y hasta su territorio. Lo ha dicho el Tribunal Constitucional. La Constitución es muda.
No hay fundamento, por lo tanto no hay Constitución, no hay Ley, sino interpretadores que avalan el delito y al delincuente, aunque este sea el Poder Ejecutivo.
Inter arma enim silent leges (En las guerras las leyes callan).
Lo que es rotundamente cierto es que en España las leyes se han silenciado, manipulado y adaptado a un Gobierno que puede estar inmerso en traición.
Desde luego camina entre el deshonor y la impunidad. Veremos hasta cuando, porque no todo está perdido ni todos dispuestos a perderlo.
Ya, al parecer, todo lo que diga la Constitución no es reconocible ni a tener en cuenta, pero es entretenido leer el artículo 102 del Título IV. Del Gobierno y de la Administración. Háganlo.
Las leyes callan.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
30 junio 2025