Acabo de escuchar que el PP manifiesta que no se aplicará el artículo 155 de nuestra Constitución, respecto al desafío soberanista. Este partido no ha cambiado ni una sola coma de las leyes que se promulgan por la hoy oposición, como desgraciadamente recordamos.
Los principios jurídicos son los que establecen las reglas del juego. En su cabecera está la Constitución, pero dicha Ley ha de ser desarrollada mediante otras leyes “orgánicas” que requieren para su aprobación de un sistema de mayoría reforzada, tal vez buscando que se produzca el consenso entre las principales fuerzas políticas.
Nuestra reciente experiencia demuestra que desde el gran pacto por la convivencia que se adopta como inicio del establecimiento de nuestro actual sistema democrático, no ha habido, en la práctica ningún consenso entre las fuerzas políticas. Los que pudo haber fueron de mero compromiso. Aquí se niega la posibilidad de establecer un gobierno de consenso, de unidad. Aquí se pretende la aniquilación del contrario.
Desde que se inicia la alternancia en el gobierno de la nación nunca se han logrado acuerdos de gobierno entre los dos grandes partidos PP-PSOE, y si, por el contrario, el que obtuvo la mayoría pactó con las fuerzas nacionalistas (vascos y catalanes) circunstancias que ha costado jirones de independencia y de libertad y exigido constantes cesiones que dichos nacionalismos ha enarbolado como victorias parciales en su lucha muy alejada del engrandecimiento de España.
Baste recordar algún hecho:
- a) Nunca hubo consenso para la lucha contra el terrorismo asesino de ETA en el País La ley contra el terrorismo propuesta de por Zapatero estando en la oposición contiene el lunar tan negro, de estar en negociaciones secretas con la banda asesina
- b) En toda Europa el Día contra el Terrorismo es el 11 D. En España no fue posible el acuerdo y se optó porque fuese la fecha del primer asesinado por ETA.
Al Ciudadano español solo le está encomendado votar cada cuatro años, y ahí está, es obvio entretenerse demasiado, el problema.
Cuando hice la pregunta del anterior artículo, me refería a que es preciso que durante ese período de cuatro años que hay entre las elecciones no nos quedemos en expresar nuestro desagrado de manera aislada y limitado a nuestros medios individuales, pues así solo tendremos la alternativa de dejar nuestro voto a favor de aquella fuerza política que representa para nosotros el mal menor. Porque abstenerse, por desgracia, es dar más ventaja a aquellas fuerzas políticas que están en contra de nuestras convicciones. El voto útil creo que lo llaman.
No puede olvidarse que cada día que pasa las libertades de opinión y las de expresión de los ciudadanos están siendo coartadas por aquellos grupos contrarios a nuestras convicciones, que imponen las suyas.
Y no solo eso, sino que el entorno que nos rodea nos amenaza con la descalificación social si no aceptamos sus postulados que día a día se nos imponen. Y ello es así porque para ese entorno, político y social, amar a España es cosa de fachas. Defender su indivisibilidad también. Querer mantener los principios y valores que nos enseñaron resulta algo arcaico, sexista, homófobo y racista. Es decir, debo ser un puro (vamos a caer en el error mecanográfico y no usar la t) fascista.
Conozco, porque lo he padecido, que el mantenimiento de una postura que haga ver no estamos dispuestos a aguantar lo que se nos quiere imponer, tiene dos límites, el cumplimiento de la ley –natural- y otro mucho más duro que es el cansancio y la desmoralización al ver que pese a la movilización pacífica del ciudadano, poco se termina consiguiendo. Por mi parte prefiero seguir y tragarme el cansancio, como quien me conoce sabe perfectamente. Y, aclaro, no estoy afiliado a ningún partido político ni cobro un solo céntimo que no proceda de mi trabajo.
Está claro que en España una vez acordado el marco constitucional, no hubo ni un minuto de consenso entre las fuerzas políticas. La izquierda se dedicó y se dedica a desmontar todo aquello que le apartaba de su idea: “Se ha debido acordar todo como si se reiniciase el período posterior a las elecciones de febrero de 1936”
Ahora estamos viviendo situaciones muy irritantes para quienes amamos a España. Y, por eso, estoy incómodo. No es solamente hoy. Nuestro panorama político es un horror. Exponerlo con el mínimo detalle llevaría a cualquiera de nosotros a rellenar unos volúmenes de cierto grosor.
En resumen, o nos plegamos al modo de encauzar la vida que se nos impone o dirán que usted y yo somos unos marginales. Y ese mismo panorama veo cuando miro a la Europa, la civilizada, la desarrollada económica y socialmente, aprecio que se dan los mismos condicionantes. Nos han puesto contra las cuerdas.
Por eso, permítaseme que repita la pregunta “¿a qué estamos esperando?, ¿por qué hay que aguantar a esos individuos que no nos representan?, ¿por miedo al qué dirán?
Necesito un banderín de enganche ¡ya!, dentro de la ley, para defender mis principios y mis valores, sin que por ello se margine a nadie, pero mis derechos deben ser defendidos y respetados. Y si no existe ningún partido que los acoja apoyaré su creación. Todo menos seguir esperando.
Ese nuevo camino puede ser largo, por eso cuanto antes cada uno de nosotros se lo plantee, antes alcanzará su meta, lo que viene a decir algo así como, “no dejemos pasar muchas más elecciones por si al final ya destrozaron la posibilidad de convivir en nuestra España unida”.
EMILIO HERNANDEZ GUZMAN (Abogado)
Blog: generaldavila.com
29 agosto 2017
Reblogueó esto en Contra la ley "antitabaco".
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D. Emilio, he leído con atención su artículo, por el cual le felicito. En España y en muchos otros sitios estamos asistiendo desde hace décadas a un conjunto de procesos revolucionarios basados en el populismo, la subversión de la razón, el odio a la fe y el ascenso al poder de cualquiera (holocracia). En España nos ha cogido completamente desarmados moralmente. La Transición tiene una parte de culpa, la Constitución otra parte, y los partidos políticos y sus dirigentes en el poder la mayor de todas. Cuando usted habla de la nula posibilidad de consenso entre los dos grandes partidos, tiene toda la razón. El problema radica en que esas luchas de poder afectan a las instituciones y deterioran los poderes del Estado, con menoscabo de la Nación Española a la que se deben y sirven. Esto nos duele a los que amamos a España, a la que queremos no de forma meramente sentimental, sino como el alto bien jurídico que es, pues nos garantiza la paz entre españoles, el progreso, la solidaridad, la libertad y la igualdad ante la Ley. Nuestro respetado General Dávila decía hace algún día que la democracia española es mayor de edad y no está tutelada por las Fuerzas Armadas, y es cierto. Pero sí está tutelada, y lo está por el Poder de Poderes, que es el Judicial. El cual, por esta misma razón, debería ser absolutamente independiente; pero he aquí que no lo es. En el día de ayer hice una pregunta con la esperanza de que alguien pudiera aportar una respuesta. No era, pues, una pregunta retórica. La función constitucional de las Fuerzas Armadas es conocida y se detalla en el artículo 8 de la Constitución Española. Pero estas no son autónomas para actuar, y necesitan ser mandadas por el poder político. Entonces, ante el caso hipotético de quedar el poder político incurso en ilegitimidad por dejación de sus funciones, ¿cómo podrían las Fuerzas Armadas dar cumplimiento a su deber? ¿Decaería éste? Pienso que no, pues la Ley es lo único permanente y lo que a todos obliga. Este escenario es bastante probable a día de hoy. Ayer el PSOE dio la de cal, pero hay en marcha un misterio de iniquidad política en forma de moción de censura tipo todos contra Mariano y el PP, que se llevaría puesto a éste y de paso la Soberanía Nacional del pueblo Español, así por la bravas, en contra de lo único permanente, que es la Ley. No voy a repetir la pregunta (que ahora sí no es retórica), pero sigo esperando una respuesta, la que agradeceré de todo corazón a quien pueda dármela. Y que nadie piense que hay ninguna doblez o mala intención en este comentario. Un saludo a todos y un fuerte:
¡Viva España!
¡Viva el Rey!
¡Vivan las Fuerzas Armadas!
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Pues sigue empeñado en lo que hartos estamos de explicar. No volveré a repetirlo. Este es el punto final.
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D. Emilio, (o a quien corresponda), les pido acojan esto como una critica constructiva, pero no se, si debido al centrado del ordenador al redactar su escrito, o a otra forma de expresión escrita intencionada, me he tenido que releer su escrito al menos tres veces para poder entenderlo.
Por lo que le pediría en lo sucesivo tenga mas en cuenta este comentario que le hago, sin animo alguno, (créame), de reproche.
Por otro lado, y estando totalmente de acuerdo con lo dicho por Ud. aquí, resalto lo de la solicitud de un banderín de enganche, al que numerosos de Españoles, estaríamos dispuestos a alistarnos, sin interés de lucro alguno y con aportaciones físicas y/o económicas si fuera preciso.
Un saludo
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Muchas gracias, Doña Josefa y también «Laverdad» les agradezco su intervención pues «amparan» la soledad del autor.
Si no queremos perder un ápice de respeto es fundamental que nuestros postulados este «amparados » por las leyes. De eso trato en cada una de las palabras que escribo.
España necesita de personas que sepan coordinar. Hay millones de ciudadanos que están muy cerca, incluso coinciden, con nuestra manera de pensar.
Nos falta lo que he llamado «banderín de enganche», es decir el líder coordinador, o a falta de postulado para dirigir al grupo, por lo menos cohesionarlo.
Sentirnos respetados e incluso respaldados en nuestros principios y valores. Y sobretodo acabar con esa casi obligación de votar con la nariz tapada.
España se lo merece y nos requiere para que defendamos, dentro de la ley, su unidad.
Reitero mi agradecimiento a los intervinientes y en especial, permítaseme, al General Dávila por dar luz verde a mis escritos.
Un cordial saludo para todos.
L
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Sr. Hernández Guzmán,
Permítame, de parte de quien también fue letrado en España.
´Rule of Law` es un principio jurídico universal que todo Estado soberano entiende hoy en el siglo XXI. España, tal vez, nunca lo haya sido con la Constitución de 1978 como ley fundamental. Y ahora, frente a la desesperación de los desheredados de siglos, los partidos políticos que Usted acertadamente menciona solo conspiran para recocinar un nuevo Pacto de San Sebastián, también en agosto, de 1930, y que obviamente no llevará a España una III república presidencialista sino a un protectorado internacional, por intereses de terceros países en su obvia y plausible, pero vergonzosa para un patria rendida, razón de verdadero Estado (Raison d’Etat).
Fdo. Francisco de Javier
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Sr. Lecroix le agradezco su reproducción en otro blog de mi escrito.
Don Francisco García Oliver, tiene usted toda la razón, y acepto de buen agrado su acertada objeción. Créame que el primer sorprendido he sido yo. Algo he debido hacer mal. Ruego disculpas.
También me agrada ver que coincide respecto al «banderín de enganche», espero que podamos ir logrando la unidad de tantos como pensamos de forma muy parecida.
Y a Don Francisco de Javier deseo darle las gracias por su respuesta a mis líneas.
Creo que es muy importante poder ir logrando una lógica coordinación.
Repito, mi sincero agradecimiento.
Saludos cordiales.
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Muchas gracias a usted por el escrito, tan bien hilado como oportuno.
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Hay que buscar apoyo y despertar a los soñolientos. todos los medios son buenos, particulares, colectivos
Hay tiempo y no dudemos en amenazar en lo que más les duele si fuera el voto
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Emilio, perdón por los fallos de publicación. El no haberte comunicado el formato necesario y un fallo en la programación han sido los culpables. Te ruego me disculpes y ya está corregido. Gracias General Dávila
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Por favor, mi General, no tiene porqué disculparse.
Yo le estoy muy agradecido por permitir que pueda expresar mi opinión.
Un muy cordial saludo y feliz descanso
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Gracias don Emilio y un abrazo
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Antes de nada, presentarme. Mi nombre es Carlos Letamendia Pado. Hijo de militar, nieto de militar, bisnieto, sobrino…. y, militar. Soy Guatdia Civil, jubilado por perdida de aptitudes psico-fisicas. Desde hace unos meses, y esto no se si contestará su petición, he seguido con detenimiento a la formación politica VOX. En mi afán por continuar sirviendo a mi Patria desde dentro o fuera de la milicia, ayer, día 1 de septiembre, me afilié a dicha formación. No sé si será la elección correcta, espero que si, pero ante todo ha sido mi elección por el profundo amor que siente esa formación por España y sus valores. Por eso ingresé en la milicia y por eso me afilié a VOX ESPAÑA. Sin otro particular que el de servir siempre a España, se despide atentamente el arriba firmante. ¡¡VIVA ESPAÑA!!
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