AQUEL ABRIL REPUBLICANO (III). PRIMEROS PASOS DE LA REPÚBLICA. Del Libro. Guerra civil en el norte. General Dávila (R.)

PRIMEROS PASOS DE LA II REPÚBLICA

La República nace con un problema de ilegalidad que con el tiempo se convierte en otro de legitimidad y ante eso no hubo, no hay, no habrá, argumentos. De la chistera de aquellos magos de las urnas, con los polvos del Pacto de San Sebastián, llega la República; o lo que aquello fuese.

Un Gobierno provisional, un Estatuto provisional. Todo es provisional, a base de provisionales Decretos. Sigue mandando el Comité

Revolucionario, aunque se denomine Gobierno Provisional.

Designaron Presidente a D. Niceto Alcalá Zamora y este, a su vez, por ministros del Gobierno, a los miembros de aquel Comité, en esta forma:

Estado: Alejandro Lerroux García

Gobernación: Miguel Maura Gamazo

Guerra: Manuel Azaña Díaz

Fomento: Álvaro de Albornoz y Liminiana

Instrucción Pública: Marcelino Domingo Sanjuán

Marina: Santiago Casares Quiroga

Economía: Luis Nicolau d´Olwer

Justicia: Fernando de los Ríos Urruti

Hacienda: Indalecio Prieto Tuero

Trabajo: Francisco Largo Caballero

Dentro de las distintas tendencias políticas representaban:

Alcalá Zamora y Maura  a los conservadores; Lerroux, republicanos históricos; Albornoz y Domingo, al partido radical-socialista; Azaña al grupo de ateneístas Acción Republicana; Casares  a la incipiente

Organización Republicana Gallega Autonomista; Nicolau, a los

autonomistas separatistas catalanes; Prieto, de los Ríos y Largo Caballero, a matices del socialismo; Martínez Barrio, era Gran Maestre de la Masonería, de cuya organización eran miembros Lerroux, Albornoz, Domingo y de los Ríos, y posteriormente Azaña.

El programa de gobierno era sencillo. Nadie tenía que cumplir nada. Gritar viva la República era suficiente.

Entre ellos los soldados que dejaron de estar obligados a cumplir el juramento de servicio y obediencia al rey. Azaña, ministro de la Guerra, les libera a cambio de la promesa de servir a la República; eso sí, con fidelidad y con las armas si fuese necesario; o serán dados de baja.

Suena el himno de Riego. Hay que buscar los  símbolos. La República ya tiene su nueva bandera, inventada sobre la marcha, sin rigurosidad, ni historia. Remiendo de paño nuevo en vestido viejo.

El exteniente coronel de ingenieros Francisco Maciá proclama la República catalana com Estat integrant de la Federaciò Ibèrica. Companys y Lluhí al frente. El presidente de la República, se supone que española, viaja a Cataluña. En tres días la República Catalana se convierte en la Generalidad de Cataluña. Todos votan favorablemente al Estatuto el 2 de agosto.

Fue una negociación en falso. Aquel día, desde dentro empezó la división, el camino a la independencia. La semilla iría creciendo: «Los catalanes no pueden ser españoles porque han nacido en tierras de Cataluña» (Ventura Gassol en Ricardo de la Cierva. Historia de la Guerra Civil española, pág. 2). Tan infantiles como eficaces. No está de más recordar que en el Pacto contra la monarquía se reconocía la personalidad de Cataluña.

En el País Vasco va a iluminar el independentismo vasco el PNV de Antonio Aguirre y Lecube ¿o es la Iglesia vasca? Está en juego la unidad de España, siempre la diversión de los tahúres es repartir las cartas y luego romper la baraja, una ruleta rusa cuyo cañón apunta al corazón de España.

En Gobernación ondea ya la bandera republicana. Habla el nuevo presidente del Comité Revolucionario, ahora convertido en gobierno provisional de la República, don Niceto Alcalá Zamora: «El gobierno provisional de la República ha tomado el Poder sin tramitación y sin resistencia ni oposición protocolaria alguna…». Nos lo han regalado, le contestaba la calle.

¿Violencia?: no pasará un día si ella, sin miedo, sin dolor, sin persecución. No es esto, no es esto. Pero ya era tarde.

« ¡Cuádrese! Soy el ministro de la Guerra» (Memorias. Diego Martínez Barrio. Espejo de España, pág. 32). Era de noche y en la oscuridad de las bujías, entre las sombras, Azaña pone firmes al oficial de guardia del palacio de Buenavista, sede del ministerio de la Guerra. El general Ruiz Fornell le da posesión del cargo. Azaña acababa de cumplir un sueño infantil. A esas horas el niño don Manuel sueña con su juguete: ¡Soldados! Pronto abrirá la cajita y sacará a sus soldados de plomo para organizar su peculiar ejército.

Todo se radicaliza. Aflora el «no sabe usted con quien está hablando; aquí mando yo».

«Para los republicanos de izquierda, también llamados la izquierda burguesa, la nueva República tenía menos que ver con un proceso democrático que hubiera que respetar escrupulosamente que con un proyecto de reforma radical que en, algunas ocasiones, Manuel Azaña y otros líderes calificaban de revolución. Para ellos la República no era tanto un sistema político como un determinado programa de reformas culturales e institucionales para el cual era indispensable eliminar permanentemente a los católicos y a los conservadores de cualquier participación en el Gobierno» (Stanley G. Payne. El camino al 18 de julio. Espasa. 2016).

Empieza el juego militar. Queipo de Llano es nombrado capitán general de Madrid, López Ochoa de Cataluña, Riquelme de Valencia y Cabanellas de Andalucía.

El juego tiene nombre, pero le faltan los apellidos: los Decretos de Azaña, ministro de la Guerra. Nada de juramentos a la bandera: fidelidad a la República o a casa, con paga, pero a casa. El Ejército se reduce de dieciséis Divisiones a ocho, sin orden ni concierto ya que nunca se hizo previsión del número de oficiales necesarios para cubrir los puestos, a pesar de la disminución drástica de unidades, sin limitar el pase a la reserva. Más de ocho mil oficiales dejaron la actividad militar. En principio pasaron a la reserva 140 generales, 8.500 jefes, oficiales y asimilados, 3.200 clases de tropa. Sus plazas quedaban amortizadas. ¿Descontento en el Ejército? Sin duda, pero por razones diferentes a las legales: confusión, precipitación en las reformas más demostrativas del «aquí mando yo» del ministro de la guerra que de un estudio profundo y una ejecución escalonada.

Se suprime el empleo de capitán general por el tono autoritario del término; mejor División Orgánica, y se fija como empleo máximo el de general de división. Se empieza por una orden sencilla: ¡Firmes! ¡Cuádrese!; después se organizan batallones, divisiones y guerras, desde los despachos, sin mirar al frente, sin ver las consecuencias.

Se cierra la Academia General Militar de Zaragoza, creada para, además de fomentar el espíritu de unidad, compañerismo y fraternidad, formar a los oficiales con un mayor conocimiento y coordinación entre las distintas Armas del Ejército, algo crucial en la guerra. Azaña, su República de reformas, de decretos, no admitía ese sentido de unidad en el Ejército que siempre le pareció peligroso. Quiso un Ejército Republicano, pero nunca pensó que lo primero que un Ejército necesita es una explicación; que nunca fue dada.

Se discute la bondad de la reforma de Azaña. No hubo tal. No hubo nada. Purga sí. ¿Buena voluntad?, puede, pero no se pudo demostrar. ¿Era necesaria una reforma militar? Siempre lo fue, siempre lo es. En aquellos momentos también, pero sin dar la imagen de venganza, de resentimiento, de lanzar a unos contra otros. No era la reforma más urgente, los ejércitos eran necesarios y eso significaba tener cerca a los militares, que por cierto no se oponían a la República como demuestra el golpe de Sanjurjo, y el alzamiento que se produjo al grito de viva la República, siempre seguido del viva España. Con un poco más de mano izquierda las cosas habrían sido de otra manera. Azaña lo supo después y se arrepintió, pero su mentalidad infantil, su afición a las formaciones de soldaditos, acabó con él. Para más inri jugó también a ser más papista que el Papa y pasó a ser monaguillo de la España católica, aunque fuese por costumbres, tradiciones ancestrales. Hubo más militares que se pasaron a la reserva por el ataque a la Iglesia que por las reformas militares. Una auténtica persecución religiosa.

Se cometió el mismo error que Pavón achaca a Napoleón en España: el error nacional, el monárquico y el religioso. Los españoles después de tantos años de sacrificio son antes que otra cosa españoles. Se dan cuenta de ello cuando alguien intenta que dejen de serlo. Son monárquicos por costumbre, y porque no se dejan mandar por cualquiera. Lo de la religión es, además de costumbre, por lo que han luchado y muerto sus antepasados: la fe Católica.  Cómo para perderla por una imposición extranjera.

Azaña calculó mal. A la postre entre los retirados y apartados, generales o no, se generó el alzamiento.

MAYO 1931

Ha llegado el mes de mayo. «Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano» (Azaña) (La España del siglo XX. M.Tuñón de Lara). Los propósitos de revolución de sector importante del nuevo régimen se hicieron patentes en los sucesos revolucionarios de los días 11 al 13 de mayo de 1931 en diversas poblaciones como Madrid, Málaga, Sevilla, Cádiz, Jerez de la Frontera, Algeciras, Valencia, Alicante, Murcia… en las que por multitudes, que no quiso controlar la policía, procedieron a incendiar templos, conventos, quemar las imágenes, bibliotecas, laboratorios…, sin que los bomberos pudieran actuar para aminorar los daños y sin que las fuerzas de Ejército intervinieran.

En este mes de mayo republicano Juan Ignacio Luca de Tena, director de ABC, se reúne con Alfonso XIII en Londres. La entrevista se publica el día 5.

— ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin vernos! El primer español que llega aquí para verme eres tú. Te lo agradezco mucho.

Verdaderamente era mucho: nadie se acordaba ya de Alfonso XIII, nadie en España, y solo habían pasado 15 días.

—No quiero que los monárquicos exciten en mi nombre a la rebelión militar […]. La monarquía acabó en España por el sufragio, y si alguna vez vuelve ha de ser asimismo por la voluntad de los ciudadanos.

Ese día el Rey autoriza al marqués de Luca de Tena a que se organice una corriente de opinión monárquica en España. Pone condiciones: «Que actúe públicamente y sin crear dificultades al Gobierno español, e incluso estar con él para todo lo que sea defensa del orden y de la integridad de la Patria». Está claro que el Rey no sabe lo que ocurre en España.

Lo va a saber en muy poco tiempo. Va a empezar a darse cuenta cuando llegue el mes de noviembre: «Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los Poderes de su Magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico del país; en su consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón Habsburgo-Lorena; privado de la paz pública, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional. Don Alfonso de Borbón será degradado de todas las dignidades, honores y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de su representación legal para votar las nuevas normas del Estado, le declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás, ni para él, ni para sus sucesores. De todos los bienes, acciones y derechos de su propiedad que se encuentren en territorio nacional, se incautará en su beneficio el Estado, que dispondrá del uso más conveniente que deba darles. Esta sentencia, que aprueban las Cortes Soberanas Constituyentes, después de sancionada por el Gobierno Provisional de la República, será impresa y fijada en todos los Ayuntamientos de España y comunicada a los representantes diplomáticos de todos los países, así como a la Sociedad de Naciones».

Firmaba la sentencia, como presidente del Gobierno de la República de España, Manuel Azaña el día 26 de noviembre de 1921.

El Decreto se había aprobado en las Cortes con nocturnidad: a las tres cincuenta y cinco minutos de la madrugada del 20 de noviembre de 1931.

Esa era la respuesta de los que hay que apoyar, según palabras del Rey. Alta traición. Una declaración de rencor — ¿odio?— sin precedentes. Peor que la guillotina. Insoportable. El Rey de España se convierte en un peligroso delincuente.

Los gritos de la calle se transforman en hechos. Las tierras hay que repartirlas, la Iglesia, iglesias llenas hace un mes, ahora hay que clausurarlas, los militares fuera, fuera el Ejército. Mantequilla por cañones y el odio como proyectil.

El Gobierno provisional, en un medido e interesado proyecto, convoca elecciones constituyentes. Los partidos se preparan.

Los monárquicos, autorizados por el rey, al que para otras cosas han olvidado, inauguran el domingo 10 de mayo la sede de su partido en la calle Alcalá nº 67.

Se oye en la calle la Marcha Real que alguno de los reunidos hace sonar intencionadamente. También vivas al Rey desde el balcón. Las pedradas iníciales dirigidas a la sede monárquica acaban en disparos. El centro monárquico es asaltado por la muchedumbre a la vez que arden los vehículos aparcados en sus inmediaciones. Luego se dirigen a la sede del ABC que no llegó a ser asaltada porque el ministro de Gobernación, Miguel Maura, ordenó a la Guardia Civil proteger el edificio. Hubo disparos y algunos manifestantes cayeron heridos. Murió el portero de una casa cercana y un niño de trece años.

El ABC había sido sentenciado desde el anuncio de la entrevista de su director con Alfonso XIII y la consecuente apertura de la sede del Partido Monárquico. A la República se le escapaban las riendas del caballo desbocado.

La calle va a ser utilizada como la principal urna. La C.N.T y los comunistas quieren dirigir las masas, la U.G.T. y el Partido Socialista también. Todo menos sacar un tricornio a la calle contra el pueblo.

Desde una de las ventanas del ministerio de Gobernación habla Azaña: «Se hará justicia». Demagogia que gentilmente cede a un joven ateneísta que aclama: «Se castigará a los monárquicos y se suprimirá la Guardia Civil».

El día 11(mayo) sigue el ambiente de crispación. Se sabe que la quema de conventos está preparada para ese día. El capitán Arturo Menéndez, ayudante de Azaña, se lo había comunicado al ministro de la Gobernación. Estaba confeccionada y repartida la lista de conventos que había que quemar. La dirigían los mismos jóvenes del Ateneo que el día anterior desde Gobernación habían pedido la disolución de la Guardia Civil. (Así cayó AlfonsoXIII… Miguel Maura. Ediciones Ariel).

El Gobierno está reunido ese día en Presidencia. Son las nueve de la mañana y llega el aviso: ¡Está ardiendo la Residencia de los jesuitas de la calle de la Flor! «Son Fogatas de viruta», bromea Alcalá Zamora. «Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano», apostilla Azaña.

La calle festejaba la libertad y la justicia que dicen que trae la República. Con hogueras. La quema de conventos: el Sagrado Corazón en Chamartín, las Bernardas en Vallecas, Santa Teresa de los Carmelitas Descalzos…, todo lo previsto según la lista que se había redactado; más todo lo que se les ponía a tiro.

Pasadas las tres de la tarde el Consejo de Ministros decide declarar en Madrid el estado de guerra. Ni un tricornio a la calle contra el pueblo. Se pasa de no hacer nada a todo: que salgan los militares. Azaña toma el mando de sus soldaditos.

Madrid, Málaga, Sevilla, Cádiz, Jerez de la Frontera, Algeciras, Valencia, Alicante, Murcia…, arden como «fogatas de viruta».

En Valladolid también pretendieron incendiar el convento de los Padres jesuitas, los templos y colegios religiosos; desde Madrid llegan núcleos de personas para encabezar la acción revolucionaria.

«Habría que preguntarse desde cuándo empieza a deslizarse en la mente de los españoles la idea de la radical discordia que condujo a la guerra. Y entiendo por discordia no la discrepancia, ni el enfrentamiento, ni siquiera la lucha, sino la voluntad de no convivir, la consideración del “otro” como inaceptable, intolerable, insoportable. Creo que el primer germen surgió con el lamentable episodio de la quema de conventos el 11 de mayo de 1931, cuando la República no había cumplido aún un mes» (Julián Marías. La Guerra Civil. ¿Cómo pudo ocurrir?); y añade unos párrafos más tarde: «Cuanto peor, mejor, que fue la consigna que se acuñó por entonces y que valdría la pena datar con precisión». Julián Marías habla de frivolidad y de la irresponsabilidad máxima del Partido Socialista en octubre de 1934, aprovechada por los catalanistas, que llevó a la destrucción de una democracia eficaz y del concepto mismo de la autonomía regional.

Y es que siempre hay alguien que aprovecha el fuego de la colilla que se tira al suelo encendida.

El Norte de Castilla anunciaba al día siguiente: No pasa nada en Valladolid.

La capitanía general de Valladolid había dado orden de proteger los edificios y cumplir a rajatabla las ordenanzas para evitar cualquier desorden. El jefe de Estado Mayor de la Capitanía era el general Dávila.

Azaña sabía del general a raíz del Informe Picasso y quiere contar con él. Un hombre sensato y eficaz, sin alharacas a la hora de afrontar difíciles situaciones como lo prueba su actuación en África antes del desastre de Annual, que él vaticinó como jefe de la Sección de Campaña del Estado Mayor del general Silvestre. En el deseo de Azaña puede que influyese el consejo  del comandante Leopoldo Menéndez López (primo del general Dávila), uno de los militares, junto a Hernández Sarabia, de su confianza que conocía muy de cerca al general Dávila. Azaña nombraría a Menéndez más tarde subsecretario de Guerra con Hernández Sarabia de ministro. No podía contar con muchos colaboradores dentro de aquel Ejército desconfiado, pleno de retirados y expectantes ante el desorden y la ausencia de autoridad.

El domingo 24 de mayo de 1931 el general Fidel Dávila Arrondo estaba en su despacho de la Capitanía General de Valladolid. Dos capitanes de su Estado Mayor piden permiso para entrar.

—Enhorabuena mi general.

Dávila levanta la cabeza extrañado. ¿Un domingo de enhorabuena?

—A mí, ¿por qué?

—Mi general acaban de llamar del ministerio de la Guerra que don Manuel Azaña le llamará mañana porque le designa Subsecretario.

Al poco tiempo desde Madrid, por encargo de Azaña, llama el comandante Leopoldo Menéndez López repitiéndole lo que acababa Dávila de conocer por sus capitanes del Estado Mayor. Al poco tiempo entró su hermano Víctor Dávila, comandante de Infantería, al que habían enviado para convencerle de que aceptase el cargo.

Ya en su casa le comenta a su esposa:

—Teresa, Azaña me designa Subsecretario del ministerio de la Guerra. Me lo acaban de comunicar.

— ¿Y qué vas a hacer?

—Acabo de formalizar la solicitud de retiro y mañana la cursaré.

—Pero, ¿lo has pensado bien?

—Sí, yo no puedo servir a…

La resolución de Azaña fue muy rápida y en la primera lista apareció retirado, por Decreto del día 28, con tres tenientes generales, ocho generales de División y 42 generales de Brigada (Diario Oficial  del domingo 31 mayo 1931).

El pensamiento militar está revuelto. Sensibilidades a flor de piel ante los desórdenes, la violencia, la deriva que toma la República.

En junio se celebran elecciones generales para elegir las Cortes Constituyentes.

Se inauguran solemnemente. Bandera tricolor e himno de Riego. Ya no hay Rey. ¡Viva la República!… ¿O la revolución?

En el discurso de apertura luce la pomposidad dialéctica de Niceto Alcalá Zamora: « ¡Ah! El sabio extranjero que quiera definir la política española por diccionario tendrá ya que innovar la llamada que decía: “Pronunciamiento: voz anticuada, despectiva, militar y española, sin traducción posible”, y tendrá que decir: Pronunciamiento: voz moderna, civil, popular, de comicio legal, republicana, típica de España, sin traducción posible».

Del proyecto constitucional se pasó a la discusión del articulado. El problema de siempre. La República Federal.

Ortega y Gasset dejó claro los términos del problema, pero ya era tarde: «Un Estado federal es un conjunto de pueblos que caminan hacia su unidad. Un Estado unitario que se federaliza es un organismo de pueblos que retrograda y camina hacia su dispersión». Expuso las diferencias entre soberanía y autonomía: «Es la soberanía la facultad en su raíz, preestatal y prejurídica de las decisiones últimas o primeras, según el orden en que queráis contar: es, pues, el fundamento de todo poder, de toda ley, de todo derecho, de todo orden. Y la autonomía, en cambio, un principio político que supone ya un Estado sobre cuya soberanía indivisa no se discute porque no es cuestión» (Del libro Memorias de Diego Martínez Barrio).

En aquel momento constitucional se vislumbró que la discusión de los artículos referentes al problema religioso iba a ser el plato fuerte y espinoso de aquellas Cortes constituyentes. Lo resume Azaña: «España ha dejado de ser católica». Era el religioso, la Iglesia Católica, una obsesión de aquellos republicanos que, encabezados por el infantil sueño napoleónico de Azaña, cometían los mismos errores del Emperador francés en España: Entre ellos quizá el que más sensibilidades despertaba: el católico.

Se redactaba, más que con sentido común y pensando en la mayoría del sentir de la población española, con revancha y al dictado de los gritos de la calle que no eran todos los españoles, aunque sí los más ruidosos. Un elevado número de ciudadanos se refugió en su casa a la espera del desarrollo de los acontecimientos sin movilizarse en ningún sentido. El resultado no se hizo esperar.

Las discusiones fueron bruscas y pintorescas. Desde oír decir que todo el nudo religioso era: ¿Qué soy, de dónde vengo y adónde voy?, hasta la cita a la que recurre el presidente de las Cortes, con profética referencia, don Julián Besteiro: «Ya dijo el Kempis que la tarde alegre trae la triste mañana».

Al fin vía libre: El Estado español no tiene religión oficial (artículo 3 de la Constitución 1931).

Pero no era este el artículo de la controversia. Una Iglesia perseguida es la consecuencia que se extraía del artículo 26 y que provocó las dimisiones y enfrentamientos. De acuerdo con ese artículo todas las confesiones religiosas eran consideradas como asociaciones sometidas a una ley especial. Se prohibían las ayudas económicas oficiales. Se disolvía la Compañía de Jesús por su voto de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado, siendo sus bienes nacionalizados. El resto de órdenes religiosas se someterían a una legislación especial y se disolverían las que fuesen un peligro para la seguridad del Estado, prohibición de la enseñanza y toda una serie de medidas que las dejaba sin poder ejercer su labor tradicional. Era el camino a su desaparición.

Aprobado el artículo 26 con él llegó la crisis. ¿Deseada por Azaña? Niceto Alcalá Zamora, presidente del Gobierno provisional, dimite y con él Miguel Maura, ministro de la Gobernación.

No era difícil adivinar quién sería su sucesor: Azaña.

La crisis no estaba cerrada, solo daba comienzo perseguida por tres icebergs: la forma de Estado, los regionalismos, hacia la independencia, catalán y vasco, y sobre todo y, entonces por encima de todos, la Iglesia Católica.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

13 abril 2023

Blog: generaldavila.com

8 pensamientos en “AQUEL ABRIL REPUBLICANO (III). PRIMEROS PASOS DE LA REPÚBLICA. Del Libro. Guerra civil en el norte. General Dávila (R.)

  1. Mi respetado y muy querido GENERAL,
    MAGNIFICA LECCIÓN DE SU SABIO Y PRUDENTE ABUELO Y MILITARES DE LOS PIES A LA CABEZA QUE SE NEGABAN A SERVIR A UN ESTADO INSOPORTABLE TELEDIRIGIDO POR MASONES QUE DESTRUIAN LA UNIDAD ESPAÑOLA, QUEMABAN LOS TEMPLOS Y TRAICIONABAN LOS VALORES PATRIOS POR LOS CUATRO COSTADOS.
    Muy poco que añadir a LAN MAGISTRAL EXPOSICIÖN DE LA REALIDAD HISTORICA PASO A PASO CON ARGUMENTACIÓN PRECISA Y VIVIDA TAN DE CERCA.
    Dentro de tal «maremagnum» Un valiente Cap. NAVAS de INGENIEROS, iba creando una incipiente pero SOLIDA Y OPORTUNA PREVIA QUINTA COLUMNA . No llegaba con la fuerza del Cor. UNGRÍA pero tenían la información relevante para paliar, si es que podían los desmanes tan horribles. (La hoja que repartían y la conexión MINIST.GUERRA con GOBERN.
    La situación era difícil y se la jugaron muchos.
    ¡GRACIAS! . LUCA DE TENA fue uno de los VALIENTES, como su HEROICO ABUELO.
    Abrazos a todos y a la orden
    Su ABUELO , al igual que V.E, era conocedor del GRAN ALEJANDRO :» Preferiría vivir una vida corta y llena de GLORIA, que una larga sumida en la oscuridad».
    A la orden de V.E
    VIVAN LOS HEROES RELIGIOSOS QUE VIVIERON DIAS TAN VIOLENTOS
    VIVA EL REY
    VIVA TIERRA LA ARMADA EL EJERCITO DEL AIRE Y G.CIVIL
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

    Le gusta a 4 personas

  2. Un historiador (oficial del Ejército para más señas) tiene escrito por ahí que ese gran reformista (militar) que fue Azaña se había redimido en metálico de su servicio militar años atrás

    Le gusta a 3 personas

  3. Muy buen artículo. El libro citado de Payne es muy ilustrativo. Imagino que el General Dávila citado es familiar suyo. ¿Habrá algún artículo donde se cuente su trayectoria vital?

    Un saludo, enhorabuena y muchas gracias por su labor.

    Le gusta a 3 personas

  4. Mi respetado y muy querido GENERAL,
    Miré a las seis de la mañana y fui observando hasta las ocho que iba a Majadahonda. Acabo de regresar y como hace 24 años que fallecía mi padre y dependía directamente del Capitán Navas (se la jugó muchas veces, antes y durante y fuera de España).
    Otros jugaran a ensalzar la nefasta segunda república. Quien subscribe solamente recordar algunas situaciones difíciles de olvidar.
    En 1930 muere en PARIS D. MIGUEL PRIMO DE RIVERA Y ORBANEJA, hermano del LAUREADO DE CABALLERIA DEL ALCANTARA (INDIVIDUAL Y COLECTIVA) Y PADRE DEL MEJOR EDUCADOR DE JUVENTUD UNIVERSAL, A QUIEN EL PADRE AGUSTINO LLAMÓ «LA FLOR DE LA GALLARDIA» EN SU BARQUILLA ROTA.
    ¿Fue de manera natural o el infernal veneno andaba suelto?
    A JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA, se le CONDENA A MUERTE por Conspiración y rebeldía contra El Gobierno de la IIª República . Sería fusilado en la cárcel Modelo de Alicante el 20.XI.1936.
    J.A, había entrado en política por «UNA SAGRADA MEMORIA» (Por su padre).
    En el triunvirato fue elegido entre : Ruiz de Alda y Ramiro Ledesma.
    Primero Jefe de UNIÓN MONARQUICA NACIONAL , después de FALANGE ESPAÑOLA (F.E) y finalmente de FALANGE ESPAÑOLA DE LAS JUNTAS OFENSIVAS NACIONAL SINDICALISTAS (F.E Y J.O.N.S).
    Alguien dijo que J.A tenia un pensamiento PATRIO compuesto por tres honores inaccesibles : LA MISTICA, LA POESÍA Y LA MILICIA. Todos los REPUBLICANOS de antes y de ahora le tildaron de fascistas cuando ellos superaron en insuperables barbaridades al propio LUCIFER.
    He tenido la gran suerte de conocer y presumir de un GRAN HEROICO GENERAL padre de HEROICOS MILITARES: EL GENERAL DE ARTILLERÍA D.CARLOS BAREÑO ESCALANTE formó parte con SU HEROICA HERMANA DEYSI de LA QUINTA COLUMNA (El en REGULARES pero en las más arriesgadas y heroicas operativas), ella lo mismo pero en AUXILIO AZUL.).
    Comprendieron una y otro el SENTIDO PATRIO DE LA CARTA A LOS MILITARES , escrita en la cárcel de Alicante el 4.V.36 repartida como HOJA CLANDESTINA. Al igual que se hacia con NAVAS en EL PALACIO DE BUENAVISTA todos los días.
    En su carta JOSE ANTONIO la estructuró así:
    I ANTE LA INVASIÓN DE LOS BÁRBAROS
    ¿indiferencia de los militares por la política? Por la calle gritan : Viva Rusia y Muera ESPAÑA! . ¡Les recuerda algo de la Ley del Si es Si: Hijos , sí, Maridos No!
    II EL EJERCITO SALVAGUARDA DE LO PERMANENTE
    Hay en Rusia Militares que acabaron siendo delegados políticos. ¿pasará algo similar por la piel de toro?
    III.- UNA GRAN TAREA NACIONAL
    Os convoco a no despreciar ESTA OCASIÓN HISTORICA
    IV. HA SONADO LA HORA
    En las demás naciones el Estado no estaba en manos de traidores; en ESPAÑA SÏ.
    Finalmente concluía :
    Cuando hereden vuestros hijos los uniformes que ostentáis, heredaran con ellos:
    O la vergüenza de decir : «Cuando vuestro padre vestía este uniforme dejó de existir lo que fue ESPAÑA.
    O el orgullo de recordar : «ESPAÑA no se nos hundió porque mi padre y sus hermanos de armas la salvaron en el momento decisivo». Si así lo hacéis, como dice la formula antigua del juramento QUE DIOS OS LO PREMIE, y si no que os lo demande. ¡ARRIBA ESPAÑA!»
    ¡GRACIAS MI GENERAL!
    Abrazos y a la orden de todos.
    VIVA EL REY
    VIVAN REGULARES Y LA LEGIÓN
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

    Le gusta a 2 personas

  5. Mi General: Después de leer, su lección de hoy, en el fondo me indigno de la situación actual en la que nos encontramos.
    ESPAÑOLES, reaccionar, no lo dejéis para mañana, hacerlo hoy. Nunca dejemos que se repita la “guerra civil “.
    Si no reaccionamos, seríamos unos “COBARDES “. 🇪🇸🇪🇸🇪🇸
    ¡¡¡ TODO POR LA PATRIA !!!

    Le gusta a 1 persona

  6. A las órdenes de V. E., mi General.

    En muchísimos aspectos, en los más importantes, esta historia comenzó a repetirse hace ya más tiempo del prudente, y lo que no se entiende es cómo, quien tiene la obligación legal y moral de hacerlo, no interviene de oficio para recuperar la legalidad y la convivencia en paz.

    Quizás haya más culpables por omisión que por acción, que a fin de cuentas estos últimos son más fáciles de identificar y acotar, aunque sólo sea por el ruido que hacen.

    Es descorazonador el panorama y la ausencia absoluta de unidad de acción de quienes estamos siendo agredidos moralmente todos los días.

    ¡¡¡Viva España!!!

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s