Es tal el estado de enfrentamiento, de rencor, de incultura, que se vive entre españoles que da lo mismo que se rompa España, que se declare independiente Cataluña, que los etarras sean los vencedores, que nos suban los impuestos o que entren a patadas en tu domicilio. Todos parecemos contentos de los abusos, mentiras e incumplimientos ¿Las razones? ¿Viscerales? Desde luego transmitidas, dirigidas, educadas y no casuales.
El enfrentamiento que existe no es residual, fruto de la historia reciente, sino actual, alimentado día a día desde las universidades, escuelas, familias, también desde las instituciones unas veces perdidas en la infamia, otras en el desconocimiento, las más en la soberbia y el desprecio a los demás. Todo alimentado en su mayoría por los que hunden sus raíces en una historia que nunca les fue bien y que quieren reinventar y grabar en el ADN.
Se respira en España una mezcla de temor, asombro, y sobre todo indiferencia. Hasta que esto no reviente y termine un día cualquiera; puede que termine mal.
La negociación, el diálogo, abre definitivamente el camino a la independencia. Negociar lo innegociable y dialogar la comisión de un delito mayor que asaltar el Banco de España o robar Las Hilanderas del Prado. España no se merece esto, pero este presidente, mocionador, pasará a la historia trágica de lo que de España quede.
Hoy a algunos les ha sorprendido una noticia, una más, que nos pone en la pista de lo que se cuece entre bastidores. Los más avispados se han dado cuenta y han alertado, como no podía ser de otra manera, porque hablar en Cataluña de armas en estos momentos es al menos sospechoso. Como el que no quiere la cosa, de repente, como casi todo, nos encontramos con una pregunta en sede parlamentaria que le hace al ministro del interior un diputado del PDECat (los que les permiten gobernar): ¿Cuál es la razón por la que no se permite comprar armas largas a la Generalidad para dotar a los mozos de escuadra? Por el tono más que una pregunta parecía recordarle al ministro que es un deber que tienen, ya saben, a cambio… El ministro, que no sabe nada, o demasiado, según se mire, contestó que lo estudiaría. La pregunta no es casual sino hecha con toda intención.
La situación de rebeldía, rebelión contra el Estado, que se vive en Cataluña hace sospechar de cualquier petición que en este sentido se haga. Suponemos que el asunto estará en manos del CNI, es decir en manos de la ministra de Defensa.
No es necesario que les explique la diferencia entre un arma corta y una larga. Es algo, como todos ustedes entienden, que va más allá de la longitud de su cañón.
LA GENERALIDAD COMPRA ARMAS
Dos días después del referéndum del 1-0 el diario ABC publicó la compra de armamento de guerra que la Generalitat quería hacer y que no fue autorizado por el ministerio de Defensa.
Conviene repasar la lista que daba el periódico; parece más bien para dotar a un embrión de ejército: 300 subfusiles calibre 9×19 mm, cinco millones de cartuchos, 400 fusiles 5´56×45 mm HK G36 (son los usados en el Ejército) con 400.000 cartuchos, así como 150 rifles de distintos modelos con su cartuchería. Todo un arsenal de guerra que el Departamento de Interior de la Generalidad nunca explicó para qué quería. Muchas cosas han pasado y están pasando; como para fiarte de nada ni de nadie. Basta recordar quienes, de la cadena de mando y dirección de los mozos, están acusados por el juez por los hechos del 1-0 y cuáles son los supuestos delitos de los que se les acusa.
Las sospechas aumentan cuando todos sabemos que el gobierno catalán disponía antes del referéndum de informes en los que planteaba la posibilidad de que una Cataluña independiente contara con un ejército de entre 18.000 y 22.000 efectivos según se desprende de la información que la Guardia Civil puso en manos de la justicia.
Las exigencias que los indecentes acuerdos le han impuesto al mocionador presidente del Gobierno nos descubren la situación de grave riesgo en la que nos encontramos. Nadie responde.
Mientras discutimos que si armas largas o cortas, el independentista gobierno de Cataluña, se ha asegurado el arma nuclear, auténtica arma de destrucción masiva: el poder de radiotelevisión española RTVE. Después de las pruebas realizadas con TV3 ahora ya dispone del arsenal completo.
No hay mayor arma de destrucción que la televisión, conciencia y guía espiritual de tantos. Ahora, favor por favor se paga, la alfombra roja, nunca mejor dicho, recibe a Torra, independentista y malo donde los haya, para ofrecerle las llaves de las claves nucleares.
Solo le queda al Muy Honorable (pido rigurosas disculpas) señor Torra apretar el botón rojo. Muy, muy rojo. Se llevará por delante a todos, incluido al presidente mocionador e impulsor de su propia derrota.
Mientras nosotros nos entretenemos con los decorados y luces de colores, que sin son galgos o podencos, entre bambalinas se sientan los tahúres y se juegan el futuro de España. Ya la han partido y se la han repartido.
Armas cortas y armas largas, cuando el hongo nuclear nos asola.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
7 julio 2018