EN ESPAÑA, EL QUE RESISTE, GANA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

<<En La Arcadia de Lope de Vega se dicen estos versos:

¡Ay, dulce y cara España,
madrastra de tus hijos verdaderos,
y con piedad extraña
piadosa madre y huésped de extranjeros!

En España —y os lo digo, Alteza, porque sois joven y español— el que resiste, gana. Y también os lo digo, Alteza, porque habréis de lidiar durante vuestra vida, que para bien de todos os deseo larga y colmada de aciertos, con los tres embates que siempre se arrancan y siempre se estrellan contra el alma de los elegidos: el hombre impaciente, el del tiempo inclemente y el de la circunstancia desaforada e hiriente>>.

Camilo José Cela profetizaba. Solo tenía que mirar el tiempo pasado, meditar el presente, para así ver el futuro. Era en el discurso de recepción  del Premio Príncipe de Asturias en el año 1987. Seguía diciendo, recordando las palabras de Saavedra Fajardo, que el que espera tiene a su lado un buen compañero en el tiempo y recordaba cómo con elegante y noble regodeo decía Felipe II: <<yo y el tiempo contra todo>>

Pasa el tiempo, impaciente, un tiempo inclemente sigue, y cada vez más desaforada, la circunstancia hiriente. Esperamos desesperadamente

En España, el que resiste gana. ¿Hasta cuándo?  Largo me lo fiáis.

¡Cuán largo me lo fiáis!

Implacable es la justicia, pero muy lenta, lo que viene a complicar más las cosas. Todo es paciencia y darle tiempo al tiempo. Con eso juegan los golpistas catalanes que han emprendido esta misma jugada: resistir para ganar. Hay un tufillo sospechoso que puede indicar alguna vía de escape preparada. Fuera de nuestras fronteras. Europa nos tiene acostumbrados a las más variopintas escenificaciones. Y si de España se trata… ¡Cómo para fiarse!

Dentro hemos dejado las puertas abiertas y entra una corriente que te deja helado el corazón.

Golpistas dominando los medios de difusión, la televisión pública, a su favor y rédito. Policía autonómica bajo sospecha. Un Parlamento escenificando a diario el escándalo que avergüenza; la ruina de millones de españoles, poco a poco, sin que nadie lo evite. España que se arruina y desaparece. Llantos de ruina moral y material. ¿Para qué ha servido el 155? ¿Nos están tomando el pelo; unos y otros?

El que ha perdido la iniciativa es derrotado por regla general; el que la conserva gana habitualmente. Para ello es necesario conocer al enemigo. Porque no hay enemigo fácil cuando está dispuesto a todo. Es difícil vencer a un enemigo cuando este conserva en su fondo el espíritu combativo. Cuando el enfrentamiento está enredado y sin avance hay que cambiar de inmediato nuestras intenciones y vencerle adoptando una estrategia completamente nueva.

El que resiste gana. Sin duda. Pero resistir no es inacción sino renovarse y luchar aquí y allá; con inteligencia y voluntad de vencer, no repitiendo las mismas tácticas una y otra vez.

Pronto nos llega un nuevo ataque para el que habrá que estar preparado. Resistir es ganar cuando se está preparado y dispuesto a todo. La prueba será en un inocente y sencillo juego: el fútbol. No callarán tirios y troyanos.

El simbolismo que encierra la persona del Rey es de tal importancia que ello solo justifica la existencia de la institución. Fuerza de atracción moral y emocional que el independentismo utilizará para hacer el mayor daño que pueda y, ¡ojo!, si puede, buscar mártires.

En España, el que resiste, gana. <<Y también os lo digo, Alteza, porque habréis de lidiar durante vuestra vida, que para bien de todos os deseo larga y colmada de aciertos, con los tres embates que siempre se arrancan y siempre se estrellan contra el alma de los elegidos: el hombre impaciente, el del tiempo inclemente y el de la circunstancia desaforada e hiriente>>.

En España —y os lo digo, Alteza, porque sois joven y español— el que resiste, gana.

¿Cuánto hay que resistir? ¿Hasta cuándo? El tiempo pasa y España puede desaparecer con ello.

Circunstancia desaforada e hiriente…

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

31 Marzo 2018