LA UNIÓN HACE LA FUERZA. José María Grande Urquijo. Coronel de Infantería DEM.

La Doctrina para el empleo de las Armas y Servicios que estudié, ya hace años, hablaba de los principios fundamentales del arte de la guerra. Sin embargo, yo creo que esos principios son de aplicación en todos en todos los órdenes de la vida en los que haya en juego algo por lo que luchar. Citaba los siguientes:

  • Voluntad de vencer, o sea el firme propósito de imponerse al adversario
  • Libertad de acción, es decir, la posibilidad de preparar y ejecutar planes a pesar de la voluntad del adversario
  • Capacidad de ejecución, o sea saber adecuar los medios disponibles a la misión encomendada

Un partido político es una entidad que, mediante la participación de los ciudadanos, tiene como objetivo alcanzar el control del Gobierno para llevar a cabo su política.El partido, o los partidos políticos de color opuesto al que gobierna y que, por tanto, están en la oposición, llevan a cabo ésta para desgastar al partido gobernante, desbancarle y alcanzar el poder. Los partidos en la oposición deberían poner en práctica los principios citados. ¿Está ocurriendo? Veamos

La voluntad de vencer, tanto en un combate cruento como la guerra, o en uno incruento como la lucha política, no es más que una dialéctica de voluntades. Es un estado de ánimo imprescindible para acometer una empresa. Pero por sí sola no garantiza la victoria. Es más, condena al fracaso a todo aquel que elija la pasividad. Actualmente, vemos que los partidos de la oposición, las llamadas “tres derechas”, están pasivos, van a remolque de lo que dice y hace el partido gobernante. Razón: la falta de unión entre ellos hace imposible el firme propósito de imponerse al adversario. Si estuviesen unidos forzarían al partido gobernante a tomar determinadas medidas o, al menos, a que no tome aquellas perjudiciales para la Nación.

La lógica dice que cuando una sociedad, o parte de ella, se enfrenta a un reto, lo hace para ganarlo. Ello implica un “poder hacer” y un “querer hacer”. ¿Está la oposición imbuida de ese poder y querer hacer? Debería suponer que sí, pero no está “sometida a la razón”, porque de estarlo se uniría para llevar a buen término esa voluntad de vencer.

Todo ello nos lleva al segundo principio, la libertad de acción. Esta es una aptitud para el logro de aquello a lo que la voluntad de vencer aspira. Esta última es el alma del enfrentamiento y aquella el cerebro. Como las tres derechas no están unidas, no son capaces de preparar y ejecutar planes conjuntos capaces de desbancar al adversario.

Finalmente nos queda la capacidad de ejecución. Es el principio del “saber hacer”. Aquí entran en juego los planes del partido, sus objetivos, su moralidad, sus principios, la personalidad y valía de su presidente, de su equipo, etc.; factores todos ellos que influyen poderosamente en los votantes de ese partido.

Estos últimos, ante el desencanto producido por el “no saber hacer” emigran a otras formaciones políticas, produciéndose una separación que no contribuye a la sinergia que debería haber entre ellos.

Vemos pues que la oposición, “las tres derechas”, como consecuencia de su desunión, no cumplen ni aplican los principios fundamentales. Ello conduce a la tranquilidad en el partido gobernante. Saben que si se mantiene esta actitud, y están haciendo todo lo posible para que se mantenga, gobernarán mucho tiempo.

Voluntad de vencer

Por tanto, mi deseo es que no se pierdan en disquisiciones sobre el sexo de los ángeles o en personalismos que a nada conducen y grito con fuerza uníos por el bien de España y plantad cara al enemigo.

José María Grande Urquijo. Coronel de Infantería DEM.

5 mayo 2020

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