TERRORISMO. Rafael Dávila Álvarez

Esto del terrorismo va por barrios, pero siempre con el mismo objetivo: asesinar a inocentes y airear como acto meritorio su crueldad para conseguir imponer el terror y escribir con sangre su relato. Alcanzar el poder: imponer. Una sangre roja como la que destilan sus actos de odio: Secuestros, rehenes, bombas, paquetes bomba, coches bomba, avisos de bomba, tiro en la nuca, matanza de niños, de mayores con sus menores, de madres y padres, de abuelos, miedo, terror, matar y matar, beber sangre, comer sangre y llenar los cementerios, la tierra sembrada de odio, para siempre.

Manos asesinas, corazones que impulsan, sístole y diástole, la peor sangre que la vida ha generado, un desorden sin parangón. No hay animal que destile tanto odio como el del terrorista, incluso podrían llegar a sentir placer en verter sangre.

Somos rehenes del miedo. Rehenes de ellos. Un miedo que se extiende más allá de lo individual. Miedo colectivo que alcanza incluso a gobiernos cobardes que se alinean con los terroristas incluso dándoles cobijo y elevándoles a la categoría de partido democrático. Gobernantes. Gobiernos que tienen «un brazo armado» o descansan en sus brazos.

El mundo sufre una oleada que se extiende gracias a la tecnología, el miedo y el desorden político con muchas leyes y ninguna moral o virtud.

El mundo se exhibe en la peor de sus escenificaciones y eleva al terrorismo a noble representación presentándolos como actores de bondad para lograr sus objetivos, entrando en una de las mayores locuras que ha vivido la humanidad.

Desde sus escaños convertidos en púlpitos hay poderosos políticos que vomitan su palabra sobre inocentes víctimas y elevan el discurso terrorista al nivel del político llegando un momento en el que no se distinguen uno de otro.

El nivel alcanzado hasta llegar a la meta de «terrorismo de Estado» debería hacernos pensar que el terrorismo no ha sido definido de manera inequívoca cuando sus actos no dan posible error. Hay intereses tan sucios que son capaces de justificar acciones terroristas exhibidas por todas las televisiones del mundo y amparadas por muchas personas que representan políticamente a grupos sociales, algo inaudito que llega a convertirse hasta en lucha política, afectando al nivel internacional dividiendo al mundo de manera tan hipócrita como nunca antes se ha presenciado.

Cuando se les da cobijo, cuando alcanzan sus objetivos, cuando se les justifica, cuando «Sí, pero…», cuando llegan al poder y se instalan en las instituciones es que todo está perdido.

En España sabemos, más que nadie en Europa, lo que significa el terrorismo. Cada vez que esto ocurre en cualquier lugar del mundo no podemos evitar que el recuerdo de lo vivido nos afecte y avergüence al ver a lo que hemos llegado: secuestros, rehenes, bombas, paquetes bomba, coches bomba, avisos de bomba, tiro en la nuca, matanza de niños, de mayores con sus menores, de madres y padres, de abuelos, miedo, terror, matar y matar, beber sangre, comer sangre y llenar los cementerios, la tierra sembrada de odio, para siempre.

El mundo y la vida política siguen: sin rubor, sin vergüenza, sin recato, sin honor y sin dolor.

Todos de perfil, mirando para otro lado. Llegará un día en el que se diga que la culpa la tenían las víctimas. Por lo pronto ya están olvidadas en beneficio de sus asesinos.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

18 octubre 2023

 

COMENTARIO DEL DÍA: TERRORISMO EN VENEZUELA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Homenaje a Armando Cañizales asesinado en Venezuela

¿Qué pasa en Venezuela? El dolor de un pueblo al que se engaña para posteriormente encarcelarlo por una dictadura no tiene mayor eco que el que los medios a diario denuncian. Nada más ni nadie más hace algo más. Sin respuesta democrática, abandonado, clama el pueblo venezolano. La ONU que acoge a demócratas y dictadores (los cinco deciden) calla y otorga.

Ya hay héroes del sencillo pueblo caídos en la lucha, asesinados sobre el asfalto de las calles de Venezuela. Armando Cañizales tenía 17 años y quiso poner música a la protesta, pero una bala en el cuello rompió las cuerdas de su vida en el definitivo concierto que compuso con valentía. No les callarán y su violín llorará siempre sin consuelo. Otros, conocidos y menos conocidos, están desaparecidos, dicen que en las cárceles del terror. Dios sabe dónde.

Nadie mueve un dedo. Nadie sabe realmente que es lo que allí está pasando. Nadie entiende cómo se sustenta en el poder su presidente, Maduro. Incomprensible paradoja que solo se explica desde el terror a una férrea dictadura que se apoya en el populismo de la mentira, en el hambre y el dolor de los más necesitados, en la vergüenza y descaro de los más favorecidos por el tráfico de favores. Miedo comprensible e inacción internacional de vergonzosa factura. Relaciones diplomáticas ejercidas desde la hipocresía y bastardos intereses. Un cóctel que estalla cuando la represión y la muerte sustituyen a la Ley. ¡¿Cuántos muertos son necesarios hasta decir basta?!

El líder de la oposición Leopoldo López ha estado secuestrado durante un mes y nada se ha sabido de él durante ese tiempo. Le llaman detención a lo que es un secuestro sin todas las de la ley. Leopoldo está bien, pero aislado… Sin justicia que le ampare. Su familia acude desesperada a la justicia española. Preparan una querella por terrorismo ante la Audiencia Nacional. Entre sus abogados Felipe González y Alberto Ruiz-Gallardón. En España no se puede recurrir a la ‹‹justicia universal›› por lo que se recurrirá a la Ley Orgánica del Poder Judicial por hechos tipificados como terrorismo cometidos fuera del territorio nacional. Terrorismo de Estado, una situación excepcional que está desembocando en una peligrosa actitud que puede acabar en una confrontación civil. Se anuncian cambios en el Régimen para dar más poder al populismo de las comunas ¿y al de las checas? Ha tenido maestros, ha sido y es cobijo de terroristas huidos de España, etarras amparados por los dictadores. No hay una doctrina política, ni una nueva religión que no sea diabólica. En el populismo actúa el viejo comunismo en su evolución más camaleónica que envuelve con la dictadura del terror y muerte a los más necesitados y vulnerables situándolos en primera fila como escudos humanos de sus crímenes.

Venezuela llora. Nadie escucha su lamento y cuando digo nadie hablo de gobiernos, embajadas, organizaciones, que negocian con las dictaduras, venden sus productos y trafican con las economías. No solo de pan vive el hombre y Venezuela, ya sin pan, empieza a pedir el alimento de la libertad.

Venezuela reza y solo pide el pan nuestro de cada día.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

10 mayo 2017