El comandante Villar, jefe del sector del Kert de la Policía Indígena, entra en el despacho del Jefe de la Sección de Campaña
– «Vengo mi teniente coronel a que me dé instrucciones».
– «¿Qué instrucciones? ¿A qué se refiere usted?».
– «A la ocupación de Abarrán».
– «¡Pero si no sé ni una palabra de eso!».
– «¿No está usted enterado?».
Después de una conversación con el comandante Villar el general Silvestre decide ocupar Abarrán. Una operación en la que, sin rigor táctico alguno, sin pensar en sus consecuencias, basada en tendenciosas informaciones, dispone que Abarrán se ocupe por la Policía. ¿Los Tensamán van a regalar la posición?
«…un comandante de huevos».
Cada palmo de terreno esconde una traición y pone en peligro la vida de muchos hombres. Algunos no lo aprenderán hasta que les cueste la suya. Duro y cruel aprendizaje que acaba con los héroes y con la moral de cualquier ejército.
De nuevo hay que asesorar con firmeza y lealtad, sin falsedades ni improvisaciones.
– «Mi general, vengo a promover una queja. No sabía una palabra de la ocupación de Abarrán. Si quiere ir a Abarrán hágalo por operación militar…».
– «Ya está decidido […] yo tengo en la Policía un comandante de huevos y quiero explotarlos, y él me va a dar Abarrán».
Tres mil beniurriagueles esperan en la harca cercana, el terreno es movido y sin piedras. No hay agua.
A las 0530 del día 1 de junio de 1921 es coronado el monte Abarrán por la columna del comandante Villar, 1461 hombres y 485 cabezas de ganado. La marcha fue penosa y de sumo peligro. La cola de la columna llegaría dos horas después de la cabeza. A las 1100, con irresponsable precipitación, se retiró la columna dejando en la posición unos 250 hombres de los cuales 200 eran nativos. A última hora, cuando se está replegando, recibe Villar la orden del general de dejar en la posición, además de la artillería, una compañía de ametralladoras. Será tarde, la precipitación hace que ya no haya vuelta atrás. El enemigo, que vigila cada movimiento, está ya encima.
Abarrán, atacado y traicionado, caerá el mismo día de su ocupación. Todos sus oficiales mueren heroicamente. Defendieron algo más que aquel inútil palmo de terreno, defendieron su honor ante la muerte, y la incompetencia de su retaguardia. El capitán Salafranca es el jefe y cae al frente de sus hombres, héroe laureado al ejemplo. El laureado teniente de Artillería Diego Flomesta Moya muere martirizado en el cautiverio por negarse a enseñar a los moros el manejo de las piezas de artillería. Capitán Huelva, teniente Camino, Fernández, Reyes… Haidra, el oficial moro de la compañía de Salafranca, que descargó su pistola sobre el adversario y con el último cartucho se mató antes de rendirse.
La sequedad del momento ha quedado empapada de sangre española. El Rif guerrero respeta la historia y a los hombres que mueren con honor. Los traidores seguirán vivos deambulando.
¿Quién duda del valor de aquellos soldados?
El enemigo sabe maniobrar, conoce la táctica de los riscos y el monte bajo, la emboscada de la sobriedad y la paciencia. No se le ve hasta el último momento. Le gusta transmitir terror, con el que tantea a su adversario. Cuando surge un punto débil ataca, siempre desde lejos, hasta que cae sobre ti por donde no le esperas. Si dudas por miedo tu miedo acaba contigo antes de morir. Es la peor muerte. En este indomable paisaje, siempre igual, siempre distinto, no hay mejor arma que el valor.
Es 2 de junio y se acaba de perder Abarrán. El enemigo busca el flanco y ataca la posición de Sidi-Dris. La harca está formada por las cabilas de Beni Urriaguel, Bocoya y Tensaman. Sidi-Dris tiene buenas condiciones de defensa, cuenta con elementos y el apoyo del cañonero Laya.
Se desencadena un feroz ataque que no detiene ni el elevado número de bajas rifeñas, que supera las trescientas. Es tan duro el combate que el cañonero Laya manda refuerzos al mando de los alféreces de navío José Lazaga y Pedro Pérez de Guzmán, que toma el mando de la batería al ser herido el teniente Galán. Al amanecer del día tres era socorrida Sidi-Dris. El enemigo ceja en su empeño al ver la defensa heroica de aquellos hombres. Tiene las de perder y se retira a los montes. Ha sido un cara a cara sin traiciones, un enfrentamiento donde el ejemplo de valor ha sido una constante arenga a lo largo del combate. Lo encabeza el comandante Benítez, jefe de la posición, con el teniente de artillería José Galán y los marinos del Laya.
La tempestad ha comenzado y nadie oye sus primeros truenos.
Día 5 de junio. El general Silvestre conferencia con el Alto Comisario, general Berenguer, en el buque «Princesa de Asturias», frente a Sidi-Dris. Cambio de impresiones. Conclusiones equivocadas. Aquella es una tierra que distorsiona la realidad.
Lo resume el telegrama del Alto Comisario al ministro de la Guerra:
«Comandante General considera situación restablecida […], todo esto no es inquietante por ahora».
«Como noticias prensa y particulares hacen sucesos Melilla por su exageración ha podido ocasionar inquietud […]. Estimo puede considerarse situación casi restablecida y que actualmente nada ofrece que pueda ocasionar la menor alarma ni inquietud, quedando en ampliar más informes por carta».
7 de junio de 1921. Se ocupa la posición de Igueriben. Conjugaba su acción con las de Izumar, Annual y Buimeyan. Quedó fortificada y guarnecida por dos compañías de fusiles, una de ametralladoras y una batería ligera. La aguada a tres kilómetros a su retaguardia y dentro de su campo de acción. Aprovisionada para ocho días en víveres y agua.
El 14 Igueriben comunica que grandes núcleos de hasta trescientos hombres tratan de envolver la posición. El 16 los indígenas ocupan la cercana Loma de los Árboles. Hostilizan también el campamento de Annual. El 29 las hogueras delatan llamada general a los rifeños. Se repite los días 7 y 8 de julio. Abd-el-Krim trabaja activamente para sumar contingentes a la harca. Se reúne con ellos en el Amesauro, unos tres mil beniurriagueles. La Comandancia de Melilla no estima la existencia de peligro inminente.
Desde el amanecer del día 17 de julio el Igueriben está asediado por la harca de Abd-el-Krim.
Un convoy de auxilio, y otro, y otro… Comandante Romero López, capitán Cebollino von Lindeman, teniente Nougués, capitán Zappino…, héroes que no buscan defender un trozo de tierra sino un trozo de ellos mismos: sus compañeros del Igueriben. Como en Abarrán, los héroes del Igueriben defienden su honor ante la muerte, el de todo un ejército, incluso la incompetencia de su retaguardia. ¿Quién duda del valor de aquellos soldados?
Hay más rifeños que piedras… y nuestras bajas se multiplican. ¡Ay! ¡El espíritu de las tropas!
Hay momentos en que uno se siente atrozmente tentado a asomarse a la trinchera para morir acribillado por los disparos del enemigo. En esos momentos lo heroico es cumplir con tu deber, seguir combatiendo hasta el final: como los del Igueriben. Annual espera, solo eso, espera desesperadamente, incomprensiblemente.
¡Parece mentira! ¡¿Como es posible que nadie les libere del asedio y de la sed?! El miedo es un veneno cuyo síntoma principal es la indecisión que paraliza la mente. Es tan contagioso que puede infectar a todo un ejército. Un veneno más rápido que el de la cobra.
Posición del Igueriben, 21 de julio de 1921. El comandante Benítez, héroe de Sidi-Dris, ahora jefe en el Igueriben, tiene que convertirse de nuevo en héroe. Simplemente tiene que cumplir con su deber. Es un soldado. ¡¡¡Fuego sobre nosotros!!!
«Solo quedan doce cargas de cañón, que empezamos a disparar para rechazar el asalto. Contadlas y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos envueltos en la posición».
«Los de Igueriben mueren pero no se rinden».
Un comandante se levanta ante la muerte. Es el ejemplo, él solo es todo un ejército. Poco antes de morir manda un mensaje inquietante. El destinatario parece que no es nadie. No quedan soldados. La retaguardia tampoco escucha. Quizá habla otro idioma. La historia, avergonzada, se hará eco de ello:
«Parece mentira que dejéis morir a vuestros hermanos, a un puñado de españoles que han sabido sacrificarse delante de vosotros».
No abandonar a un hombre en el campo hasta perecer todos. El comandante Benítez escribe el espíritu más bello del Credo de la Legión, el del compañerismo. Se inspirará en él el teniente coronel Millán-Astray. Pero los destinatarios no lo entienden. Sí, hasta perecer todos, por honor. Cuando llega el momento si no lo cumples quedas avergonzado. Para siempre.
Después de la muerte llegaron los porqués.
Nadie impidió que la harca, desafiante, se concentrase desde el día 12 ante el Igueriben. Se solicitó desde la posición, que los tenían a la vista, cañonearlos y no se permitió. ¿Por qué?
No se reaccionó ante la inusitada concentración de fuerzas enemigas, su fortaleza, agresividad y amenazante actitud. Se observó, con inexplicable pasividad, como la harca construía trincheras frente a la posición. ¿Por qué?
Estaba previsto, ordenado, la ocupación permanente de la Loma de los Árboles desde el primer momento. Esta posición estaba batida desde la de Igueriben y tenía aguada. ¿Por qué no se hizo?
No se socorrió a la posición desde el primer día que fue atacada. ¿Por qué?
Se escondió o no se supo valorar la cruda realidad, material y moral, de las fuerzas de Annual. ¿Por qué?
Decisiones tardías, contradictorias, impulsivas, ausencia de reservas, perdida del espíritu de combate… ¿Por qué?
A primeros de mayo el general Silvestre viaja a la Península. Asiste en Valladolid a la colocación de la primera piedra de la Academia de Caballería y a la entrega del nuevo estandarte.
– «Lo mismo me da no operar; bastante he hecho», dice al llegar a la Península. A su regreso a Melilla repetía sin cesar:
– «Tengo que operar; quiero operar».
¿Por qué?
El Igueriben se ocupó para proteger Annual. Sus soldados lo defendieron hasta la muerte, con heroico valor, pero se sintieron abandonados. Annual, posición equivocada, no estuvo a la altura, ni supo defender ni defenderse. Sed de honor, seca la fuente del valor. Analfabetos de la táctica y la moral.
Desde la ocupación del Mauro hasta que cae el Igueriben han sucedido muchas cosas. Está a punto de ocurrir la decisiva. En la Península no se enteran, no quieren sobresaltos. La tormenta es una tempestad que aún hoy resuena desde el pasado. Está escrito en Annual, Monte Arruit, Melilla, el Rif y Yebala. Conviene ni confundir ni olvidar aquellos sonidos… que no se apagan. Leer el lenguaje de los truenos.
«¡Oh profeta, excita los creyentes al combate! Veinte hombres tuyos aniquilarán a doscientos infieles…».
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Recomiendo escuchar los podcast de Annual 1921 de la aplicación Onda Cero. Para mi opinión, magistral y digna para más de un premio
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El designio de Occidente, mi General.
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Son un ejemplo de valor, abnegación y sacrificio para todos nosotros, dentro y fuera de la milicia.
DEP
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Buenos días mi general y a todos.
Siempre me ha parecido tremendo el esfuerzo de jefes, oficiales, suboficiales y tropa en Marruecos, Pero creo que el alto mando – tanto el militar como el político – fue dando palos de ciego hasta Alhucemas y sin mas. Por otro lado en lel antiguo Protectorado aún perviven carreteras, escuelas y dispensarios construidos por España, perfeccionados y ampliados sí, pero en base a lo construido por España entre 1926 y 1956. La, dinastía aluita poco más ha hecho por rifeños y yebalíes…
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Buenas tardes mi General y todos
En ese relato hay demasiados «¿por que?» y ninguna respuesta lógica,
Yo he leído retazos de esa historia, y del heroísmo de los soldados no hay ninguna duda. No se puede decir lo mismo de ciertos mandos y, si lo que he leído es cierto, mejor ignorarlo porque ya, a éstas alturas, no tiene solución, y no se si habrá pruebas, pero es muy posible que V.E. haya leído lo mismo que yo y tampoco quiera darle crédito.
Es muy difícil de aceptar ciertas responsabilidades de alguna persona que no estuvo a la altura, y por los motivos que aluden. Pueden ser rumores maliciosos, yo he preferido inclinarme por esa hipótesis.
Pero los actos de heroísmo no se pueden olvidar, ni la sangre derramada en una operación que no tuvo pies ni cabeza.
!Que Dios tenga en su gloria a todos los caídos en esa lucha¡ !!Presentes!!
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Mi General : Hoy ha sido. muy duro, lo leído , aunque conocido , te deja el corazón ““Tocado,
El tiempo pasa muy deprisa,, más de cien años, pero nunca , debemos olvidarlo.
El Mando y la Tropa, forman un conjunto, que siempre darán hasta su vida, si fuera necesario. Un abrazo, para TODOS, los que allí, lucharon. 🇪🇸🇪🇸🇪🇸
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A las órdenes de V. E., mi General.
Honor y gloria, y recuerdo eterno, a todos aquellos héroes que dieron su vida por la Patria. ¡¡¡Presentes!!!
¡¡¡Viva España!!!
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