La verdad D. Eufemio es que cuando hay que marcharse de un puesto de trabajo, por imperativo del jefe, mejor es decir que es por embarazo «de riesgo». Mi hija, que después de tener a su primer hijo sufrió dos desgraciados abortos, uno de ellos de casi 5 meses, y cuando por fin consiguió llevar a término el tercer embarazo, a la misma edad que al parecer tiene actualmente la señora Lastra, cogió sus meses de baja reglamentarias y se incorporó al trabajo sin mayores problemas. Claro que mi hija es una persona decente, y su jefe, gracias a Dios también, y aunque le ofrecieron permanecer en casa en el tramo final de dicho embarazo, como no había señales de peligro ni el médico lo consideró necesario, trabajó hasta que las circunstancias lo permitieron, y después disfrutó de su periodo de descanso post parto según el reglamento. Dicho lo cual me permio dudar de los motivos que alude la susodicha señora Lastra para desaparecer por el foro, lo que no quita para que en el fondo me alegre de que, sea por el motivo que sea, nos hayamos quitado de en medio semejante lastre, y permítame hacer aquí el juego de palabras fácil que a todos nos viene a la mente. Deseo lo mejor para ella y su futuro bebé, pero me pregunto si seguir cobrando del erario público su sueldo de parlamentaria se eternizará en el tiempo o si llevará al bebé a las sesiones del Congreso, como ya hizo una ex-compañera suya conocida por todos, o montará una guardería convenientemente equipada, que ya puestos tampoco sería una nueva experiencia para los contribuyentes y sufridores de este país, que tragamos con todo lo que se le ocurra a esa ejecutiva, que no ejecuta nada, pero que cobrar cobra, estaría bueno.
Y puestos a recordar, también recuerdo a la cajera de la sucursal de mi banco, que sufría un dolor insoportable de espalda, y que aguantó impertérrita hasta su jubilación para hacerse operar de la lesión que le producía aquel dolor. No ha sido el caso para nuestra ex-fiscal general que, también, vaya por Dios, se ha marchado a casa para curarse de una grave lesión en su delicada espalda, que ha soportado estoicamente las grabaciones de sus conversaciones privadas sin sonrojo alguno y sin darse por aludida, pero que es posible que sí le hayan provocado esa lesión, porque echarse a la espalda semejante vergüenza debe tener sus consecuencias, digo yo.
No se si es que las ratas huyen del barco, o si es que que el barco necesita deshacerse de peso para no hundirse. Ambas cosas me parecen posible, pero que se hunde a plazo fijo es, en mi opinión, un hecho, y que poner al próximo barco a flote va a resultar muy complicado también, vistas las maniobras que éste desgraciado navío está llevando a cabo a toda velocidad y sin descanso.
No hay día que no suframos un sobresalto en forma de noticia cada vez más grave. cada vez más cerca de un régimen dictatorial y más lejos de lo que debería ser una democracia. A la nuestra ya casi no le queda ni el nombre.
Han vuelto los salteadores de caminos de los Siglos XIII y XIX, sin trabuco pero con la cabritera de siete muelles en la faja o en la caña de la bota.Solo que estos roban para ellos y no para repartir entre los hambrientos que les informaban del avistamiento de las presas y de los movimientos de los migueletes.
Sólo falta que entren en la leyenda y los juglares canten de pueblo en pueblo sus golpes millonarios. Con eso se escrbirá otra memoria, que no podrá llamarse ni histórica ni democrática, sino cualquier otra cosa.
Muchas gracias Mi Coronel. Tras el cese del «lastre» que teníamos, no cantemos victoria, que el relevo no es mejor. La «Lola» o ex fiscal gral .del estado, se fué, pero el que ha llegado es de su mismo corte. En cuanto al «okupa» Falcon va, Falcon viene ya nos tiene hasta las narices. En resumidas cuentas, tenemos un «desgobierno » que no sabemos cuánto nos va a durar a este paso, con las triquiñuelas que arma para poder gobernar. Saludos para todos.
Buenas tardes don Eufemio y todos; eso que hay en Moncloa suelta lastre y lastra más aprisa que un Zepelin metido en el Fuego de San Telmo.
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La verdad D. Eufemio es que cuando hay que marcharse de un puesto de trabajo, por imperativo del jefe, mejor es decir que es por embarazo «de riesgo». Mi hija, que después de tener a su primer hijo sufrió dos desgraciados abortos, uno de ellos de casi 5 meses, y cuando por fin consiguió llevar a término el tercer embarazo, a la misma edad que al parecer tiene actualmente la señora Lastra, cogió sus meses de baja reglamentarias y se incorporó al trabajo sin mayores problemas. Claro que mi hija es una persona decente, y su jefe, gracias a Dios también, y aunque le ofrecieron permanecer en casa en el tramo final de dicho embarazo, como no había señales de peligro ni el médico lo consideró necesario, trabajó hasta que las circunstancias lo permitieron, y después disfrutó de su periodo de descanso post parto según el reglamento. Dicho lo cual me permio dudar de los motivos que alude la susodicha señora Lastra para desaparecer por el foro, lo que no quita para que en el fondo me alegre de que, sea por el motivo que sea, nos hayamos quitado de en medio semejante lastre, y permítame hacer aquí el juego de palabras fácil que a todos nos viene a la mente. Deseo lo mejor para ella y su futuro bebé, pero me pregunto si seguir cobrando del erario público su sueldo de parlamentaria se eternizará en el tiempo o si llevará al bebé a las sesiones del Congreso, como ya hizo una ex-compañera suya conocida por todos, o montará una guardería convenientemente equipada, que ya puestos tampoco sería una nueva experiencia para los contribuyentes y sufridores de este país, que tragamos con todo lo que se le ocurra a esa ejecutiva, que no ejecuta nada, pero que cobrar cobra, estaría bueno.
Y puestos a recordar, también recuerdo a la cajera de la sucursal de mi banco, que sufría un dolor insoportable de espalda, y que aguantó impertérrita hasta su jubilación para hacerse operar de la lesión que le producía aquel dolor. No ha sido el caso para nuestra ex-fiscal general que, también, vaya por Dios, se ha marchado a casa para curarse de una grave lesión en su delicada espalda, que ha soportado estoicamente las grabaciones de sus conversaciones privadas sin sonrojo alguno y sin darse por aludida, pero que es posible que sí le hayan provocado esa lesión, porque echarse a la espalda semejante vergüenza debe tener sus consecuencias, digo yo.
No se si es que las ratas huyen del barco, o si es que que el barco necesita deshacerse de peso para no hundirse. Ambas cosas me parecen posible, pero que se hunde a plazo fijo es, en mi opinión, un hecho, y que poner al próximo barco a flote va a resultar muy complicado también, vistas las maniobras que éste desgraciado navío está llevando a cabo a toda velocidad y sin descanso.
No hay día que no suframos un sobresalto en forma de noticia cada vez más grave. cada vez más cerca de un régimen dictatorial y más lejos de lo que debería ser una democracia. A la nuestra ya casi no le queda ni el nombre.
Saludos y buen fin de semana a todos
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A las órdenes de V.I., mi Coronel.
Han vuelto los salteadores de caminos de los Siglos XIII y XIX, sin trabuco pero con la cabritera de siete muelles en la faja o en la caña de la bota.Solo que estos roban para ellos y no para repartir entre los hambrientos que les informaban del avistamiento de las presas y de los movimientos de los migueletes.
Sólo falta que entren en la leyenda y los juglares canten de pueblo en pueblo sus golpes millonarios. Con eso se escrbirá otra memoria, que no podrá llamarse ni histórica ni democrática, sino cualquier otra cosa.
¡¡¡Viva España!!!
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Muchas gracias Mi Coronel. Tras el cese del «lastre» que teníamos, no cantemos victoria, que el relevo no es mejor. La «Lola» o ex fiscal gral .del estado, se fué, pero el que ha llegado es de su mismo corte. En cuanto al «okupa» Falcon va, Falcon viene ya nos tiene hasta las narices. En resumidas cuentas, tenemos un «desgobierno » que no sabemos cuánto nos va a durar a este paso, con las triquiñuelas que arma para poder gobernar. Saludos para todos.
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