Artículo de un lector: CUANDO “MAS” NO SUMA… (Juan López Rodríguez)

¿Vencedor o condenado?

Se ha conocido hace pocas horas la sentencia por el caso llamado del 9N en el que resulta implicado, entre otros “personajes”, el ciudadano Artur Mas.

Personajes como él, desconocedor de los verdaderos valores democráticos y del significado de vocablos como solidaridad, bien común, LEALTAD INSTITUCIONAL, etc., son los que llevaron al gobierno de la II República -sí, leen ustedes bien; no tuvo nada que ver con el “fascismo”- presidido por Niceto Alcalá-Zamora a declarar en octubre de 1934 el Estado de Guerra en España, tras la proclamación de Lluis Companys del “Estado Catalán de la República Federal Espayola”. ¿Cómo era aquello de los pueblos que olvidan su Historia…?

El origen de la enfermedad está bien identificado: la interdependencia de las regiones/autonomías no ha sido suficientemente dirigida/gestionada por un débil gobierno central y las instituciones que lo respaldan, dejando al abandono un dominio que ha servido de caldo de cultivo al germen sectario de los deseos soberanistas de ciertos líderes regionales, como el ciudadano Mas, que han buscado en ese escenario la salida a sus males internos.

Saben lo que hacen

En esta arena, individuos y grupos antisistema han sacado partido buscando atraer a los desencantados, de los que una gran mayoría no posee una cualificación suficiente para percibir y valorar el peligro real de estas corrientes y sus efectos nefastos sobre la economía y, por tanto, el progreso social.

Como resultado, el castigo a una clase gobernante de uno y otro signo está convirtiendo a un país que fue referente en 2007 liderando el crecimiento económico entre los países avanzados, con un aumento del PIB del 3,8% frente a un 2,7% de la zona euro, en un país carente de referentes morales y valores, en el que todo vale y en el que cualquier voz disidente alcanza notable repercusión mediática sin la debida contra respuesta de quien tiene la obligación de mantener equilibrado el fiel de la balanza.

El “buenismo” se ha apoderado de los líderes de los hasta ahora partidos políticos de referencia que no se pronuncian por el miedo a ser tachados de intolerantes por esa nueva “casta política”, populachera y chabacana, que se presenta a sí misma, como el remedio a todos los males que sufrimos, cuando en el fondo no buscan más que instaurar su dictadura, la de la mediocridad, la de la vulgaridad.

Cambiar esta tendencia requiere medidas y respuestas inmediatas, individuales y colectivas, y el diseño de estrategias a medio y largo plazo. El camino a recorrer no está exento de dificultades y la clase política que ha ocupado cargos de responsabilidad se ha encargado de hacerlo más abrupto con su ineficacia, o lo que es peor, con su inacción.

España y sus ideales

España está necesitada de una renovación de ideales, lo que tal vez requiera unos nuevos líderes que sean capaces de anteponer los intereses nacionales a los partidistas, los intereses colectivos a los individuales; en definitiva, con una amplia y desinteresada visón de estado. Basta de “fichajes” irrelevantes y coyunturales que solo buscan obtener réditos inmediatos de una parte de la población indecisa o desilusionada, y que solo agravan el ya delicado escenario político.

No debemos ser ajenos a que el “caso catalán” está siendo seguido de cerca por actores internos -por no mencionar los externos- que estarán prestos a abalanzarse como aves de rapiña sobre su presa -el propio Estado- si aprecian signos de debilidad.

Juan López Rodríguez

Blog: generaldavila.com

16 marzo 2017

EL COMENTARIO DEL DÍA: LA INJUSTICIA ES UN CACHONDEO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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Artur Mas camino del Tribunal de Justicia de Cataluña

Es un aviso o escenificación de lo que puede ser. Toda una provocación. Autobuses fletados desde toda Cataluña para la exhibición de fuerza que acompaña en su paseo al líder vencedor. De eso se trata. Tiene todas las características de un aviso de rebelión, jurídica, pero rebelión. Por ahora. Estos son mis poderes y las banderas asoman en formación frente a la justicia.

¡Queremos justicia! Gritan y asustan. Se preparan y desde luego no es para el diálogo ni para la negociación. El miedo en su fase más aguda se convierte en pánico; el peligro a partir de ese momento es que se convierte en colectivo y contagioso. No hagamos nada. La justicia se entiende como principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Cataluña es España y no hay más ni Mas que lo impida. Ante eso la respuesta del independentismo es un organizado y provocador desfile, con pitidos y abucheos a la Bandera de España incluidos. Derecho a decidir, a ofender, a incumplir la ley. Una injusticia que de permitirse sería un cachondeo. Por ahora.

La justicia es igual para todos o no es justicia. Esto debe entenderse en los dos sentidos, del que juzga hacia el juzgado y de este hacia el que le juzga. Ambos se deben respeto y exacto cumplimiento de la ley. Sin amenazas ni exhibiciones del poder de cada uno.

Hay responsables de hacer cumplir la ley. No solo son los jueces. Si ves cometer un delito, el responsable de evitarlo no llama al juez sino que debe evitar que se cometa deteniendo al autor y llevándolo ante el juez. Los mecanismos estamos aburridos de explicarlos y todos ustedes los conocen.

Puede que lleguemos tarde. Todo esto no es nuevo y grandes sectores de la sociedad llevan denunciándolo hace tiempo. Claro que podría ocurrir que no estén los partidos tan de acuerdo en esto de la unidad de España. Hay motivos para pensar que alguno en lugar de estar con España simplemente está en España. Si todos, y cuento hasta tres y me sobra el resto, tuviesen la idea clara de la unidad de España, esto tendría solución.

Un verso de una vieja zarzuela dice:

El pensamiento libre

proclamo en alta voz

y muera quien no piense

igual que pienso yo.

En este caso no se trata del pensamiento libre, sino de hechos evidentes. La injusticia sería un cachondeo si no fuese porque se trata de la unidad de España. Algo más serio. ¡Ojo!, ellos sí que van en serio. Lo que se ha visto en Barcelona es simplemente una demostración de fuerza.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 febrero 2017