EUROESCEPTICISMO. JOSÉ MARÍA GRANDE URQUIJO. CORONEL DE INFANTERÍA (R.)

2.-EUROESCEPTICISMO

El “euroescepticismo” hace referencia al descontento, en parte de la población europea, por desconfianza hacia la política de la UE. Sin ánimo de ser exhaustivo, podemos considerar que las causas que lo motivan, entre otras, son las siguientes:

La legislación comunitaria mantiene los intereses particulares de los Estados miembros. Eso hace que las instituciones europeas tengan escaso peso político propio y una burocracia desorbitada. Los Estados no quieren  ceder parcelas de soberanía. El Brexit es resultado de ello. El partido UKIP predicaba: “Europa no nos aporta nada, si nos salimos recuperamos nuestra soberanía y el control de las fronteras ante la inmigración. Resultado: avances escasos

El euro ha sido positivo, pero no se acompañó de una política presupuestaria y fiscal que homogeneizara las cuentas públicas de los Estados miembros. El duro tratamiento de la UE al déficit presupuestario produce efectos negativos en la política social. Resultado: desafección.

Ante la crisis económica, al no poder la UE depreciar la moneda, devalúo el sistema productivo. Eso dio lugar a salarios más bajos, menos prestaciones sociales, menos gasto público e inversión, etc. Las capas sociales más castigadas por la crisis sienten falta de respuesta de los Gobiernos y partidos tradicionales. Resultado: desafección.

No existe la ciudadanía europea. La libre circulación es fruto de un tratado internacional (Schengen) no de un derecho constitucional. Resultado: algunos países restringen los derechos de libre circulación para protegerse de las migraciones, lo que demuestra lo precarios que son los derechos comunitarios.

Las instituciones europeas son consideradas lejanas, aspecto que se ve reforzado por el sistema de elección. El elector no tiene ni idea de a quién vota y considera al europarlamentario un político excedente de cupo en la política nacional con un dorado retiro. Resultado: desafección.

Desconfianza entre Estados miembros. La UE es un club formado por Estados democráticos. Últimamente Alemania ha puesto en entredicho que España lo sea al negar a la justicia española ser competente para juzgar al autor de un golpe de Estado. Sin embargo, un Tribunal de Karlsruhe no dudó en declarar ilegal la celebración de un referéndum en Baviera. Bélgica no nos entrega a terroristas. El apoyo de los 28 a USA, Reino Unido y Francia, ante el ataque con armas químicas en Siria, no ha sido lo firme que cabía esperar. No hay una política europea de seguridad común. La política comunitaria se reduce a un conjunto de acuerdos y desacuerdos coyunturales. etc.

Muchos ciudadanos interpretan lo anterior como un recorte de sus derechos y un menoscabo a la soberanía de sus Estados. Tras el Brexit, las elecciones en algunos países, como Italia, han propiciado que los partidos que reniegan de Europa ganen terreno.El jurista David Romero Díaz diceal respecto«el ciudadano europeo ve como su único balón de oxígeno, su única arma de resistencia es reivindicar el concepto de soberanía en todos los aspectos».

El resultado de esa desafección es el populismo. Ningún país europeo se libra del suyo. Reivindica el poder para el pueblo frente a las instituciones y partidos tradicionales a los que llaman “casta”.

Los partidos populistas presentan la relación entre el pueblo y las élites como antagónicas, de modo que la relación entre ambos no se puede resolver sin romper las estructuras institucionales de la sociedad. De este enfrentamiento surge el tipo de líder. Todos los líderes populistas son grandes transgresores de las formas tradicionales de hacer política. Mi abuela decía “si el que es servilleta llega a mantel, aléjate de él”.

El populismo hace al pueblo actor político opuesto a la clase gobernante. El miedo y la esperanza, la desafección y el odio son los sentimientos a los que apelan los líderes populistas para ganarse a las masas. Reivindican el rencor y la revancha como motores que impulsan su política. Carecen de proyecto político. Son una respuesta gaseosa al vacío ideológico de los partidos tradicionales en el poder.

El escritor Mempo Giardinelli decía que “un pueblo que no lee está condenado a la extinción”. El populismo no solo se nutre del descontento de la sociedad, también se aprovecha de la falta de preparación de la población. Una juventud falta de valores, sin capacidad crítica y sin ningún tipo de conocimiento histórico es el blanco perfecto para un líder populista.

El populismo es el nuevo rock and roll. Llena bares y plazas. Enfervorece cerebros y corazones. Quema contenedores y provoca gritos locos. Está a la orden del día. Colma periódicos y revistas. Enloquece a tertulianos y pervierte informativos.

Una Europa unida es una utopía creíble y debemos luchar por ella. Pero, para que sea realizable, es necesario reinstaurar los valores morales, culturales y sociales compartidos, más allá de lo meramente económico. Si solo importa lo económico, este negocio fracasará, porque los intereses de los Estados miembros son contrapuestos en muchos aspectos.

José María Grande Urquijo. Coronel de Infantería (R.)

Blog: generaldavila.com

23 abril 2018