ACTUALIDAD DE GUERRA: UCRANIA-KURSK. GUERRAS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

Muchos de ustedes me piden información sobre el desarrollo de la invasión rusa de Ucrania después de la sorpresa que para todos ha supuesto la contra(invasión) que está realizando el Ejército ucraniano en Rusia por la zona del oblast de Kursk. Les doy el titular y paso a explicar la situación.

Kursk es una mala noticia para Ucrania y para Occidente. Ucrania no va a  invadir Rusia ni a embolsar a sus tropas, sino que, lo digo con enorme tristeza, esta penetración en territorio ruso puede ser su canto del cisne.

De partida una premisa: un adecuado análisis de la guerra no soporta una ideología, cualquiera que esta sea, ni puede hacerse con la pasión de pertenecer a un partido político o de fútbol. Por lo tanto no adjetiven al leer y limítense a aceptar mis disculpas si cometo errores, pero este es un análisis frio y desapasionado. Ni siquiera los militares estamos en condiciones de hacer definitivas valoraciones ahora, hoy, por falta de información, por lo que, como siempre les digo, todo son aproximaciones que pueden ser más o menos acertadas en función del nivel de objetivas verdades contrastadas, estudio y bagaje cultural de la guerra que tenga el analista, sea militar o no. Es obvio que mejor en su fiabilidad si es, o procede, del mundo militar.

Veamos lo sucedido hasta el día de hoy por si ello nos señala el día de mañana.

La invasión inicial con los ejes de penetración

El frente de ocupación rusa en el momento de la invasión de Ucrania fue un error estratégico de nivel político y una fantasía en el nivel militar. Ese día Rusia pagó su falta de conocimiento del enemigo y la ausencia de una doctrina militar moderna y ajustada a sus intenciones. Prueba de ello es que desde aquel día va a remolque de los acontecimientos, aunque su gran tamaño y capacidad la hacen ser una nación dura, apta para el sacrificio y no fácil de vencer.

 EL INICIO DE LA INVASIÓN DE UCRANIA 24 FEBRERO 2022

Frente que ocupó Rusia para la invasión desde Kiev hasta Jersón:

-Total: 2.295: km,s.

-Terrestre: 1.974 (312 marítimos)

-Objetivo estratégico Político: desplome político de Ucrania y rendición del Gobierno de Zelensky con la ocupación de Kiev.

-Objetivo estratégico Operacional: rendición del Ejército de Ucrania. Prevista resistencia en el Dombás que sería embolsado tras el avance por dos ejes de ataque rusos por Jarkov y Azov.

-Ejecución táctica: acción aérea e intenso bombardeo con amplio despliegue que obligue a las defensas ucranianas a la dispersión. Interdicción generalizados que colapsen ciudades y comunicaciones. Presión sobre los grandes núcleos de población e instalaciones energéticas.

-Internacionalmente: alcanzar acuerdos para lograr la aceptación de la ocupación del Dombás. Sin posible negociación: Crimea (dominio de los mares Azov y Negro y sus orillas), anexión del Dombás, y rotundo acuerdo para que Ucrania no ingrese en la OTAN.

Un evidente fracaso por las razones ya esgrimidas unido a la firme postura de Ucrania y a elementales fallos en la táctica.

Ucrania dispuso de información sobre el ataque ruso y sus objetivos con anterioridad a la invasión proporcionada por la Inteligencia de EEUU.

Su ejemplaridad por la firme reacción de defensa del Ejército ucraniano y de la población fue lo que mantuvo a la nación en pie y dispuesta al sacrificio.

Sin duda el apoyo moral y material, sin fisuras, de Occidente contribuyó a ello, junto a las medidas militares y económicas.

Rusia no superó el más mínimo y elemental examen táctico en el planeamiento militar de la operación.

-Estrés logístico en el ataque que al verse sorprendido por la reacción de Ucrania y Occidente no pudo, por no tenerlo previsto, alimentar el ritmo de la batalla.

-Unidades poco forjadas y bajas de moral con materiales poco adecuados para prolongados combates en las que hubo que introducir cambios urgentes.

-Mandos y estados mayores poco fiables y con elementos corruptos entre ellos. No existió el mando y control.

-Errores de cálculo y escasa lealtad entre las tropas mercenarias además  de corrupción en mandos de elevados empleos.

En fin un conjunto de equivocaciones a las que se podría sumar otros factores que, aunque no han sido suficientes para acabar con la aventura rusa, sí que han provocado un cambio estratégico general precipitando situaciones geopolíticas que no estaban previstas con cambios transcendentales en la economía, el comercio, la demografía, la industria, la ciencia, la religión y en definitiva el futuro del mundo.

Todos estamos de una u otra manera afectados por la invasión de Ucrania.

Bien podríamos definir la situación como un adelanto inesperado del mundo en años, algo que, como se verá, nos pilla de sorpresa y para lo que no estábamos preparados. Nos hemos adelantado a los tiempos y eso es traumático para la civilización que después de la pandemia ha salido debilitada y sin orientación.

La guerra de invasión provocó un sobresalto en todos los órdenes en un mundo todavía conmocionado por la epidemia de la COVID que hizo que la moral de la población de todo el mundo se viese afectada de distintas maneras en la economía, energía y esperanza de futuro, por tanto de manera desequilibrada y con más o menos repercusión en función de la situación de los distintos grupos sociales, lo que ha provocado una conmoción de movimientos migratorios, agresivos y descontentos, escasez de recursos básicos en muchas zonas ya de por sí castigadas por la pobreza.

No hay marcha atrás; ya nada será igual. Ni siquiera parecido, lo que creará una distancia traumática entre las generaciones más viejas y las más jóvenes.

Ante este cúmulo de desconocidos elementos de reacción se creó una nueva situación, inesperada para invasor e invadido, y ambos tuvieron que tomar decisiones en el transcurso e incertidumbre de una guerra que nadie sabía como había que hacerle frente para ganarla. La realidad es que todavía se está en esa fase de desconocimiento e incertidumbre porque en vez de enfriarse el panorama estratégico cada vez se calienta más.

 

Ucrania cedió terreno invadido y se posicionó desde Jersón al Dombás

DEL ERROR INICIAL A LA GUERRA DE POSICIONES

Los errores político, estratégico y táctico obligaron a Rusia a replantearse la ofensiva militar a base de abandonar parte del frente y disminuir el objetivo político limitándolo al dominio de los mares Azov y Negro a base de la posesión de sus orillas norte, es decir, del Dombás, Zaporiyia, Jersón y la amenaza sobre Odessa sin olvidar su poder de influencia en Moldavia (Transnitria).

El frente de invasión, es decir la línea de contacto entre las tropas rusas y ucranianas, se redujo en más de mil kilómetros, se renunció Kiev como objetivo estratégico y se pasó a, por ahora, abandonar la idea de la ocupación de toda Ucrania centrándose Rusia en sus objetivos irrenunciables: Crimea y el Dombás.

El pueblo ucraniano con el apoyo occidental y su decidida moral de victoria no se dejó intimidar por Rusia y su presidente demostró una fortaleza y actividad internacional que alentó esa lucha por la libertad.

Pero el mundo iniciaba un proceso que no tenía marcha atrás.

Contraofensiva de Ucrania

El primer año de guerra tuvo dos periodos, el primero desde el 24 de febrero hasta julio del 2022 en el que Ucrania, no sin esfuerzo, logró quitarse la presión y detener el avance ruso pasando a la ofensiva. El segundo periodo duró hasta diciembre. Militarmente estuvo caracterizado por el uso por parte de Ucrania de tres factores que fueron los que lograron detener el avance ruso y pasar a la ofensiva:  armas (Javelín-Stinger)/Inteligencia estadounidense/apoyo de Occidente (OTAN).

Podía haber sido definitivo ese apoyo si hubiese sido en sistemas de armas de alta gama (Aviación-Carros de combate-munición de largo alcance y DAA) y así aprovechar la desorganización de las unidades rusas. Sin duda un golpe mortal para expulsarlas incluso de Crimea. ¿Por qué no se hizo? Nunca habrá respuesta, pero todos nos lo imaginamos.

Desde la ofensiva rusa y la respuesta ucraniana, todo se desarrollaba sin trascendentes cambios y con un claro anuncio de que iba a ser una guerra larga y dura.

Noviembre del 2022 dio inicio a una guerra posicional y de desgaste. Rusia se hizo fuerte en el río Dniéper, de Jersón a Zaporiyia, cada vez más fuerte, y ejercía su presión en el Dombás, donde su penetración era lenta y constante hasta el Dniéper sin dejar de amenazar en la distancia a Kiev. Reforzó sus unidades, instruyó a los movilizados y puso en marcha toda una industria armamentística que estaba a medio gas. Apoyos internacionales no le faltaron y consiguió liberarse del cerco económico al que estaba sometida por las sanciones.

Hubo un momento en la guerra que pudo ser decisivo, pero que demostró el poder del Kremlin y de Putin. Pudo llegar la desestabilización interna de Rusia y el caos político y militar cuando el poderoso jefe de los mercenarios de Wagner, Prighozim, a la cabeza de sus tropas se dirigió hacia Moscú, sin saberse muy bien lo que pretendía, pero era evidente que encabezaba una rebelión militar que, también con un total desconocimiento de sus interioridades, acabó en fracaso mercenario y aumento del poder de Putin y sus generales. Era el mes de junio de 2023. Quizá sea el único momento en el que Rusia ha temblado de manera palpable desde el inicio de su invasión.

Ucrania seguía pidiendo, incluso clamando, ayuda a Occidente, era el momento apropiado para intentar derrotar a Rusia, pero la OTAN siempre con muchas palabras y pocos hechos, cada nación a lo suyo, ayudaban mal y tarde. Nadie duda del gran apoyo de Occidente, pero siempre con las espaldas cubiertas para no ir más allá de la cólera de Aquiles.

 

 

La invasión por Kursk queda fuera del despliegue ruso y su Ejército sigue con su planeamiento por Dónets

SITUACIÓN DE LA GUERRA DE UCRANIA DESPUÉS DE DOS AÑOS

Después de dos años de guerra la situación era la siguiente:

Rusia aprendió  de sus errores. Restructuró sus grandes unidades y movilizó a un gran ejército. La industria militar de guerra se reconvirtió en una  nueva y eficaz ayuda para armarse para esta guerra u otra futura. Superó el aislamiento económico y ya dispuso de nuevos y poderosos aliados. Solo una, no probable, desestabilización interna podría hacer temblar a Putin. Algo parecido a lo que ocurrió cuando los mercenarios Wagner de Prighozim, pero resulta que aquello fue una vacuna y un aviso para navegantes dada la facilidad con la que un avión tiene un accidente.

Ucrania dependía cada día más de occidente. Sus unidades con gran experiencia de combate se quedaban mermadas de personal y para la movilización cada vez disponía de menos gente joven en edad de combatir. Sus campos de cereal son chatarra bélica. Su industria de armamento no existe al verse en constante amenaza. Cada vez es más difícil mantener sus posiciones. Solo una mayor implicación material y moral de Occidente podría hacer cambiar las cosas.

Ofensivas, contraofensivas y el día 7 de octubre de 2023 se produce el ataque terrorista de Hamás a Israel desde Gaza. Nuestros ojos y sensibilidades ya acostumbrados a  los horrores de la guerra no dan crédito de lo que ven. El mundo enloquecido desconoce el riesgo al que se enfrenta.

Es la señal de otra guerra que es en definitiva la misma: la guerra santa está en todo, todo lo abarca: Nueva York 11 septiembre 2001—Bali 12 octubre 2002 —Madrid 11marzo 2004—Londres 7 julio 2005—París 7 enero 2015Pa—París 13 noviembre 2015.

Antes de aquel octubre hubo mucha muerte. La sangre era habitual portada de la información hasta que el 7 de octubre año 2023 no hubo redacción que se atreviese con las escenas de tanta brutalidad. Nunca jamás nadie había visto algo tan brutal ejecutado por la mano del hombre. Llegar a esos límites de maldad tiene que venir de algo más allá del corazón humano. Ese es el problema actual. No hay límites.

Pero es una nueva historia, desconocida y por eso tan temida: un adelanto a los tiempos que se presentan con la violencia dispuesta a todo. Se equivocan los que creen que esta es una guerra. No. Esto es una autodestrucción.

Gaza contra Israel, el pueblo palestino rehén del enfrentamiento cuando el problema es elemental: libertad.

Israel lucha por todo Occidente. Está en el centro de la batalla, rodeada, quizá sola y si es así seremos todos los que desapareceremos de las páginas de la historia. El  centro de la guerra solo se ha desplazado, pero es más de lo mismo. Israel lucha por todos, por Ucrania incluido.

No es Gaza, ni siquiera Irán, es algo más allá que empieza por la destrucción colectiva de toda la historia, quizá desde Alejandro Magno, y con ello el comienzo del sometimiento.

Irán y Rusia son más de lo mismo. China es ya la mayor potencia del mundo y el Indo-Pacífico su territorio de mando desde donde lanza sus barcos mientras por tren llega al corazón de Europa. Todo será de ellos, aunque de China no sabemos nada. Es algo parecido a aquello de Grecia y Persia hasta que Alejandro Magno decidió dejarse de monsergas y le metió un tajo con su espada al nudo gordiano. No me tome el pelo con los nudos y sus sofistas cuentos de hadas debió de entender.  Ahora el nudo está de nuevo frente a nosotros, pero sin un Magno. La peor era de políticos nos ha tocado de lleno.

Hay un problema de número y ubicación poblacional. Donde más hay no hay sitio ni comida, y siguen siendo cada día mas, y donde hay progreso y libertad ya no cabemos todos, así que ubicar a cada uno en su sitio es una de las razones de siempre de la guerra: expansión.

 

Distancia entre ciudades que marcan la contienda

LA GUERRA A DÍA DE HOY. KURSK

Pero dejemos las razones y vayamos a los hechos bélicos.

Rusia lleva tiempo avanzando lentamente pero de manera inexorable y en este crucial momento de la guerra está muy cerca de un punto decisivo en su ofensiva: Pokrovsk. Después de haber hecho valoraciones de contacto para probar la fortaleza del frente se ha decidido por el lugar que cree más seguro para vencer a Ucrania por muy defendido que esté: el centro de su despliegue, el que va en línea imaginaria de Donets a Dnipro o Zaporiyia. Está muy cerca de lograrlo y la invasión que Ucrania ha iniciado por Kursk no ha modificado ni un ápice su decisivo ataque. Pokrovsk, de importancia vital en comunicaciones por carretera y ferrocarril, prácticamente se constituye en la última línea defensiva de Ucrania y por tanto es la llave de la actual ofensiva a corto plazo. Ucrania tendrán que repasar el río y posicionarse al otro lado. Cuando nos disponemos a recibir al otoño las tropas rusas están ya a menos de 15 kilómetros. Esto hay que finalizarlos ante del invierno. Rusia alcanzará Dnipro o Zaporiyia y la guerra habrá terminado con un armisticio que dé paso a las negociaciones de paz. ¿Cuándo ocurrirá? Nadie lo sabe, pero me atrevo a adelantar que no más allá del invierno.

Las tropas ucranianas están al límite de sus capacidades físicas y morales. El armamento no llega con la celeridad necesaria y después de los carros de combate, la munición y los aviones, le falta lo decisivo: hombres y moral.

Ucrania se ha visto en la necesidad, urgente necesidad, de tomar una decisión muy arriesgada, es el todo o nada, una provocación, un suicidio o una ocurrencia para poner a Occidente entre la espada y la pared. Nadie ha caído en la cuenta de que la invasión de Ucrania por el oblast de Kursk con material de Occidente es una provocación y que el siguiente paso sería llevar hasta el frente mayor contingente de soldados ¿de la OTAN? ¿Irá la OTAN detrás de los soldados ucranianos hasta llegar al corazón del Kremlin?  El momento es decisivo: Rusia espera y observa mientras sigue su progresión hacia el final: Pokrovsk. A su vez Ucrania le está dando una justificación para aumentar su agresividad bélica. Una acción nuclear incluso en territorio ruso no es descartable cuando la discusión sobre la responsabilidad abriría una polémica interminable acusando a Ucrania de ser el invasor y colocarse en el mismo plano que Rusia. La política es así y hay que aceptar que se está produciendo un brusco cambio en la conducción de la guerra que dificulta cualquier posible análisis. La zona de Kursk invadida por Ucrania cuenta con una central nuclear de alto riesgo, tipo la de Chernobyl, además de ser un lugar de medición y control del gas ruso que sigue llegando a través de Ucrania.

En estos momentos nada importa de lo que haya pasado con anterioridad. Caras nuevas en el occidente europeo y americano ponen las cosas boca arriba. El mundo cambia de manera vertiginosa como los políticos y sus políticas.

El Diccionario de Autoridades define «diversión» en su acepción militar: «En términos de guerra se llama al ataque que se hace por el enemigo por diversas partes, para obligarle a separar sus fuerzas, dividirle y enflaquecerle, o entretenerle».

En mi opinión nada hay que justifique la acción del Ejército de Ucrania en el oblast de Kursk, territorio de Rusia, si no es una acción de diversión que responde a su débil situación material y anímica como ejército, además de enfrentarse a un desconocido panorama político internacional en el que todo es una incógnita que encabeza las elecciones estadounidenses.

Espero equivocarme, pero llevo tiempo haciendo un detenido seguimiento de esta guerra y dentro de mis lógicas limitaciones es la única razón que pudiera tener algo de lógica táctica, incluso estratégica: vaciar el frente ruso aliviando su presión, ganar tiempo y comprometer a Occidente. Un riesgo bajo mi punto de vista precipitado e innecesario. Más sufrimiento. Occidente asume una grave responsabilidad con esta invasión ¿Ha sido con su visto bueno?

Se habla de una acción preparatoria que nos puede llevar a entrar en negociaciones de paz (un absurdo cambio: terreno por terreno), incluso que suponga el final de la época Zelensky; nadie lo sabe, demasiado riesgo parece, pero sí que sabemos que estamos equidistantes de una paz negociada, de un armisticio, como de una explosión nuclear. La distancia a una u otra cosa es la misma. El azar, la fricción, el desajuste en la mente del hombre que va por delante del tiempo y no acepta su actual espacio, una nueva religión nada divina ni humana, más bien una odisea que nos conduce de la guerra a un lugar que previamente habremos destruido.

La situación actual es que el ejército ruso ha intensificado sus ataques en Pokrovsk, y no parece que la incursión por sorpresa en la región rusa de Kursk, le vaya a hacer cambiar sus planes operativos. El ataque ucraniano no puede sostenerse en el tiempo. ¿Dónde pretende llegar, a Moscú? Una maniobra táctica sin posibilidades logísticas: un fracaso anticipado que aumenta el riesgo de escalada de una manera alarmante. Es muy significativo la voladura de puentes sobre el río Seim que Ucrania lleva a cabo. Se vuelan puentes para evitar el avance enemigo; para avanzar se protegen o se instalan.

No dudamos de la legitimidad de Ucrania para lanzar este ataque, sino de su capacidad y resultado final, porque un error o un fracaso puede ser el definitivo.

Al final de este largo recorrido acabaré diciendo lo que creo más sensato: nadie sabe nada ni hay análisis que resista dos meses. Los Ejércitos de todo el mundo guardan silencio porque o no saben o no se atreven a contar lo que nos espera. Los políticos es evidente que saben menos y serán los culpables de que alguien se ponga a fumar en la era justo cuando se habían ido los segadores.

Nada tampoco es nuevo, pero no leemos. Todo está escrito y se repite: sobre todo la guerra que como decía el gran poeta Ángel González en sus odas a Heráclito hay dos cosas que se repiten, la morcilla y la guerra y ambas están hechas con sangre.

En mi libro El nuevo arte de la Guerra (La Esfera de los libros) recojo la conversación de paz de melios y atenienses en Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides obra que en estos momentos más que nunca se hace imprescindible.

«No es lo mismo en este caso ni tampoco obraréis cuerdamente si os guiais por tal consejo, porque vuestras fuerzas no son iguales a las nuestras y no debe avergonzaros reconocernos la ventaja. Por tanto, lo mejor será mirar por vuestra vida y salud, que no querer resistir, siendo débiles, a los más fuertes y poderosos».

«Es verdad, pero también sabemos que la fortuna en la guerra muchas veces es común a los débiles y a los fuertes, y que no todas favorecen a los que son más en número. Por otra parte entendemos que el que se somete a otro, no tiene ya esperanza de libertarse, pero el que se pone en defensa, la tiene siempre».

En nada hemos cambiado. Desde entonces lo fundamental es libertarse y podría ser que estemos viendo al enemigo donde no es.

«En la guerra la fortaleza o la debilidad no está en el número y si hay dominación es porque hay servidumbre. El número pese a lo que la imaginación nos lleve a creer, es debilidad» nos dice Simone Weil.

De lo que deduzco que la victoria o la derrota empieza en uno mismo que constituye la base de pensar y sería bueno no dejarse llevar por las apariencias de una guerra que no es lo que parece y parece que no es esa la que de verdad nos envuelve.

La guerra no está en un lugar determinado y cada día se extiende por lugares hacia donde no queremos mirar,  donde una engañosa guerra cibernética nos golpea con pensamientos melifluos que constituyen una nueva religión basada en el dogma de la servidumbre que resulta cómoda y atractiva porque en nada hay que pensar. Solo en las bombas que son como piñatas de niños.

Lo he dicho en lo que escribo, pero tendrán ustedes que adivinar donde está escrito y señalado el verdadero enemigo. Entre líneas queda.

El que tenga ojos para ver…

El oráculo está de vacaciones.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

Audio de la publicación:

Mis disculpas por los fallos en el audio solo achacables a la inteligencia artificial. Mejoraremos.

20 agosto 2024

 

GUERRA EN UCRANIA 1.- LOS NUEVOS MOVIMIENTOS TÁCTICOS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

LA GUERRA

-Dadas las circunstancias bélicas a las puertas de la Unión Europa, cada vez más afectada, sin verse el horizonte de pacificación.

-Ante el que podría ser un inminente cambio en el escenario bélico en Ucrania donde se vislumbran próximas acciones tácticas y novedosas operaciones.

-Al no existir en nuestra querida España una información fluida, técnica y creíble sobre el acontecer de la guerra:

Vamos a iniciar un seguimiento analítico de los hechos partiendo de la actual situación y añadiendo cada día el punto de vista de lo que a nuestro juicio puede marcar el devenir de esta guerra que en principio se muestra larga, confusa y en la que cualquier situación más o menos grave está entre las hipótesis a contemplar.

Cada artículo llevará el título de «Guerra en Ucrania» y serán numerados según vayamos publicándolos. Cualquier información que nos pueda ayudar a interpretar lo que está ocurriendo en el campo político, táctico, logístico o cibernético estaremos encantados de recibirla en generaldavila1@gmail.com.

Empezamos la serie.

GUERRA EN UCRANIA 1.- LOS NUEVOS MOVIMIENTOS TÁCTICOS

«Si la guerra fuese exclusivamente una ciencia el hombre dejaría de hacerla. Ni siquiera merecería la pena escribir sobre ella. Es más que ciencia, algo íntimo, intrínseco a su naturaleza: un arte. Por ello la narra en hexámetros un supuesto poeta: Homero. Desde entonces, a pesar de que la voluntad de destrucción del ser humano no tiene límite, sigue siendo el arte la única capacidad o habilidad de la que dispone para acabar con ella con una cierta dignidad» (Jenofonte V).

De la estrategia mejor no hablar. Nada ha cambiado. Rusia quiere Ucrania a toda costa y ha llegado a una situación política que en sus pretensiones estratégicas no cederá un palmo, sino todo lo contrario: querrá más y con más violencia. Solo un cambio interno, posible en la lucha por el poder del Kremlin, podría originar otra estrategia, pero sin olvidar que esa hipótesis puede traducirse en algo peor que Putin: Putin a la enésima potencia. La nuclear razón de los nucleares dirigentes del ruscismo más ortodoxo.

Acción Ejército Ruso: Escudo al sur, espada al este. Mantenerse fuerte en orilla oriental del Dniéper de Jersón a Zaporiyia. Embolsar al Ejército ucraniano (Ataque combinado Jarkov-Dnipro). Permanente amenaza sobre Kiev. Acción Ejército Ucrania. Recuperar territorio por el Este. Mantener el terreno ganado. Cruzar el Dniéper por el sur y envolver al ejército ruso privándole de Crimea. (Un dibujo elaborado por «Jenofonte V»)

Hablemos de la situación táctica porque nos atrevemos a decir que en cualquier momento puede sufrir notables cambios. Nadie parece mojarse en esta clase de predicciones y hacen bien porque hay escasa información y muy pocos tácticos que estudien los factores de la decisión y se atrevan a pronosticar las posibles maniobras de las unidades militares. Sería imprudente y algo temerario. Pero también es verdad que todos los comentaristas de la guerra, me incluyo, dan la impresión de hablar de lugares comunes, de explicar lo que ha pasado sin decir una sola palabra de lo que puede pasar y eso no parece muy justificable ni profesional. Conviene correr el riesgo de equivocarse siempre que el error sea justificable después de haberlo cometido tras un estudio riguroso de la situación, en la que se hayan analizado los factores de misión, terreno, enemigo, medios, ambiente y todo el conjunto de posibilidades que esta guerra trae como novedad: ciencia, tecnología y nuclearización. Nunca me cansaré de repetir: miren el mapa, sitúense y analicen la geografía.

Corramos el riesgo.

Posibles movimientos tácticos próximos

En estos momentos la situación es de frentes estabilizados.

Nos trae recuerdos de la primera guerra de Crimea (1853-1856) donde las armas de fuego de precisión se imponen y surge la nueva táctica en la que el fuego suple a la bayoneta gracias al fusil rayado. Es la guerra de la distancia y el fuego. Escenas de una vieja escuela que trae también los peores recuerdos de la Primera Mundial.

En Ucrania el momento actual es el de una guerra de desgaste de artillería y misiles, drones, munición guiada. Infundir terror y agotamiento material y moral: deplorable el mando, la conducción táctica, la logística, la información y la moral.

Estos momentos de combates locales no decisorios y de incertidumbre llegan impuestos por el desgaste de hombres y materiales y por la climatología de la época. Sigue la guerra de la información penetrante que pretende por un lado desorientar y por otro adivinar los próximos movimientos del contrario. Los habrá.

Las tropas rusas despliegan desde Jarkov hasta Jersón, casi 600 kilómetros de frente, y combaten en un único conjunto que pretende actuar como el guerrero que porta el escudo en el brazo izquierdo y la espada en el derecho. En este caso el escudo lo forma la línea del frente de defensa que sobre el Dniéper va de Jersón a Zaporiyia, unos 300 kilómetros, en la orilla oriental del río. La espada la blande el ejército ruso en el Dombás presionando a base de ataques locales, auténticos golpes de sable y apoyado por la jabalina y las flechas que ahora son los drones y misiles que caen allí donde más daño hacen a las infraestructuras. La presión hace girar el conjunto en sentido contrario a las agujas del reloj con el punto fijo en la línea sur del Dniéper. Es el giro de la guerra, la metáfora de un mundo que se dispone a modificar su movimiento contrario al tiempo medido hasta ahora. Como la Tierra.

El ejército ucraniano embebido en evitar esa acción de gladiador que le lleve a retroceder lucha contra la espada rusa a la espera de poder romper el escudo sobre el Dniéper por la zona de Jersón y así dejar abierto el camino de Crimea, que sería la derrota de Rusia. Dos acciones enfrentadas por ahora sin resolución definitiva. Alguno de los dos debe pasar irremediablemente a la definitiva ofensiva. No hay otra alternativa para vencer en una guerra que se muestra lenta, pesada e interminable. Dependerá mucho del flujo armamentístico y de la moral de la retaguardia. La industria armamentística empieza a resentirse por parte rusa que debe buscar aliados que le proporcionen armas. Una nueva movilización está en marcha, urgente a la vez que polémica. La matanza de reclutas rusos en Nochevieja en el recinto militar de Makiivka ha abierto una herida de difícil curación. Hay junto al dolor una rabia contenida y reproches a los jefes militares rusos que puede hacer mella en los ejércitos. La pregunta está en el aire:

¿Será capaz Rusia de lanzar una ofensiva por el Este, que logre embolsar al ejército ucraniano que ataca por el Donbás?

¿Será capaz Ucrania de romper la defensa rusa sobre el Dniéper en Jersón y alcanzar su retaguardia?

Son las dos hipótesis de planeamiento que, por ahora y con los datos actuales, me atrevo a contemplar. Sin olvidar que continuarán los constantes amagos contra Kiev sometida a intensos bombardeos.

Por parte rusa se contemplan las siguientes debilidades a estas hipótesis:

—Frente defensivo y de posible ataque demasiado amplio.

—Grandes dificultades para apoyar y sostener logísticamente el frente sur.

—Necesidad de una mayor movilización y entrenamiento de su ejército al que se le ve falto de instrucción y escaso de capacidades. Es muy dudosa su moral de combate que deberá reforzar.

—Dudosa capacidad en medios de apoyo: artillería clásica y misiles.

—Falta de una ayuda exterior clara y eficaz en medios y en posición política.

—El Mando y Control de sus acciones conjuntas se ve dificultado por falta de capacidades cibernéticas frente a las tropas ucranianas.

—Hasta ahora adolece de capacidad para llevar ataques por el fuego a distancias tales que corte el flujo de entrada de la ayuda militar a Ucrania.

Todo esto es corregible y podría superarlo, pero sería muy largo en el tiempo y requeriría una ayuda exterior que a día de hoy no tiene.

—Por último es factor a tener en cuenta el incierto futuro político de Putin ya que cada vez son mayores las dudas que se producen en el interior del kremlin y en el seno del ejército aparecen contradicciones sobre el mando y dirección de la guerra.

Por parte de Ucrania también es necesario hacer un análisis de las posibilidades de su única hipótesis válida que es expulsar al ejército ruso del territorio invadido. De todo su territorio.

—Su total dependencia de la ayuda exterior le hace muy vulnerable.

—Como le ocurre a Rusia, el frente de ataque y defensa es muy extenso y requiere de un esfuerzo inabarcable para un ejército de sus dimensiones.

—La movilización de tropas puede llegar a su límite y encontrarse por ello con restricciones en su capacidad de ejecución para llevar a cabo el esfuerzo principal que deberá sostener a base del fuego de sus armas. Algo insuficiente para expulsar a su enemigo si este se defiende bien en el terreno alcanzado.

—La moral y el desgaste tanto de sus unidades como el de la población civil puede decaer y entrar en debilidad y reproches a su Gobierno por no aceptar un final de la guerra pactado.

—Rigor invernal.

Vistas las posibilidades y sus limitaciones habrá que concluir que en la situación actual será el azar, la fricción clausewiana, la que mandará sobre este cúmulo de incertidumbres.

A todo ello hay que añadirle algo que condiciona la guerra no solo desde sus inicios sino desde mucho tiempo antes: lo nuclear. Esa posible utilización del arma nuclear siempre será el condicionante de cualquier decisión que se tome.

Por lo que vemos a día de hoy ninguna opción que se adopte será pacífica sino cada vez más agresiva; incluso definitiva.

Ese es el panorama que puede divisarse y hoy me he comprometido con un humilde análisis de futuro. El tiempo será quien dé o quite razones.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 enero 2023