España tiene miedo. No es solo a la Covid-19; no. Es algo peor; hay miedo al Gobierno, al amo, a esos que nos vigilan y deciden; empieza a haber miedo al político y eso es fascismo y tiranía.
El precario trabajo está a punto de desaparecer y el ERTE o el paro —alternativas comunistas en sus manos— te someten como un yugo. Tus derechos quedarán reducidos a lo que legislen durante un periodo en el que son la Ley y la Justicia. Lo alargarán todo lo que puedan. Incluso si no hay elecciones será su triunfo. Caminan solos rodeados de portadores de tirsos.
¿Para qué meterse en líos? Tu vida en sus manos. Juegan con ello. Miedo y esperanza. Ni lo uno ni lo otro. Son los mismos vacíos que a nada conducen. Se impone ser consecuente y para ello, primero, conscientes de lo que nos jugamos.
Pónganse en pie y no se dejen engañar. Recios robles y flexibles juncales, pero no esperen ni cedan. En cualquiera de las situaciones estará fuera de lo que el deber les impone, que a nada les obliga, sino a vivir con la dignidad de conocer y aprender que ser libre solo depende de usted y que tener miedo es un eslabón más de la cadena con la que está usted atado a la caseta.
Vivir con miedo no es posible, no es vivir, ni siquiera morir.
Los árboles se miden por su sombra o su fruto y, tanto lo uno como lo otro, no son el árbol sino sus consecuencias, así que me estoy pensando que la sombra y el fruto son más importantes que la realidad del que las produce. Vagan entre nosotros sombras dantescas y se han secado los frutos.
Párate y no temas a tu sombra, aunque te persiga, sino a las que no son la tuya.
Aún recuerdo Revelación del siemprevivo José Jiménez Lozano:
SOL, vencido te regala,
en la tarde de otoño,
el poder y la gloria.
Mira tu alargada sombra:
nunca serás más grande.
Nunca fue la sombra más larga que en el declinar del sol o al mediodía en el solsticio del invierno. Todo declina; cuando se hace la sombra alargada.
Temor. ¿A quién?: a las consecuencias de imponerse las sombras de las pistolas que hicieron, y pretenden ahora, declinar a España.
Es la hora de luchar y unirse contra los que han conseguido que el comunismo y el terrorismo se unan y lleven del ronzal al conjunto de la sociedad española. Con bozal también.
No habrá nadie de los grandes, y ya saben a quienes me refiero, que haga o deje de hacer algo que, viendo que va contra la justicia y la moral, le perjudique a su negocio (moral y material, que los dos conviven). Antes quebrarán su rodilla y rendirán pleitesía a su sombra.
Nos sentimos cómodos encadenados en una caverna convertida en taberna, donde se reúnen las sombras del pasado advirtiendo que están ahí; y que aquel horror puede volver en cualquier momento. Solo hace falta que nos demos la vuelta y veamos la realidad. No se han ido. Ahí siguen.
Creedme. Dejad la cueva. Soltad vuestras ataduras y acompañadme al mundo del conocimiento. Descubramos a nuestros tiranos. Miedo a su sombra de tan triste recuerdo que se alarga; esperemos que sea en su declinar. De todos nosotros depende..
Porque no hay que tener miedo cuando se mira de frente y con la verdad por delante.
Mira tu alargada sombra y no dejes que otra la suplante, ni que te persiga, como antaño hacía cuando como miedo te vigilaba.
De pronto, como del trueno, se ha ennegrecido el horizonte, se atisba una tormenta de rayos y centellas, cuando unas sombras de muerte rasgan el silencio con un disparo del pasado, fugaz, y que en lo oscuro se hacen presentes, disfrazadas y, tú que las conoces de otra veces, ves que ofrecen la mano, la que iba armada, pactan con el miedo de la muerte.
Ha sonado el trueno, pero no lo hemos oído. El rayo nos ha golpeado sin darnos cuenta.
A la sombra de las pistolas.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
15 noviembre 2020