Esta es la imagen de España. Esta es la imagen de hoy en Cataluña: 1 de octubre de 2018.
Esto es a lo que el Gobierno no hace frente.
¿Cómo es posible que se entre en la Subdelegación de la Generalidad en Gerona, con impunidad -¿o algo más?- se arríe la Bandera de España –sin que nadie haga nada- y se arroje por la ventana mientras se iza la independentista? ¿Quién es el responsable en Gerona? ¿Qué medidas han tomado? ¿Han huido? ¿Qué policía protegía la Subdelegación? ¿Han dejado entrar o también han huido?
¿Dónde está España? ¿Dónde y quien defiende a España y a su Bandera? ¿Dónde está la escolta a la Bandera?
¡Ay mi Bandera!
Por los suelos. Arrojada y abandonada. Sin que nadie la defienda ni la levante del suelo.
Nunca creí que mis ojos viesen esta imagen. La Bandera de España en los suelos de España ultrajada y abandonada. Que los besos depositados en sus pliegues fueran traicionados por las leyes incumplidas y por los que no tienen el valor de hacerlas cumplir.
Muchas veces es solo necesario un gesto para decir basta. ¿Lo es ver la Bandera por los suelos, solitaria, ultrajada, pisoteada, sin una mano que la levante, que la ice con los honores de España?
La respuesta que nos da el señor Ábalos, secretario de Organización del PSOE, es que todo esto tiene una relevancia relativa, que la jornada de hoy se está celebrando de <<un modo asumible>> con la Generalidad garantizando la seguridad. Parece ser que se ha equivocado de página y de lugar. Hablan de oídas. Escuchen.
Arenga a las tropas: <<Presionad, hacéis bien en presionar>> (Torra- Comandante Jefe).
Arde Cataluña. La guerra está en la calle. Cataluña tomada al grito de independencia. Los catalanes de verdad, españoles y gente de orden, están asustados, en sus casas sin atreverse a salir. Sin protección. Perseguidos y espiados, vigilados constantemente.
El Gobierno manda su mensaje: <<Es asumible>>.
Nosotros también podemos dar el nuestro: Si admitís lo que hoy está ocurriendo, si esa Bandera que es la vuestra, la de España, permitís que siga en el suelo de Cataluña sin que nadie la levante -¿qué necesidad tenemos de más pruebas?-: sois reos de Estado.
España y los españoles esperan que alguien tome una decisión. Diálogo y entendimiento dice el señor Ábalos. Todo es asumible, incluso que nos tomen el pelo, que se rían de nosotros y nos ofendan.
¿Cuánto aguantaremos? ¿Es asumible tanto abandono?
Solo tiene que ver las imágenes de nuestra Bandera. Duele.
Después de leer las palabras del Rey EL 3 de octubre de 2017 creo que no queda más remedio que preguntarse: ¿Quién ha hecho caso al Rey? ¿Para qué han servido?
Se lo pregunto a ustedes, se lo pregunto al presidente del Gobierno y a los partidos políticos, y me lo pregunto a mí mismo. No sé responder.
No me cabe duda que la situación requiere la acción y actuación del Estado. Hasta ahora solo el Rey, el juez y un puñado de valientes han dado la cara. Pero el Estado es algo más.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
1 de octubre de 2018
Blog: generaldavila.com
Mensaje de Su Majestad el Rey
Palacio de La Zarzuela. Madrid, 03.10.2017
Buenas noches,
Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña.
Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.
Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.
Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada. Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.
En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.
Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía.
Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.
A los ciudadanos de Cataluña –a todos− quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.
Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.
Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.
Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.
Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España.