Demasiadas historias y con diferentes ingredientes se han narrado sobre la presencia de Don Juan en los comienzos de la Guerra Civil en España. Una mezcla de aquí y otra de allá, sin desmentir alguna mentirijilla, aceptando historias de cierta ternura, se ha compuesto un relato histórico novelesco. Los hechos por mi conocidos y relatados en el seno familiar, en cierta intimidad, los doy a conocer por si sirven para completar la historia de la presencia del Infante Don Juan en España.
El 1 de Agosto de 1936 D. Juan de Borbón cruzaba la frontera por Dancharinea para incorporarse como voluntario a las filas nacionales. Le acompañaba su hermano Jaime. Don Juan dejaba en Cannes a su joven esposa Dª. María de las Mercedes que acababa de dar a luz a su primera hija, la Infanta Pilar.
Contaba con la aprobación y el apoyo de su padre el Rey Alfonso XIII, con el que previamente había hablado por teléfono, y el ejemplo de otros miembros de su familia incorporados a las filas de Mola.
Pero sus deseos se vieron rápidamente frustrados. Al margen de las anécdotas sobre su viaje y vestimenta (en algún momento con mono azul y boina roja) el hecho concreto es que D. Juan se entrevistó en Burgos con un miembro de la Junta de Defensa Nacional, (y no precisamente con el General Mola), que le disuadió de sus propósitos por el interés de España y su futuro.
Los hechos ocurrieron exactamente así. Una mañana del mes de agosto llamaron al domicilio del General Dávila en Burgos (calle Almirante Bonifaz). Las hijas del general, Carmen y María Luisa, abrieron la puerta y asombradas exclamaron: ‹‹ ¡Es el Rey!››.
Don Juan quería ver al general Dávila que en aquellos momentos no se encontraba en casa sino atendiendo a sus tareas como director de la Junta Permanente de la Junta de Defensa Nacional. Después de su inicial asombro las hijas del general remitieron a Don Juan a Capitanía General donde se encontraba en su habitual lugar de trabajo. El encuentro fue exclusivamente con Dávila no estando presentes ni Cabanellas ni Mola. El agradecimiento y la amabilidad fue la nota dominante de aquella entrevista. Lo definitivo de la reunión fue la frase del general Dávila dirigida a Don Juan: ‹‹Su lugar no está en el frente sino en el futuro de España››. Nadie más intervino en aquél primer intento de alistamiento de Don Juan. Se comunicó a todos los miembros de la Junta de Defensa la decisión adoptada y nadie puso la más mínima objeción ni añadió comentario alguno. Don Juan tuvo que desistir, pero antes de partir tuvo tiempo para reunirse con jóvenes familiares suyos. Con alguno sería la última vez ya que a los pocos meses morirían en combate.
Carlos de Borbón y Orleáns, alférez del Grupo Mixto de Ingenieros de Pamplona, se había incorporado el 30 de julio al Grupo Mixto de Zapadores de Pamplona. Estuvo instruyendo voluntarios hasta que solicitó servir en primera línea, participando en toda la campaña de Guipuzcoa hasta caer muerto heroicamente al frente de sus hombres en el frente de Eibar (Guipuzcoa)) el día 27 de septiembre de 1936. Era el hermano mayor de Dª. María, esposa de D.Juan e hijo del Infante D. Carlos de Borbón al que buscaron Dávila y Mola para sustituir a Sanjurjo y encabezar el alzamiento.
Alfonso María de Borbón y Pinto, Teniente de Caballería y Comandante del Tercio de Requetés Castellano, Medalla Militar, muerto heroicamente el 21 de diciembre de 1938 en Lérida.
José Eugenio de Baviera y Borbón, alférez de Ingenieros. Alcanzó el empleo de Comandante en el Regimiento de Transmisiones del Ejército del Aire (1940).
Pasado algún tiempo, Don Juan insistió en sus deseos de alistamiento en las tropas nacionales cuando Franco ya era Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos. El 7 de diciembre de 1936 escribe a Franco solicitando su incorporación al crucero Baleares. Le contesta con una negativa en la que le dice: «…el lugar que ocupáis en el orden dinástico y las obligaciones que de él se derivan imponen a todos y exigen de vuestra parte sacrificar anhelos tan patrióticos como nobles y sentidos al supremo interés de la Patria».
La respuesta de Franco es idéntica a la que en nombre de la Junta de Defensa le había transmitido el general Dávila.
Milagrosamente Don Juan había salvado su vida ya que el Crucero Baleares fue torpedeado y hundido, muriendo la mayoría de su tripulación la noche del 5 al 6 de Marzo de 1938.
Rafael Dávila Álvarez. Autor del libro La Guerra civil en el norte. El general Dávila, Franco y las batallas que decidieron el conflicto.
Blog: generaldavila.com
2 febrero 2022