Tengo la impresión, solo eso, de que la ministra de Defensa Margarita Robles no pasa por su mejor momento y ha tenido que ver gestos torcidos desde el Almirantazgo hasta la denominada clase de tropa. En este caso del buque «FUROR» la cólera de Aquiles se ha extendido por todos los sectores de uniformados porque la tomadura de pelo ya alcanza niveles irrisorios si no fuese porque se pone en riesgo la vida de los hombres para misiones que en nada tienen que ver con la nación y que son de dudosa constitucionalidad además de no cumplir los requisitos de la Ley de Defensa Nacional. Todo un esperpento de misión.
Todo sucedió de manera parecida a como me cuentan.
Resulta que estaban juntos el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) y el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA). Asistían a un seminario de «Estrategia» que es como eso de la filosofía, siempre depende, porque para aquel hostelero de Andalucía la filosofía de su negocio era «jamón, jamón y jamón» como para la Marina de Guerra lo es tener un portaviones o más de un submarino.
En el momento de la llamada ministerial se acabó la discusión y la estrategia, porque lo importante de la actual estrategia política es obedecer y el modo como ha de ser es ni pedir ni rehusar y eso lo han aprendido muy bien los civiles al mando. Nadie rechista; todos sonríen y justifican.
-Que le llama la ministra.
-¡¡¡Almirante!!! ¡¡¡Que salga un BAM para proteger a la flotilla que se dirige a Gaza!!!
El tono es como el de «Capitán mande firmes», pero el teléfono no descubre quién está con ella; detrás, a su espalda. En la Armada sí que lo saben, pero mejor callamos. Alguien sopla a la ministra lo del acrónimo BAM, que suena a onomatopéyico disparo ¡BUM! o ¡PUM!, en definitiva pimpampum para derribar a pelotazos a unos muñecos, y me disculpará por esta infantil ironía.
El Almirante que manda (AJEMA), así a bote pronto, le dice a la ministra que es una acción de riesgo y que conviene pensar en otra posibilidad con otro tipo de buques que no sean de guerra para evitar una situación embarazosa que pueda acabar en enfrentamiento.
Por su cabeza pasa el salvamento marítimo o incluso las patrulleras de la Guardia Civil (¡Coño que se lo paguen ellos! Que contraten a una seguridad privada, dicen algunos por los pasillos). En 1967 Israel atacó al USS «Liberty» (buque de EEUU de eufemísticamente denominado de investigación técnica) porque un error lo tiene cualquiera, recuerdan otros. Hubo 32 muertos de la tripulación.
-Es una orden dice la femenina voz ministerial, sin firmeza, sin fortaleza; pero como marioneta alguien dirige sus palabras. Sabemos quién es.
El Jefe de la Armada llama al Jefe de todo, el de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).
-Teo ¿sabes?
-Si Antonio. Estamos jodidos. Ponte en marcha porque es ejecutivo.
-Pero, coño, Teo, convence a la ministra y hazla entrar en razón.
-Ya he hablado con ella y es una orden del presidente del Gobierno que ni ha consultado con ella y la ha hecho pública en Nueva York. Así están las cosas y lo único que puedo hacer es alargar la hora de salida. No más de 72 horas.
-¿Y qué digo a los medios que ya están a las puertas del Arsenal de Cartagena?
-Pues ya sabes. Tratarles bien, darles alguna foto, muchas imágenes y que sea el ministerio quien dé la cara.
-Oye Teo, yo creo que esto no es legal. Es una cosa privada, somos Fuerza Armada y ponemos a nuestros hombres en grave peligro. Es usar los medios de Defensa del Estado para una cuestión particular. ¿Han consultado con el Parlamento? ¿Esto es un ordeno y mando fruto de un calentón?
Bueno eso no nos corresponde a nosotros. Tu prepara el barco y mi Mando de Operaciones se hará cargo de la misión.
-¿Pero que coño de misión es esta?
Al colgar queda por la línea secreta y cifrada un «Somos la nueva Unidad Naval de Emergencias, la UNE«; lo que nos faltaba.
Claro que después llega la información de una u otra manera. Pasa como siempre, se arman un lío y llaman a quien no deben de llamar, y no se asesoran o lo hacen con el uniformado que ejerce de «Director» o de «Secretario», que sabe que le va el puesto y futuro en la sonrisa complaciente. Hombres de armas que lo justifican, que hacen uso de un lenguaje ambiguo que deben enseñar ahora en las academias militares y que suena a intencionado argot para escurrir el bulto.
Hay diplomacia de guerra, seguridad diplomática con un buque de guerra, incluso alguno de muy alto rango confunde o pretende confundirnos con que hay barcos de guerra y barcos de combate, ¿o de Emergencias? En las Fuerzas Armadas todo está centrado en la guerra. Hacerla o disuadir que te la hagan. El cañón en la proa o las ametralladoras de patente israelí que lleva el «FUROR» no son churreras.
El lenguaje es importante y en algunos casos malintencionado.
Es un error e irresponsable actitud someter a un riesgo de dudosa legalidad a una tripulación de la Armada que va a cumplir una misión que saben como empieza pero nunca como acabará. Una misión que no es la suya y que ha dado el presidente sin saber lo que manda ni a quién se lo manda. Los soldados y marineros no somos gente a su servicio sino al de España.
Estará señalado por ello y no habrá posible delegación de responsabilidad. Solo el señor presidente del Gobierno será responsable. No cualquiera está en condiciones de ordenar: «Mande firmes Capitán».
A la tripulación le deseamos buena mar y mucha disciplina que tiene su máximo valor en estos casos tan aberrantes.
Nota final: Todo lo escrito es fruto de la imaginación y nada tiene que ver con la realidad. Si lo fuese es por pura casualidad.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
28 septiembre 2025
