Quien piense que la invasión de Ucrania por las tropas rusas es un conflicto local, una operación especial, se equivoca y por tanto equivoca al mundo. Ese es el problema: la mayoría de los medios de comunicación tienen esta guerra como un simple foco informativo de donde extraer unos planos o una crónica cuando los teletipos no traen otra cosa. Está claro que aquí en España la guerra va a pasar a un segundo plano ante las elecciones de mayo.
Lo que está sucediendo en Ucrania es un proceso irreversible, una metamorfosis de la que surgirá un monstruo nuevo. No es un foco informativo, sino una guerra que se sirve de ellos y acabará con parte de ellos.
No hay solución que no sea un enfrentamiento entre grandes naciones en un momento en el que la ONU no es nadie ni nadie mira hacia su inexistente mandato. Guerra o paz es lo mismo. Todo es cuestión de tiempos o si lo prefieren de medir los tiempos. No sabemos si será ahora o más tarde. Ellos no nos lo van a decir. Pero será.
Rusia no ha cedido terreno desde diciembre del 2022.
Se espera una contraofensiva de Ucrania que según todos los datos analizables no pasará del toma y daca actual.
Las relaciones de Rusia con China cada vez son más estrechas y podrían ser incluso más fructíferas hasta en intercambio de tecnología y armamento si no lo están siendo ya.
Hierven el Índico y el Pacífico.
Las relaciones con Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba no conviene olvidarlas y la actual visita de Sergei Lavrov a estas naciones confirma la gravedad del conflicto que se extiende políticamente por el mundo.
La incorporación de Finlandia a la OTAN es otro punto de mayor temperatura en la olla que cuece a máxima presión sin darle un resquicio de salida al vapor. El siguiente paso, el de la incorporación de Suecia, puede ser definitivo para convertir el Báltico en un lago de la OTAN y que la olla reviente.
Las filtraciones del Pentágono no son tales. Están cuidadosamente medidas. Son un aviso lanzado al mundo: esto va demasiado lejos y los Estados Unidos tienen demasiados frentes abiertos. El mundo se les escapa de las manos. Todavía están a tiempo de aguantar un poco más, pero no con la sangría de una guerra que pueden, si quieren, detener a base de concesiones que poco le afectarían.
Situaciones como esta dan lugar a la alteración del juego estratégico en otros lugares calientes.
Puede ser Sudán, Etiopía o el conjunto del Sahel. Pero puede ser incluso en el corazón de Europa. Nunca se sabe lo que ocurre cuando el río está revuelto.
Dicen que ganancia de pescadores. Hay demasiados en las orillas del Escamandro.
Nada mejor para la estrategia bélica que provocar la confusión política, económica e ideológica (religiosa también) en la retaguardia de tu enemigo. Nunca falla.
¿Es que no lo están ustedes viendo?
Abran los ojos ya que cualquier mañana la noticia nos parecerá una sorpresa y todos diremos: se veía venir.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
18 abril 2023
