EL ARTE DE MANDAR. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Alejandro Magno al frente de sus tropas

Con demasiada frecuencia escuchamos que para resolver nuestros actuales males políticos, económicos, institucionales, incluso morales, necesitamos un líder, lo que traducido al lenguaje militar equivale a decir que necesitamos a alguien que mande. Mandar se asimila a lo militar olvidando que la vida en todos sus aspectos es una alternancia entre mando y obediencia. No es fácil mandar y sí hacerlo irresponsablemente provocando daños irreparables. Mandar no es sólo una facultad o poder asociado al aspecto legal y con respaldo institucional. Cuando se manda bien, es la autoridad moral la que motiva y emociona moviendo al grupo hasta límites insospechados porque tiene una referencia a seguir, una disciplina moral que cumplir, un ejemplo a imitar. Mandar es algo más complejo que liderar, porque requiere conocimientos, estudio, capacidad de análisis y de decisión. Son esas viejas virtudes del honor, austeridad, sacrificio, abnegación, camaradería, valor…, las que arrastran y convierten al que manda en líder. Para mandar hay que estar preparado y para liderar, además de saber mandar, debes de vivir en la virtud.

Hoy, alejado del mundo activo de la milicia, no olvido a los que mandé ni a los que obedecí. Entre estos últimos hubo uno al que recuerdo especialmente porque antes de asumir una de mis mayores responsabilidades de mando, me tradujo en palabras el arte del bien mandar.

MANDAR

Mandar no es un privilegio, es un honor.

Mandar, me decía, es una tarea tan absorbente que nunca habrás dado nada hasta haberlo dado todo, hasta que no te hayas vaciado por entero en tu mando. Mandar no es un privilegio, es un honor. Es una obra de arte, muy distinto a dar órdenes o a obligar.

Tus órdenes han de ser claras, que se entiendan, que se cumplan, que cada uno sepa lo que se le pide, y si es posible, por qué se le pide.

Debes mantener la idea elegida sin vacilaciones ya que no hay nada más amargo que verse sometido a las oscilaciones de un jefe vacilante en sus decisiones.

Debes de estar atento a conocer nuevas ideas y aceptar propuestas ajenas. Y recuerda que el que está a tus órdenes no está a tu servicio personal.

Ante un problema difícil, cuando no puedas consultar, confía en tu intuición, pues cuando se conoce el oficio y se está identificado con él, la intuición te marcará el camino a seguir.

Debes de ser constante en el esfuerzo, evitar prisas y desorden.

Ser cortés, pues la cortesía es inseparable de la disciplina. Cortés en la precisión y limpieza de la palabra, en la actitud, en el gesto, en la voz y en los modales.

Cuenta siempre con el apoyo de tus colaboradores y el consejo de los más cercanos y busca en todos la lealtad por encima de todo.

Nunca pienses en ti, hazlo primero en la misión que te han confiado y en los hombres que tienes para cumplirla.

Solo los capaces son afortunados

Terminaba deseándome suerte, pero no la fortuita o casual, porque en la mayoría de los casos, me decía, sólo los capaces son afortunados.

Escribo esto sólo con el deseo de que algunos repasen y revisen su forma de mandar porque cada vez son más los que mandan (mal) y legión los que padecemos sus consecuencias.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 agosto 2018

«HAY QUE CONECTAR CON LOS DE LAS BANDERAS EN LOS BALCONES». PABLO CASADO. NUEVO PRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Si yo gano nadie pierde

Estamos dispuestos. ¡Faltaría más! Dispuestos y esperanzados. Una vez más… La conexión es fácil siempre que se respete el pacto, se cumpla, y con ello se mantenga viva la ilusión. Sin vanidad, con rectitud y honradez, con respeto a todos, pero con firmeza ante la Ley, que a todos obliga a cumplirla y, a los más en responsabilidad, hacerla cumplir:

<<Nos, que somos tanto como vos y todos juntos más que vos…>>.

Banderas en los balcones

Los de las banderas en los balcones, que somos una parte importante de España, muy importante, nos sentimos señalados en el discurso del nuevo líder del Partido Popular, Pablo Casado, y, con humildad, valorados; nuestra voz, no siempre escuchada, ha llegado y se ha expandido como una canción necesaria, con el ritmo que habíamos perdido: <<Hay que conectar con esa España de las banderas en los balcones>>. Habíamos querido avisar, decir que aquí estábamos, una señal inequívoca ante el peligro: España se rompe y nadie hace nada. Es el clamor de la calle que esperamos haya sido oído. Aquí estamos, pendientes, muy atentos, ilusionados, pero con exigencia y rigor: <<Nos, que somos tanto como vos y todos juntos más que vos…>>.

No nos vale un líder continuista sino uno innovador. Hay que empezar y preguntarse no lo que quieres hacer sino: ¿Qué debo hacer? El liderazgo que necesitamos es ético, de valores y moral. Libre, honrado, respetuoso. Necesitamos un líder que nos saque del desánimo, la frustración, la monotonía, el agobio del peligro constante a perder la idea de España. Un líder que haga las cosas correctas; de nada sirve el que hace correctamente las cosas si lo que está haciendo no es lo que hay que hacer. Una fuerza de atracción moral y emocional.

Los de los balcones nos asomábamos a España y no nos gustaba. No nos sentíamos representados. Sacamos nuestra Bandera y hemos esperado desesperadamente. ¿Habremos sido escuchados?

<<Si yo gano nadie pierde>> ha dicho Pablo Casado. Sin duda hay que unir lo disperso. Demasiada dispersión buscando el mismo objetivo, pero sin dirección, sin unidad de acción, sin mando. Es necesaria la unidad, sin egoísmos ni personalismos. Preparados; sabiendo que solo una batalla perdida es más dura que una batalla ganada. En política como en la guerra no hay dulces victorias. Con la victoria llega la responsabilidad, la guerra de guerrillas, las emboscadas, hay que ganar cada día, cada hora, cada voto y no decaer víctima del desánimo o la traición.

Arengaba Alejandro en Gaugamela: <<La negligencia individual provoca un perjuicio colectivo, y la diligencia propia produce un triunfo colectivo>>. Todos entendieron su responsabilidad y asumieron el cumplimiento de su deber, individual. El hombre que sabe vencerse a sí mismo sabe vencer a los demás. Solo hay derrota cuando el derrotado es el honor.

SI YO GANO NADIE PIERDE

Pablo Casado nuevo líder del Partido Popular

<<Si yo gano, nadie pierde>>. Queremos derrotados a los que no tiene honor. Queremos que pierda ETA, que pierdan los independentistas, los traidores, y los que cada día infectan la convivencia enfrentándonos con el pasado y el presente. Queremos que gane España. Queremos que gane la convivencia, el respeto, la urbanidad, la familia, la vida, la libertad para hablar español en España, la igualdad de deberes y derechos, de justicia, enseñanza, sanidad, de la unidad de España. Queremos el valor del esfuerzo, del trabajo, de la equitativa distribución de la riqueza y que nadie tenga que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad. Porque no es un hombre más que otro si no hace más que otro.

Miramos el futuro de esperanza sabiendo la fuerza y el valor de lo español, sin abandonar los principios y valores que han hecho grande a España, sin nostalgias ni rencores, confiando en nosotros mismos, en nuestras virtudes y valores.

Los de <<las banderas en los balcones>> hemos visto una luz que ilumina el túnel en el que nos encontrábamos. No creemos que sea un espejismo. Estaremos muy atentos, ilusionados a la vez que vigilantes. España se merece esa ilusión y ya va siendo hora de salir de esta zozobra y abandono del deber. Por parte de todos.

En marcha. No hay tiempo que perder. Las banderas seguirán donde están, no se moverá ni arriará ninguna hasta que no veamos de nuevo a España fuerte y unida. Parece que nos han escuchado. No bajaremos la guardia, pero al menos alguien ha respondido al santo y seña: España.

<<La negligencia individual provoca un perjuicio colectivo, y la diligencia propia produce un triunfo colectivo>>.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez 

Blog: generaldavila.com

23 julio 2018

DÍA DE SANTIAGO. UNA BANDERA NACIONAL EN CADA HOGAR ESPAÑOL.